Sonrisa y ¨¦pica

A Artur Mas le han sobrado algunas cosas a su paso por el banquillo ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC). La primera es haber intentado defenderse de las acusaciones de desobedecer al Tribunal Constitucional espa?ol. Lo l¨®gico, dadas las circunstancias en que se ha producido su procesamiento, habr¨ªa sido que le negase la competencia para juzgarle a un tribunal espa?ol. Pero m¨¢s importante todav¨ªa es que la columna vertebral de su alegato no haya sido una proclamaci¨®n solemne de culpabilidad. Porque el argumento central de los independentistas es la negaci¨®n de la soberan¨ªa espa?ola y la afirmaci¨®n rotunda de que ellos est¨¢n en otra cosa, que consiste esencialmente en desobedecer, en negar la ley com¨²n.

Imaginemos que Artur Mas resulta absuelto de la desobediencia. En ese caso, el veredicto se basar¨ªa en que el Tribunal Constitucional no le hab¨ªa avisado de que estaba desobedeciendo y de que incurr¨ªa en un posible delito. ?Qu¨¦ har¨ªa entonces Mas con esa sentencia? No le servir¨ªa de nada, porque habr¨ªa estado dentro de la ley espa?ola.

Imaginemos que Mas es declarado culpable. En ese caso, su defensa har¨ªa que el veredicto no tuviera ninguna contundencia, porque Mas se habr¨ªa plegado a usar una triqui?uela de baja calidad, que no habr¨ªa bastado para que el tribunal le exculpara.

Su estrategia ha estado lejos de lo que Puigdemont proclamaba con orgullo: Hemos estado de pie cuando nos quer¨ªan de rodillas.

Otra cosa que le ha sobrado a Mas, como casi siempre, es el uso excesivo de su sonrisa. Decenas de miles de soberanistas le contemplaban esperando el gesto ¨¦pico que Mas estaba deseando dar.

Y la ¨¦pica ha distado mucho de ser el caldo en el que se ha cocinado su comparecencia. ?Qu¨¦ lejos ha estado Mas de los gestos rimbombantes, pero eficaces, de Llu¨ªs Companys rindi¨¦ndose a los ca?ones de Batet mientras que algunos de sus colegas belicistas se escapaban por un t¨²nel!

La sonrisa de Mas no sirve para saciar el apetito de ¨¦pica de esas decenas de miles de personas que esperaban el gesto inaugural de una nueva Catalu?a de la que estar¨ªan excluidos todos los espa?oles, empezando por los miembros del TSJC. Ya exhibi¨® esa media sonrisa en el Camp Nou, ante el Rey, con el ¨²nico prop¨®sito de que se sintiera insultado. Ahora, Mas tiene que dejar la sonrisa ir¨®nica, porque el alegato tan temeroso de su defensa no le aguantar¨ªa mantenerla.

Artur Mas ha escogido mal el argumento de su defensa y la sonrisa impostada.