Mensajes excepcionales para las mujeres yazid¨ªes
Primera entrega del diario de viaje de un periodista de Amnist¨ªa Internacional que ha ido a Grecia para entregar en mano siete mil mensajes de apoyo a un grupo de refugiadas
Mi nombre tiene origen griego y significa mensajero. No es extra?o, por tanto, que mi primer viaje a Grecia fuera para traer un mensaje. O, siendo estrictos, para traer siete mil en la maleta. Las receptoras de estos mensajes son cinco mujeres yazid¨ªes que han huido de la violencia del autodenominado Estado Isl¨¢mico en 2014 y que llegaron en febrero pasado a un campo de refugiados en el norte de Grecia, Nea Kavala. Ahora, por suerte, se encuentran a una hora de Tesal¨®nica (la segunda ciudad de Grecia), alojadas en un hotel del pueblo costero de Vrasna, y su reubicaci¨®n en un pa¨ªs de la Uni¨®n Europea parece que ha dejado de ser una quimera. Podr¨ªa ser una realidad. El desesperado mensaje que en julio pasado compartieron con un equipo de Amnist¨ªa Internacional: ¡°Necesitamos que nos escuchen. S¨¢quennos de Grecia¡±, podr¨ªa no haber ca¨ªdo en saco roto.
En su momento, estas cinco mujeres no tuvieron opci¨®n. Sab¨ªan que otras mujeres yazid¨ªes hab¨ªan sido torturadas, violadas, obligadas a casarse, vendidas o entregadas como regalo a los combatientes. Pertenecen a una minor¨ªa perseguida especialmente por el Estado Isl¨¢mico. Algunos de sus rasgos f¨ªsicos, rubias y ojos azules, las convierten en objetivo prioritario. Cuando arrasaron la zona de Irak en la que viv¨ªan, secuestraron a cientos de hombres, mujeres, ni?os y ni?as. Les obligaron a convertirse al Islam, despreciando su tradici¨®n milenaria. Los ¨²ltimos datos dicen que 3.800 mujeres, ni?os y ni?as yazid¨ªes permanecen en cautiverio. Muchas de estas personas han abandonado sus hogares y buscan refugio en otras poblaciones de Irak. Otras, como estas cinco mujeres, emprendieron largos viajes en busca de protecci¨®n internacional.
Al llegar al campo de refugiados tuvieron miedo. Las cinco formaron un c¨ªrculo de protecci¨®n para darse apoyo y para acompa?arse en asuntos tan cotidianos y humanos como ir al ba?o. S¨ª, ten¨ªan miedo de cruzarse con hombres en el camino. El alumbrado es escaso en los campos. Los servicios b¨¢sicos, tambi¨¦n. Hay mucho barro, mucha tienda de campa?a, muy poca intimidad y muchas tensiones. Viven personas desesperadas, con pocos recursos, procedentes de culturas y etnias muy distintas. Los conflictos son tan humanos como la vida misma. Ellas decidieron construir una especie de hamman (ba?o turco) junto a sus tiendas. Se sent¨ªan mejor. M¨¢s seguras.
Los ¨²ltimos datos dicen que 3.800 mujeres, ni?os y ni?as yazid¨ªes permanecen en cautiverio
Amnist¨ªa Internacional conoci¨® su caso e hizo campa?a por ellas desde oto?o pasado. Desde entonces, se han recogido m¨¢s de siet mil mensajes para hacerles ver que su c¨ªrculo es mucho m¨¢s amplio. Que su historia interesa al mundo. Que no est¨¢n solas. Les llev¨¦ los mensajes en mano, impresos en cinco cuadernos, despu¨¦s de discutir a brazo partido con el tipo de la aerol¨ªnea griega que no me dejaba embarcar con los mensajes. All¨ª, en el mostrador del aeropuerto de Madrid, con una larga cola de pasajeros detr¨¢s y el tiempo apremiando, est¨¢bamos discutiendo sobre el exceso de equipaje. ?Cu¨¢nto pesan siete mil mensajes de solidaridad? Por supuesto que mucho. ?Es usted capaz de dejar en tierra los mensajes de miles de personas an¨®nimas por dos kilogramos de m¨¢s? Al final, se impuso la cordura, claro, y los cuadernos vencieron los tr¨¢mites de la burocracia.
Encontr¨¦ a Kurtey, Karmey, Beshey y Noorey agotadas, pero esperanzadas, con el sue?o de llegar a Alemania, quiz¨¢s espoleadas por la noticia de que una de ellas, Ghazal, se encuentra ya en Atenas, en el ¨²ltimo paso para conseguir llegar a Alemania. A¨²n as¨ª su sufrimiento es visible en su tono de voz y en sus rostros. Cuando recibieron los dibujos y mensajes de Amnist¨ªa Internacional, se deshacieron en elogios. ¡°Gracias. Gracias. Es importante saber que no estamos solas. Aqu¨ª a veces nos sentimos como en una prisi¨®n. Queremos ir a Alemania, queremos que nuestros hijos tengan educaci¨®n, queremos salir de aqu¨ª¡±, dijo Kurtey en representaci¨®n de todas.
Rumbo a #Grecia . M¨¢s de 50.000 personas refugiadas atrapadas all¨ª en un un duro invierno esperan solidaridad de la Uni¨®n Europea #YoAcojo pic.twitter.com/cjaBFqkMFK
— ?ngel Gonzalo (@Trompikonio) January 29, 2017
Estas mujeres como muchas otras personas llevan meses varadas en Grecia. Con las fronteras cerradas y olvidadas del mundo. En marzo de 2016, al cerrarse la frontera griega con Macedonia, se bloque¨® de hecho la ruta a otros pa¨ªses europeos. Incapaces de proseguir sus viajes para reunirse con sus familias y perseguir sus sue?os, las personas refugiadas y solicitantes de asilo est¨¢n obligadas a quedarse en Grecia ¡ªque nadie lo olvide, hablamos de un pa¨ªs sumido en una devastadora crisis econ¨®mica¡ª lo que ha provocado una crisis humanitaria que no se ha resuelto, aunque nos hayamos acostumbrado a ella.
Europa se ha convertido en una fortaleza y las leyes que garantizan la protecci¨®n internacional son papel mojado para las m¨¢s de 60.000 almas que a¨²n esperan solidaridad en Grecia (47.000 en el territorio continental). Muchas est¨¢n asqueadas, cansadas, agotadas, derrotadas, traicionadas. Hay que ponerse en su piel. Huyen de conflictos, han sufrido persecuci¨®n, han dejado atr¨¢s sus vidas, sus familias est¨¢n separadas en otro pa¨ªs: Suecia, Espa?a, Alemania, Francia¡ La geograf¨ªa cambia, las historias se parecen. Hace fr¨ªo en esta ¨¦poca del a?o, sobre los cero grados y llueve de forma intermitente. No es agradable estar aqu¨ª. Fuera de casa, sin un futuro claro, con la nostalgia de todo lo que se qued¨® atr¨¢s. Cada entrevista acaba en l¨¢grimas.
Son las mujeres yazid¨ªes por las que hemos hecho campa?a. Van a recibir 7000 mensajes que de su c¨ªrculo de protecci¨®n #YoAcojo pic.twitter.com/G9PgYEOcEU
— Amnist¨ªa Internacional Espa?a (prensa) (@AIPrensaESP) January 31, 2017
Europa, el bloque pol¨ªtico m¨¢s rico del mundo, tiene los medios y la capacidad necesarios para ofrecer esperanza a las personas refugiadas que se encuentran atrapadas en Grecia, y para cumplir sus compromisos jur¨ªdicos y morales. No se olviden. Hablamos de justicia, no de caridad. Ya existen mecanismos para distribuir a los y las solicitantes de asilo por la UE, como el programa interno de reubicaci¨®n de la UE o sus normas de reagrupaci¨®n familiar. Pero la mayor¨ªa de los Estados miembros de la UE se est¨¢n dedicando a postergar, cuando no a combatir activamente, cualquier iniciativa para acelerar los tr¨¢mites. La consecuencia de tanta dilaci¨®n es el sufrimiento inmenso y evitable de personas como las cinco mujeres yazid¨ªes que dan sentido a esta historia.
El Gobierno espa?ol, por su parte, tampoco est¨¢ a la altura. Hasta el momento han llegado poco m¨¢s de 1.000 personas refugiadas a nuestro pa¨ªs ¡ªalgo m¨¢s de 600 desde Grecia¡ª cuando el compromiso es de acoger a m¨¢s de 17.000 antes de septiembre de 2017 (m¨¢s de 6.000 desde Grecia). A este ritmo, se tardar¨¢n dos d¨¦cadas en cumplir lo prometido. En una de sus primeras comparecencias p¨²blicas, el nuevo ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, confirm¨® el compromiso, pero hace falta m¨¢s velocidad, hace falta no fallar a las personas, hace falta m¨¢s voluntad pol¨ªtica y menos discursos que caen en saco roto. Algunas de las cinco mujeres yazid¨ªes de esta historia est¨¢n m¨¢s cerca de su objetivo. No deber¨ªan ser una excepci¨®n.
Entregamos a las mujeres yazid¨ªes que han huido del ISIS 7000 mensajes recogidos en Espa?a para apoyarles en su sol¡ https://t.co/rq4nGNeVq6
— Amnist¨ªa Internacional Espa?a (@amnistiaespana) January 31, 2017
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