Natalie Massenet: ¡°Quiz¨¢ deber¨ªa haber un Spanish Fashion Council¡±

¡°Mi chaqueta es de Burberry; la camiseta, de Bella Freud y la falda, de Erdem. Todo firmas brit¨¢nicas. Bueno, menos los zapatos, que son de Dolce & Gabbana¡±. Detallar las marcas que uno viste suele ser interpretado como un signo de vanidad, pero en el caso de Natalie Massenet (Los ?ngeles, 1965) se trata casi de una cuesti¨®n de estado. Adem¨¢s de fundadora de Net-a-Porter ¡ªla mayor tienda de lujo online¡ª es, desde 2013, presidenta del British Fashion Council (BFC), el organismo encargado de promocionar la moda brit¨¢nica y de gestionar la Semana de la Moda de Londres.

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Bajo su batuta, esta cita ha terminado de consolidarse como una de las m¨¢s relevantes del mundo, compitiendo incluso con Mil¨¢n por el t¨ªtulo oficioso de capital de la moda masculina. La pr¨®xima edici¨®n de la pasarela inglesa se celebra al mismo tiempo que la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Una coincidencia recurrente. ¡°Deber¨ªamos organizarnos. Para los periodistas y compradores que viajan alrededor del mundo siguiendo los desfiles es muy dif¨ªcil dividirse. Cada ciudad debe tener su momento¡±, apuntaba el pasado mi¨¦rcoles en el bar de un hotel madrile?o. Massenet se encontraba en la ciudad para acudir a la British Fashion Night (noche de la moda brit¨¢nica), organizada por la Embajada de Reino Unido. ¡°El a?o pasado exportamos a Espa?a prendas y complementos por valor de 330 millones de libras [384 millones de euros]¡±, argumenta.

Como la empresaria multimillonaria que es, a Massenet le gusta respaldar sus decisiones con datos. De hecho, una de las aportaciones al BFC de las que m¨¢s orgullosa se siente es un estudio en el que, por primera vez, se mide el peso de la industria textil en la econom¨ªa brit¨¢nica. Es, seg¨²n explica, el sector que m¨¢s r¨¢pido est¨¢ creciendo, aporta 32.500 millones de euros al PIB y emplea a un mill¨®n de personas. ¡°Cuando hablas de moda mucha gente no te toma en serio. Pero cuando pones las cifras encima de la mesa, cuando hablas de ella como de un negocio, la gente empieza a escuchar¡±. Desde las grandes cadenas de distribuci¨®n como Topshop, que reservan un espacio en sus tiendas para vender las colecciones de dise?adores emergentes, hasta el gobierno. Massenet cuenta satisfecha que el primer evento no institucional que Theresa May organiz¨® al llegar a Downing Street fue un encuentro con representantes del mundo de la moda.

La empresaria tambi¨¦n ha conseguido involucrar en su estrategia a prestigiosas facultades de negocios, como la London School of Economics: ¡°Ponemos en contacto a j¨®venes con una extraordinaria mentalidad empresarial y a los que les encantar¨ªa trabajar en la moda con creadores noveles¡±, que han sido llamados por el camino de la aguja y no de la calculadora. Adem¨¢s, desde que el a?o pasado se recortasen las ayudas estatales, recauda fondos para becas. ¡°Sin ellas, Alexander McQueen nunca podr¨ªa haber ido a la Central Saint Martins¡±.

Consejos para Espa?a

Resulta inevitable la comparaci¨®n con Espa?a, cuna de una de las mayores empresas textiles del mundo ¡ªInditex¡ª; de uno de los grandes genios de la costura ¡ªBalenciaga¡ª y, seg¨²n Massenet, de ¡°una de las marcas m¨¢s excitantes del panorama¡±: Delpozo. ¡°La moda est¨¢ en un buen momento en Espa?a. Y aunque sigue siendo importante que haya una pasarela donde se cierren compras y negocios, lo primero que deben hacer tanto los dise?adores como cualquier organizaci¨®n es utilizar las herramientas que est¨¢n a su alcance para llegar a una audiencia global de forma inmediata. En Londres hacemos live streaming durante los desfiles y animamos a los dise?adores a utilizar las redes sociales¡±, cuenta.

Massenet recuerda que, cuando lleg¨® al cargo hace poco m¨¢s de tres a?os, escribi¨® personalmente a todas las firmas presentes en la Semana de la Moda de Londres. ¡°Les ped¨ª que cuando organizasen sus desfiles pensasen en momentos susceptibles de viralizarse a trav¨¦s Instagram; que les diesen a los periodistas, a los blogueros y a los invitados im¨¢genes que pudiesen viajar por el mundo. Que pensasen en sus marcas no solo como empresas de ropa sino como medios de comunicaci¨®n, igual que hace Burberry¡±.

Aunque la clave, asegura, radica que todos actores implicados en el sector ¡ªdise?adores, tiendas, estado, medios, escuelas¡ª a¨²nen esfuerzos por un bien com¨²n. Incluso en un pa¨ªs tan poco dado al consenso como Espa?a. ¡°Tal vez lo ¨²nico que hace falta es un Spanish Fashion Council¡±.