Las condiciones adversas causan menos conexiones neuronales en los ni?os
Los primeros tres a?os de vida pasan r¨¢pido y constituyen una ventana ¨²nica para potenciar el desarrollo del cerebro
El conocimiento cient¨ªfico sobre el cerebro humano ha crecido de forma vertiginosa. Desde la medicina y la psicolog¨ªa se ha aprendido much¨ªsimo sobre el desarrollo cerebral a lo largo de la vida en los ¨²ltimos a?os. Uno de los hallazgos principales, que tiene consecuencias directas en la formulaci¨®n de pol¨ªticas sociales, es que los primeros a?os de vida son fundamentales para establecer los cimientos sobre los que se construyen la salud, la capacidad de aprendizaje y el bienestar de las personas. Es durante este periodo cuando, a un ritmo superior que en ning¨²n otro, se producen la mayor cantidad de conexiones neuronales y se forma la arquitectura f¨ªsica del cerebro.
Los cient¨ªficos que estudian el cerebro confirman que las experiencias durante la primera infancia tienen un papel esencial en la arquitectura cerebral. Por ejemplo, el estar expuesto a situaciones de violencia o de adversidad durante los primeros a?os de vida puede traducirse en cambios f¨ªsicos en la estructura de las conexiones neuronales del cerebro. Las neuronas o c¨¦lulas nerviosas permiten que los ni?os respondan a los est¨ªmulos que les rodean, y constituyen los bloques con los cuales se construye el cerebro humano. Un ni?o expuesto a condiciones de adversidad de manera sistem¨¢tica durante la primera infancia desarrolla menos conexiones neuronales. Revertir estos resultados m¨¢s adelante es complejo y costoso.
Servir y devolver, como en el tenis
La ciencia nos dice, al mismo tiempo, que las interacciones de calidad entre los adultos y los ni?os son esenciales para la biolog¨ªa humana. Aqu¨ª los expertos usan una met¨¢fora del tenis: la del ¡°servir y devolver¡±. Los ni?os nacen programados para interactuar con los adultos que los rodean. Esa interacci¨®n con el adulto ¨C a trav¨¦s de miradas, sonidos, palabras o gestos- da forma al cerebro humano. El ni?o ¡°sirve¡±, o expresa algo, y el adulto ¡°devuelve¡±, o reacciona a las expresiones del ni?o. La sucesi¨®n de estas interacciones, frecuentes, consistentes y de buena calidad, desarrolla la arquitectura del cerebro.
Interacciones de calidad
Ahora bien, los adultos que se encargan de los ni?os en sus primeros a?os de vida, padres, madres, abuelos, cuidadores en casa y educadores en centros de cuidado infantil, con frecuencia no conocen cu¨¢nto afecta al desarrollo infantil su comportamiento y la manera en la que ellos interact¨²an con los ni?os a su cargo. Espec¨ªficamente, existe poco conocimiento sobre la importancia de las interacciones de calidad entre padres y ni?os desde el inicio de la vida. Pero ?qu¨¦ es una interacci¨®n de buena calidad? Se trata de una interacci¨®n que ocurre con frecuencia y que transmite calidez en el tono de lenguaje, en la selecci¨®n de palabras. Hablo tambi¨¦n de una interacci¨®n receptiva, que percibe y responde a la emoci¨®n que transmite el ni?o con sus gestos, con sus sonidos. Una interacci¨®n rica en lenguaje, que construye un di¨¢logo a partir de una muestra de inter¨¦s del ni?o, por m¨¢s peque?o que este sea. ¡°Me aprietas el dedo con tanta fuerza, te gusta mi mano, est¨¢ fr¨ªa¡± es algo que le podemos contar a un beb¨¦ de pocas semanas de nacido. Sin este tipo de interacciones con los adultos que le rodean, el cerebro humano del ni?o en desarrollo no aprovecha todo su potencial durante los a?os de mayor crecimiento. Por esta raz¨®n los programas de trabajo con familias que buscan mejorar la calidad de las interacciones y las oportunidades de juego y estimulaci¨®n en el hogar han ganado popularidad en Latinoam¨¦rica durante los ¨²ltimos a?os.
Los desaf¨ªos de la vida moderna
Aunque la tecnolog¨ªa ha facilitado de maneras variadas la vida moderna y permite a muchos padres y madres tener m¨¢s tiempo para jugar e interactuar con sus hijos, tambi¨¦n hay efectos nocivos sobre los cuales es necesario crear conciencia. Casi sin darnos cuenta, los adultos nos hemos vuelto adictos al tel¨¦fono m¨®vil, dejando de lado oportunidades de relacionarnos uno a uno con los ni?os que nos rodean. Existen investigaciones relativamente recientes que encuentran que, como consecuencia del uso desmedido del celular, los padres hablan y se relacionan menos con sus hijos. Es particularmente f¨¢cil descuidarse de interactuar con los ni?os m¨¢s peque?os. La investigaci¨®n demuestra que esta interacci¨®n, menos frecuente y de menor calidad, tiene consecuencias sobre el desarrollo de lenguaje en la primera infancia, pero tambi¨¦n sobre el comportamiento y la autoestima infantil.
Los primeros tres a?os de vida pasan r¨¢pido y constituyen una ventana ¨²nica para potenciar el desarrollo del cerebro, con consecuencias para el bienestar, la salud y el aprendizaje durante el resto de la vida. Las interacciones adulto-ni?o son irremplazables en este periodo para dar forma a la arquitectura del cerebro. Por eso las familias y todos los adultos que tienen a su cargo el cuidado y la atenci¨®n de ni?os peque?os necesitan informaci¨®n y apoyo para proveer a los peque?os de interacciones de buena calidad de forma consistente. El Estado y la pol¨ªtica p¨²blica juegan tambi¨¦n un papel importante asegurando que todos los ni?os, incluso aquellos en las condiciones m¨¢s adversas, tengan la oportunidad de desarrollar su potencial.
Caridad Araujo es especialista l¨ªder de la divisi¨®n de salud y protecci¨®n social del Banco Interamericano de Desarrollo
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