La pandemia que empieza en el h¨ªgado
Se calcula que la hepatitis B y C afectan a unos dos millones de personas en Camer¨²n. La coexistencia con el VIH y el consumo de alcohol, principales causas
Tres meses. Cuatro, m¨¢ximo. El veredicto es un¨¢nime. Los doctores que miran la pantalla de la ecograf¨ªa lo tienen claro. Es un tumor de gran tama?o. Un c¨¢ncer tan desarrollado que probablemente se haya extendido a la columna vertebral. De ah¨ª que el paciente no pueda mover las piernas. Proviene del h¨ªgado, muy afectado por culpa de una hepatitis B y C. Caso terminal, lo trasladan a la unidad de hospitalizaci¨®n. El paciente es uno de los 2,2 millones de personas afectadas por este virus en Camer¨²n, seg¨²n datos del Ministerio de Salud. La coexistencia con el VIH, cuya prevalencia en el territorio nacional se sit¨²a en torno al 4,5% en una poblaci¨®n de 22,25 millones ¡ªseg¨²n el censo de 2013¡ª, y el creciente consumo de alcohol son los culpables.
Estamos en el centro de salud de Bikop, un pueblo de casas esparcidas entre la fecunda vegetaci¨®n de un bosque ecuatorial con alrededor de 6.000 vecinos. Forma parte de la Misi¨®n de la Congregaci¨®n Cat¨®lica de las Esclavas del Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s y el diagn¨®stico lo realiza Rosi Garc¨ªa Mart¨ªnez Pe?alver, misionera espa?ola de 51 a?os. Junto a ella, la pareja francesa de m¨¦dicos voluntarios Guillaume y Gwenole Martinot, de 35 y 33 a?os, respectivamente. El lugar, a unos 70 kil¨®metros al sur de Yaound¨¦, la capital, se ha convertido en referencia de cuidados paliativos, como los que va a recibir N. J. P., de 28 a?os, mirada de terror, palabra amputada y un bulto en la tripa sentenci¨¢ndolo de muerte. "Ha llevado una vida desordenada", lamentan los padres.
"Viene con l¨ªquido en el est¨®mago", explica Rosi Garc¨ªa. En el ¨²ltimo mes, es el sexto caso de hepatitis libre de VIH en el centro, aunque suela presentarse junto a ¨¦l, ya que se transmite de la misma forma: por trasmisi¨®n sexual o de sangre y de madre a hijo en el embarazo. Se calcula que un tercio de los infectados de VIH a escala global tambi¨¦n porta el virus de la hepatitis B, que, tanto como la C, ataca al h¨ªgado. La mayor¨ªa de estas infecciones agudas se cura de manera espont¨¢nea, mientras que un porcentaje se vuelve cr¨®nica.
Desde 2012, en Bikop se ofrece apoyo y seguimiento a estos pacientes. "En estos pa¨ªses donde no hay una seguridad social, todo se paga y no hay acceso a muchas de las terapias disponibles en otros lugares m¨¢s desarrollados, los cuidados paliativos son la ¨²nica alternativa a pacientes con patolog¨ªas cr¨®nicas muy avanzadas y cada vez m¨¢s prevalentes. Se intenta ofrecer una muerte digna sin dolor", aseguran las hermanas.
La prevenci¨®n y la cura dependen de los medios familiares y de una cultura de la enfermedad que, a veces, tiene m¨¢s de creencia que de ciencia
A las dependencias del hospital se acercan a diario personas con estas enfermedades y, muchas veces, en convivencia con otras repentinas (paludismo, infecciones, patolog¨ªas ginecol¨®gicas, etc¨¦tera). Apoyado por la fundaci¨®n Recover y fundado hace 50 a?os, el centro de salud se erige puntero en detecci¨®n, seguimiento y sensibilizaci¨®n sobre VIH. Por eso, entre otras cosas, recibe en torno a 1.200 pacientes al mes. "En los primeros 11 meses del a?o hemos tenido 14 tumores. Si es peque?o, se puede hacer una cirug¨ªa menor o mandar el paciente a una cl¨ªnica m¨¢s grande. Este ¨²ltimo no puede ni extirparse de lo grande que est¨¢. Y cada vez se ve en gente m¨¢s joven¡±, apostilla la hermana.
Como pandemia mundial, pero con mayor incidencia en ?frica y Asia Central, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) cifra en 686.000 las muertes anuales por c¨¢ncer hep¨¢tico causado por hepatitis B y unas 700.000 por dolencias relacionadas con la C. En ambos casos, la prevenci¨®n y la cura dependen, en estos lugares, de los medios familiares y de una cultura de la enfermedad que, a veces, tiene m¨¢s de creencia que de ciencia. "Primero, la gente tarda en venir; luego, no sigue el tratamiento. Y, por ¨²ltimo, busca alternativas porque cree que es una maldici¨®n que alguien le ha echado", expresa Garc¨ªa Mart¨ªnez Pe?alver. Las transfusiones de sangre no seguras o la transmisi¨®n ven¨¦rea desembocan en que la estimaci¨®n de afectados hasta el pasado julio por la hepatitis B sea de 240 millones de personas y de entre 130 y 150 millones de C en el mundo.
"En nuestro centro, un 12% de los pacientes sufre de hepatitis B y un 1,3% de hepatitis C", cuenta la directora del centro, la hermana y tambi¨¦n m¨¦dico Ana Guti¨¦rrez. "Hay muchas infecciones en ni?os por transmisi¨®n vertical, es decir, de madre a hijo. Ahora empieza a cobrar inter¨¦s nacional, pero nosotras llevamos tiempo detectando estos casos. Adem¨¢s, el incremento del consumo de alcohol agrava el estado del enfermo".
La doctora Guti¨¦rrez muestra unas notas sobre un aumento en el gasto en bebidas alcoh¨®licas por parte de adolescentes, algo inaudito pocos a?os atr¨¢s. Y no hace falta mirar su cuaderno sino fijar la vista en el suelo. En las calles de Yaound¨¦ o en los caminos arcillosos de extramuros, se acumulan miles de bolsitas de pl¨¢stico mordidas y arrugadas. Conten¨ªan cinco centilitros de ginebra o whisky de hasta 43 grados. Fighter, King Arthur o Lion D'Or son los nombres elegidos para estos saquitos que la gente absorbe a diario desde por la ma?ana y que han causado un verdadero problema de salud en el pa¨ªs centroafricano. Una de estas marcas, Odontol, fue retirada del mercado el pasado mes de noviembre por estar vinculada con la muerte de 21 personas en un pueblo del este debido a una intoxicaci¨®n alcoh¨®lica. Una gr¨¢fica de la ONU concluye que el 5,7% de la poblaci¨®n ten¨ªa en 2010 graves des¨®rdenes debido al consumo de alcohol.
Los ex¨¢menes de diagn¨®stico de la hepatitis C valen unos 460 euros, a los que se suman unos 180.000 para el tratamiento, en un pa¨ªs donde?un salario mensual es de unos 100 euros de media
Los s¨ªntomas que comparten ambos trastornos son la fatiga, los dolores musculares, la fiebre baja o la orina turbia. Pueden desarrollarse de forma inminente o incluso seis meses despu¨¦s de contraerlos. De la inflamaci¨®n del h¨ªgado por hepatitis B o C, en los casos cr¨®nicos, se pasa a una ictericia, traducida externamente en una coloraci¨®n amarillenta de la piel por un aumento de la bilirrubina. Estos s¨ªntomas alertan de la enfermedad y de la posibilidad de que la persona pueda estar padeciendo cirrosis, que puede desembocar en c¨¢ncer. A lo que se enfrentan en Bikop no es solo a esta enfermedad, sino a los factores sociales, culturales y econ¨®micos del pa¨ªs, como la escasa costumbre de prevenir o de seguir el tratamiento, una realidad que entra en confrontaci¨®n directa con los ritmos que imponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU. En 2030 se deber¨ªan haber combatido la hepatitis y erradicados el VIH o la tuberculosis en el mundo.
Para lograrlo hay dos l¨ªneas de actuaci¨®n: pedagog¨ªa y tratamiento. En el centro de salud de Bikop, la concienciaci¨®n sobre hepatitis va muy ligada a la informaci¨®n sobre VIH. Un equipo de profesionales locales se encarga del programa de sensibilizaci¨®n, educaci¨®n terap¨¦utica y acompa?amiento a las personas que viven con ¨¦l. Cada d¨ªa, la gente espera en un patio central su turno para las distintas consultas y servicios. Atienden por un precio reducido hasta 90 personas al d¨ªa, por hora de llegada. En el laboratorio realizan las pruebas necesarias para el diagn¨®stico y seguimiento de todos estos enfermos y sus afecciones; en la sala de espera de la consulta prenatal explican temas relacionados con la salud de la madre y el beb¨¦, entre ellos, c¨®mo cuidar a las madres seropositivas y evitar la infecci¨®n si son portadoras del VIH.
El Gobierno, adem¨¢s, ha subvencionado el tratamiento para tratar el VIH (totalmente gratuito) y el a?o pasado anunci¨® una reducci¨®n en el coste de los medicamentos trimestrales de la hepatitis C, pasando de 11 millones de CFA (unos 17.000 euros) a 450.000 (687 euros). Ambas opciones, en cualquier caso, quedan lejos de las posibilidades de los cameruneses, con un salario mensual de unos 100 euros de media. "El tratamiento de la hepatitis B cuesta 5.000 CFA al mes (7,6 euros) y para la hepatitis C, los ex¨¢menes previos de diagn¨®stico valen 300.000 CFA (460 euros) y luego unos 180.000 (274 euros) de tratamiento al mes", relata Guti¨¦rrez.
Con una esperanza media de vida de 61 a?os, los cameruneses se han subido al carro de las enfermedades hep¨¢ticas. Y aquellas que no pueden curarse por falta de medios est¨¢n saliendo del ¨¢mbito familiar para convertirse en un asunto fundamental en la estructura sanitaria del pa¨ªs. Teniendo 620.000 habitantes con VIH, el siguiente paso es reducir las estad¨ªsticas de nuevas afecciones para que el diagn¨®stico de N. J. P. no sea una sentencia de tres o cuatro meses, m¨¢ximo, sino un veredicto de esperanza.
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