Huir de las pandillas sobre una tabla de surf
Los j¨®venes de un entorno marginal de Lima apuestan por los deportes acu¨¢ticos para alejarse de la delincuencia
El surf es una de las mayores pasiones de los lime?os. Una estampa t¨ªpica de la capital de Per¨², la ¨²nica sudamericana situada a orillas del mar, son los surfistas que bajan los acantilados con sus tablas bajo el brazo a primera hora de la ma?ana, antes de entrar a trabajar, o por la tarde, una vez concluida su jornada laboral. Sin embargo, el precio de una tabla o de un traje de neopreno para soportar las fr¨ªas aguas del Pac¨ªfico hace que sea una actividad inasequible para una inmensa parte de la poblaci¨®n, que, empleada en la informalidad o en el trabajo precario, vive al d¨ªa.
En Alto Per¨², un barrio del popular distrito de Chorrillos y uno de los m¨¢s paradigm¨¢ticos ejemplos de las groseras desigualdades sociales de Lima, los muchachos se acercan a este deporte para apartarse de las tentaciones de la calle y evitar caer en las pandillas. Dando clases a chicos y chicas de familias desfavorecidas, la asociaci¨®n Alto Per¨² busca mantenerlos alejados de la delincuencia y las drogas y proveerles de unos h¨¢bitos saludables, unos nuevos modelos a seguir y, para los m¨¢s persistentes, incluso un medio de vida.
El proyecto surgi¨® hace una d¨¦cada de la mano de Diego Villar¨¢n, que entonces se dedicaba a dar clases a j¨®venes de familias pudientes de Alto Per¨² o socios del Regatas. Este club, el m¨¢s exclusivo de Lima, est¨¢ situado frente a una hilera de grandes y elegantes bloques de apartamentos con vistas al malec¨®n y a la playa de Aguadulce, una de las m¨¢s apreciadas por los surfistas en la ciudad. Pero estos edificios, lo primero que uno encuentra al llegar al barrio, son como el decorado de un teatro que esconde una pobreza obscena. Justo detr¨¢s de ellos comienzan a subir por la ladera del Morro Solar, un conjunto de cerros que identifica a Chorrillos, las casas precarias de este antiguo asentamiento irregular creado por pescadores.
Las callejuelas asfaltadas terminan pronto para dar lugar a caminos de tierra que suben entre casas cada vez m¨¢s precarias. Son pocos los forasteros que se aventuran en esta zona, donde grupos de j¨®venes se re¨²nen en algunas esquinas para consumir, en el mejor de los casos, cervezas y cigarrillos.
Villar¨¢n creci¨® en el l¨ªmite entre el sector rico y el pobre y, aunque de familia acomodada, conoc¨ªa a la gente de este ¨²ltimo. Asegura que ha visto a muchos de ellos ¡°ir a la c¨¢rcel o acabar muertos: les han disparado por robar, en accidentes¡¡±.
Cuando iba a dar sus clases, los muchachos de la zona escondida del barrio, medio en broma, le reclamaban: ¡°Me ve¨ªan con las tablas y siempre que pasaba me dec¨ªan ¡®?Y nosotros?¡¯, como diciendo: ¡¯S¨®lo ense?as a los pitucos (los pijos), a los que puedan pagar¡¯. As¨ª naci¨® la asociaci¨®n Alto Per¨²¡±.
Villar¨¢n empez¨® en 2006 a dar clases gratuitamente a un grupo de cinco adolescentes de 14 y 15 a?os, pero se dio cuenta de que esa edad no es la id¨®nea para enderezar a un joven. ¡°Con estos cinco chicos en realidad no llegu¨¦ a sentir un cambio. Los agarr¨¦ muy tarde y ahora casi todos est¨¢n presos¡±, explica.
¡°Dej¨¦ las clases durante un a?o y replante¨¦ el proyecto para ni?os menores de 12 a?os. En 2008 con la ayuda de dos amigos m¨¢s del barrio lanc¨¦ la escuela gratuita Alto Per¨²¡±, cuenta. Y ah¨ª es cuando empez¨® a sentir que pod¨ªa marcar la diferencia. ¡°Los chicos de la segunda promoci¨®n ya eran susceptibles a que les dijeras cosas y aprend¨ªan todo inmediatamente, eran como esponjas¡±. Admite que no todos experimentaron un cambio radical: ¡°De esa promoci¨®n la mitad habr¨¢ ido por un mal camino y la otra mitad no. Pero esa mitad que s¨ª funcion¨® fue s¨²per valiosa¡±.
Surfista apasionado, Villar¨¢n logra transmitir a sus pupilos las bondades de esta actividad deportiva. ¡°Por un lado el surf es un espacio muy terap¨¦utico. Los chicos se pueden escapar e ir al mar a olvidarse un poco de sus problemas, meterse en el agua helada, disipar su mirada en el horizonte, sentir el silencio en vez de estar escuchando los gritos del reguet¨®n todo el d¨ªa en la casa, a su mam¨¢ o a su pap¨¢ gritando, a sus hermanos peleando, o a los vecinos borrachos¡±.
Adem¨¢s, est¨¢n los beneficios directos para su salud: ¡°Se vuelven m¨¢s sanos, con mejores costumbres: se acuestan antes, se levantan m¨¢s temprano para correr¡±. Pero tambi¨¦n, agrega, ¡°empiezan a conocer gente nueva y tienen nuevas influencias positivas en su vida, ya no solo ven al t¨ªo delincuente o al otro moto taxista, sino que empiezan a mirar a diferentes tablistas que viajan por el mundo y empiezan a decir ¡®yo tambi¨¦n quiero eso¡¯. El tener un sue?o o un objetivo ya les cambia la vida¡±.
El surf y el muay thai proporcionan a los m¨¢s j¨®venes un equilibrio emocional que dif¨ªcilmente van encontrar en sus casas.
Villar¨¢n sigue con su escuela de surf particular para financiarse y que recibe donaciones en forma de tablas y trajes de neopreno para los chicos a los que da clases gratuitas. Cada verano (austral), una treintena de chicos de origen humilde reciben sus lecciones gratuitas. Algunos de ellos contin¨²an entrenando con ¨¦l el resto del a?o, como Nicol¨¢s, de 12 a?os, que empez¨® a aprender en 2015 y lo ha seguido practicando casi todos los d¨ªas.
¡°En el barrio dec¨ªan que hab¨ªa un proyecto para aprender surf y yo me quise meter¡±, explica. Recuerda que cuando comenz¨® no le apasionaba mucho porque no siempre consegu¨ªa mantenerse en pie sobre la tabla. ¡°Pero cuando aprend¨ª me comenz¨® a gustar y corro tabla hasta ahora. Es ch¨¦vere correr olas¡±.
¡°Querr¨ªa ser profesional, ser campe¨®n¡±, revela el muchacho. Y no es una quimera. Ha visto c¨®mo algunos de los chicos mayores del barrio que empezaron a hacer surf con la asociaci¨®n Alto Per¨² hace a?os se han profesionalizado.
¡°Tengo un grupo de 10 chicos que quieren sobresalir¡±, indica Villar¨¢n. A varios de ellos les da trabajo como instructores en su escuela de pago y dos forman parte de la selecci¨®n nacional de surf.
En 2012 la asociaci¨®n Alto Per¨² incluy¨® tambi¨¦n el muay thai, el arte marcial de origen tailand¨¦s, entre su oferta y, aparte de la excelente acogida por los chicos y chicas del barrio, tampoco les est¨¢ yendo nada mal en cuanto a resultados. Uno de los pupilos de la escuela se logr¨® coronar, con solo 15 a?os, campe¨®n mundial en la categor¨ªa de 48 kilos.
Fue precisamente a trav¨¦s de este que Sebasti¨¢n, de la misma edad, comenz¨® a interesarse en el muay thai hace ya dos a?os: ¡°Yo al principio no quer¨ªa, pero una vez fui y comenc¨¦ a pelear. Es un deporte bac¨¢n (estupendo): cuando entreno me relajo, me desestreso¡±. Sebasti¨¢n prob¨® el a?o pasado tambi¨¦n con el surf y ahora se debate entre los dos deportes.
Ismael Pe?a es uno de los profesores de muay thai de Alto Per¨². Los entrenamientos son en un gimnasio habilitado en la azotea de un edificio de Chorrillos, a unos metros de Alto Per¨², con el techo cubierto por una lona. ¡°Yo tambi¨¦n vengo de un barrio peligros, de aqu¨ª de Chorrillos. No es el para¨ªso. Hay un mont¨®n de delincuencia y, como no he querido ser de pandillas, ahora me gusta tambi¨¦n ense?ar para que ellos pueden salir de donde est¨¢n¡±, sostiene.
Al igual que el surf, Pe?a considera que esta disciplina proporciona a los m¨¢s j¨®venes un equilibrio emocional que dif¨ªcilmente van a encontrar en sus casas: ¡°Yo he visto que a muchos alumnos les estabiliza. Est¨¢n muy cargados y esto les ayuda a descargar, a estar m¨¢s serenos. Los hace m¨¢s seguros y comienzan a volverse m¨¢s responsables¡±.
Villar¨¢n ve como un ¨¦xito de la asociaci¨®n que los muchachos a los que beneficia no dejen el colegio. ¡°Lo m¨¢s com¨²n aqu¨ª es que no hagan secundaria. No lo valoran. No hay una visi¨®n para el futuro. Cuando empec¨¦ les preguntaba a los chicos que reci¨¦n empezaban qu¨¦ quer¨ªan ser de grandes, nadie ten¨ªa ni idea. ¡®?Grande?, ?qu¨¦ es eso?¡¯, dec¨ªan¡±.
Adem¨¢s, a?ade, logra que ¡°los chibolos del barrio ya no est¨¦n tan pendientes de conseguir las cosas a trav¨¦s del hurto¡±. Ahora, ¡°tienen otra visi¨®n, quieren ser deportistas profesionales para conseguir dinero y despu¨¦s estudiar. Ya hacen planes para el futuro. Tengo chicos que est¨¢n estudiando fisioterapia, fotograf¨ªa o hacen pr¨¢cticas en empresa audiovisuales¡ Empiezan a descubrir nuevos mundos y cosas que pueden hacer. Y que lo que se proponen es realizable, que no es un sue?o imposible¡±.
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