?Por qu¨¦ el fanzine vuelve locos a los nativos digitales?

Folios doblados, grapas y ganas de escribir sobre algo que te apasiona o dibujar sin realizar concesiones a ning¨²n editor. La f¨®rmula, sencilla pero efectiva, que define al fanzine, la m¨¢gica combinaci¨®n de fan + magazine. La contracultura de los sesenta y setenta vio florecer una creatividad inusitada que, en Espa?a, arranc¨® cuando se intu¨ªa la Transici¨®n y sirvi¨® de plataforma a una generaci¨®n de autores hoy considerados como referentes. En el siglo de la hegemon¨ªa digital, el fanzine vive una ¨¦poca de esplendor creativo respaldada por un s¨®lida comunidad de autores, editoriales, eventos y tiendas especializadas. Bienvenidos a la edad de oro de la autoedici¨®n

Los primeros fanzines de ciencia-ficci¨®n y c¨®mic se remontan a la d¨¦cada de los a?os 30 del siglo pasado, e incluso los prestigiosos premios Hugo entregan un galard¨®n a la mejor publicaci¨®n de este tipo desde 1955. En Espa?a, los primeros fanzines sobre ciencia-ficci¨®n y fantas¨ªa heroica datan de finales de los a?os sesenta. Sin embargo, es a mediados de la d¨¦cada siguiente cuando dibujantes como Max, Mariscal, Nazario o Ceesepe comienzan a autoeditar su primeras publicaciones de c¨®mic en una ¨¦poca en la que gente como Alaska, Fernando M¨¢rquez "El Zurdo" o Carlos Berlanga vend¨ªan sus fanzines musicales en el rastro de Madrid. Unos y otros tomar¨ªan modestas publicaciones en blanco y negro como punto de partida para exitosas carreras art¨ªsticas.

Encuentros en la tercera grapa

Mondo Brutto o 2.000 Man¨ªacos crearon escuela en materia de cultura popular trash. La labor de estos titanes de la autoedici¨®n se vio acompa?ada puntualmente por luminarias como Yoyo, descacharrante artefacto "para gilipollas como t¨²". Sus herederos son un grupo de publicaciones que abogan por la m¨²sica, el cine, la televisi¨®n y los tebeos desde el nicho, la actitud avant la lettre o el abierto frikismo. Son cabeceras como el camale¨®nico Jo, t¨ªa!, autoproclamado primer fanzine de teenage exploitation. El colectivo Teenage Thunder defiende la postadolescencia y el hedonismo desvergonzado desde su web y actividades, pero tambi¨¦n con el Fanzine para Chicas y Maricas, a caballo entre lo reivindicativo, la nostalgia y lo disfrut¨®n. O los Libritos Jenkins de Oscar Alarcia: pasi¨®n por el cine raro, la lucha libre o series como B¨²scate la vida. Le freak, c'est chic, vaya que s¨ª.

Este muerto est¨¢ muy vivo

Han tenido que pasar cuarenta a?os y devenir una revoluci¨®n digital para que el fanzine viva en nuestro pa¨ªs una eclosi¨®n que camina de la mano de un exuberante ecosistema en el mundo del c¨®mic patrio. Hay quien podr¨ªa pensar que la tupida red de editoriales y autores que habitan en un momento de m¨¢xima exposici¨®n y difusi¨®n habr¨ªa hecho que los fanzines, tebeos guerrilleros en formato peque?o, tirada reducida y producci¨®n cuasi artesanal, se convirtiesen en reliquias del pasado. Y, sin embargo, en el momento en el que m¨¢s y mejor se publica c¨®mic en Espa?a, en el que m¨¢s f¨¢cil es encontrar tebeos y novelas gr¨¢ficas en grandes superficies o librer¨ªas especializadas, leer sobre ellos en medios de todo tipo o difundirlos en formato digital a un p¨²blico global es cuando el fanzine goza de una mejor salud.

D¨ªas de libritos y cosas

Con trece ediciones a sus espaldas, el Tenderete de Valencia es el festival de autoedici¨®n sonora y gr¨¢fica m¨¢s longevo del pa¨ªs. Otros como el Gutterfest (Barcelona) se fijaron en un modelo autogestionado, gratuito y sin ning¨²n tipo de subvenci¨®n p¨²blica que re¨²ne a artistas de toda Espa?a y parte de Europa. El Graf (Madrid y Barcelona) toma como modelo el Small Press Expo, evento de comics indie por excelencia en EE UU. Organizado por un grupo de artistas, estudiosos y fans del c¨®mic y la ilustraci¨®n, ha asentado una firme identidad propia y una interesant¨ªsima programaci¨®n. Los eventos de autoedici¨®n del Liceo Mutante (Pontevedra) o el festival Libros Mutantes (Madrid), centrado en la relaci¨®n entre las artes visuales y la edici¨®n, destacan en un panorama que en los ¨²ltimos a?os ha sido testigo de eventos y jornadas en los que el fanzine y el do it yourself han jugado un papel fundamental.

"Lo bueno de la autoedici¨®n es que no existen m¨¢s criterios que el tuyo propio para editar", se?ala Roberta V¨¢zquez. La dibujante s¨ª que admite que existe "una est¨¦tica formal para reconocer un fanzine, asociada a la grapa, al papel, y a los pocos medios". Pero, advierte, "hoy en d¨ªa mucha gente autoedita sus propios libros y c¨®mics y puede tener el mismo aspecto que un libro de una gran editorial, solo que gestionando t¨² todo el proceso".

V¨¢zquez, gallega residente en Barcelona, es una de las autoras m¨¢s inquietas del panorama actual. Ha realizado ilustraciones e historietas para m¨²ltiples medios (incluido TENTACIONES), portadas de discos y carteles de conciertos para grupos como Kalashnikoff, Mujeres o Fantasmage, ha participado en diversas exposiciones y su obra ha sido publicada por diversas editoriales. Y, claro, autoedita sus propios fanzines. El ¨²ltimo, Pizza y sof¨¢, re¨²ne a 42 artistas alrededor de, efectivamente, los dos elementos indispensables de una tarde-noche de Netflix. Aun as¨ª, Roberta confiesa no hacer "ni la mitad que creo que deber¨ªa hacer o que se me pasan por la cabeza".

Desde Madrid, Klari Moreno destaca del fanzine "la libertad creativa, el esp¨ªritu casero, hacer peque?os experimentos y ejercicios gr¨¢ficos, la implicaci¨®n f¨ªsica, el papel". Tambi¨¦n subraya que su proceso de creaci¨®n y venta es "mucho m¨¢s directo y personal; se crean unos lazos diferentes que con las grandes superficies". La artista destaca adem¨¢s c¨®mo el formato de folios y grapas es solo un punto de partida: "Se ven muchas publicaciones con cualidades t¨¦cnicas muy cuidadas, fanzines de naturaleza art¨ªstica". Como ella misma admite, ya no es simplemente tener la necesidad de publicar con pocos medios, sino que esos medios sean ¨²nicos.

La madrile?a, de 23 a?os, ha autoeditado fanzines como Origen, Nudo y origen y Hocicos calientes, pero tambi¨¦n ha colaborado con editoriales como Libros de Autoenga?o, Ediciones Valientes o Fosfatina. En esta ¨²ltima coincide con Roberta V¨¢zquez en la antolog¨ªa Teen wolf, en el que cerca dos docenas de autoras le dan vueltas al mito del hombre lobo.

Las dos, junto a nombres como N¨¦stor F., Mirena Ossorno, Roberto Mass¨®, Irkus Zeberio, Mart¨ªn L¨®pez Lam, Julia Huete, CF, Carlos Gonz¨¢lez Boy, Conxita Herrero, Joaqu¨ªn Guirao, Los Brav¨², Michael Perrinow, Juarma, Mar¨ªa Ramos, Nacho Garc¨ªa, Pu?o, Mireia P¨¦rez o Jorge Parras, por citar solo a algunos, conforman un ecosistema que, repartido por toda la geograf¨ªa nacional, disfruta de una m¨¢s que saludable heterogeneidad. Pueden haber intercambiado fanzines autoeditados en eventos como el Gripo Gripo, las jornadas de edici¨®n modesta del Liceo Mutante de Pontevedra, en eventos de autoedici¨®n como el Tenderete (Valencia) o el Gutterfest (Barcelona) o encuentros de c¨®mic de autor como el Graf (Madrid y Barcelona). Quiz¨¢s han compartido p¨¢ginas o colecci¨®n en microeditoriales como Ediciones Valientes, Fosfatina, Apa-Apa, Tik Tok, Ultrarradio o Libros de Autoenga?o, o puede que sus obras est¨¦n una al lado de la otra en tiendas especializadas como Sandwich Mixto (Madrid), Fatbottom Books (Barcelona) o El Armadillo Ilustrado (Zaragoza).

El caso es que el panorama del c¨®mic y la ilustraci¨®n autoeditados en Espa?a es tan grande como para que en ¨¦l coexistan fanzines de gran disparidad. Como El gru?iverso, antolog¨ªa abierta fruto del taller de c¨®mic de una asociaci¨®n cultural, proyectos de duraci¨®n concreta como Paranoidland o fanzines colectivos con diez a?os de trayectoria a sus espaldas como Rantifuso. Tambi¨¦n como para que sea imposible realizar un reportaje sin dejar fuera nombres de autores, editoriales, librer¨ªas especializas o eventos, por no hablar de otras disciplinas como la fotograf¨ªa, poes¨ªa, cine o m¨²sica. Al mismo tiempo, tambi¨¦n es lo suficientemente peque?o para que todos, muchos o algunos de ellos se conozcan, admiren, interact¨²en y lleven adelante proyectos conjuntos. El punto de encuentro puede ser Internet y las redes sociales, pero tambi¨¦n las jornadas y eventos o las tiendas especializadas.

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