¡°La cardiopat¨ªa cong¨¦nita es una carrera de fondo. El ni?o puede ser operado varias veces¡±
Ocho de cada 1.000 ni?os nacidos en Espa?a llegan al mundo con esta enfermedad. Hablamos, por tanto, de unos 4.000 nuevos casos al a?o
Hoy, 14 de febrero, se celebra el D¨ªa Internacional de la Cardiopat¨ªa Cong¨¦nita. Ocho de cada 1.000 ni?os nacidos en Espa?a llegan al mundo con esta enfermedad. Hablamos, por tanto, de aproximadamente 4.000 nuevos casos al a?o, siendo la patolog¨ªa cong¨¦nita de mayor prevalencia en nuestro pa¨ªs. Sin embargo, a su alrededor a¨²n existe un gran desconocimiento, en parte porque hasta hace apenas tres o cuatro d¨¦cadas la mayor¨ªa de los que nac¨ªan con ella fallec¨ªan. Ahora, que gracias a los avances en las t¨¦cnicas de cirug¨ªa entre el 85% y el 90% de estos ni?os pueden salir adelante, se ha generado una necesidad social y econ¨®mica alrededor de esta enfermedad, por lo que se hace m¨¢s necesaria que nunca la sensibilizaci¨®n de la sociedad.
¡°Se desconoce mucho qu¨¦ es una cardiopat¨ªa cong¨¦nita. A veces se piensa que es una operaci¨®n de coraz¨®n como la que le hacen a una persona adulta que ha tenido un infarto, pero en el caso de estos ni?os es algo cr¨®nico que va a requerir intervenciones, pruebas, revisiones y tratamientos farmacol¨®gicos durante toda su vida¡±, explica Amaya S¨¢ez, directora de la Fundaci¨®n Menudos Corazones.
De ese desconocimiento sabe Vanessa Mart¨ªnez, aunque hoy utilice los t¨¦rminos m¨¦dicos, muchos de ellos muy especializados, como si de una cardi¨®loga se tratase. Su hijo Jose naci¨® sano hace poco m¨¢s de cuatro a?os, pero a los 40 d¨ªas de vida empez¨® a adelgazar. Tras pasar por el centro de salud, el Hospital de Melilla y el de M¨¢laga les dieron un diagn¨®stico desolador: el peque?o era portador de una enfermedad rara, el s¨ªndrome de Noonan, asociada con la cardiopat¨ªa cong¨¦nita. Su hijo no sobrevivir¨ªa m¨¢s de seis meses. Sin embargo, en el Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, al que fueron derivados, encontraron una puerta abierta a la esperanza. ¡°Al principio est¨¢bamos muy asustados y nos pregunt¨¢bamos que por qu¨¦ a nosotros, pero una vez que entras en un hospital de referencia sobre esta enfermedad como es el Gregorio Mara?¨®n te das cuenta de que no solo le pasa a tu hijo, sino que hay muchos ni?os y muchas familias en la misma situaci¨®n¡±, asegura.
¡°El shock que recibe una familia al conocer la noticia es brutal¡±, afirma Amaya Sa¨¦z, que destaca la necesidad de informaci¨®n, acompa?amiento y apoyo psicol¨®gico de las familias, servicios todos ellos ofrecidos desde la Fundaci¨®n. Tambi¨¦n del contacto con otras familias con hijos m¨¢s mayores y que ya han pasado por ese proceso, ¡°lo que hace que no se sientan ¨²nicos y que vean que no est¨¢n solos¡±; y de la preparaci¨®n para lo que va a venir, porque la cardiopat¨ªa cong¨¦nita es una enfermedad cr¨®nica, ¡°una carrera de fondo¡± en la que el ni?o, dependiendo de la tipolog¨ªa y la gravedad, ¡°va a tener que ser intervenido una o varias veces a lo largo de su vida y va a tener que seguir yendo peri¨®dicamente a revisiones¡±.
A sus cuatro a?os, el historial m¨¦dico de Jose impresiona. A los cuatro meses, con la funci¨®n del coraz¨®n ya muy empeorada, le operaron para ponerle un coraz¨®n artificial. Dos d¨ªas despu¨¦s, muy d¨¦bil y todav¨ªa con los pulmones encharcados de sangre por la cirug¨ªa, lleg¨® un coraz¨®n para realizar un transplante. Era tan bueno que los m¨¦dicos, pese a los riesgos, porque no sab¨ªan si aguantar¨ªa otra operaci¨®n, decidieron jug¨¢rsela. Sobrevivi¨®. M¨¢s de siete meses despu¨¦s, un d¨ªa antes de abandonar el hospital, tras superar otras complicaciones, tuvo una parada cardiorrespiratoria de veinte minutos que le dej¨® unas secuelas importantes a muchos niveles, aunque su coraz¨®n aguant¨® sin secuelas.
Afrontar la cardiopat¨ªa cong¨¦nita
Vanessa cuenta toda su experiencia con una entereza asombrosa, quiz¨¢s porque como ella misma dice, la cardiopat¨ªa se ha convertido para ellos en ¡°lo m¨¢s normal del mundo¡±, una realidad con la que van a tener que convivir el resto de la vida. ¡°Lo importante es que los ni?os como Jose no se sientan discriminados por la sociedad y ayudar en la medida que podamos a que la gente normalice esta enfermedad. Si te encierras en ti es un sinvivir¡±, afirma. Para la directora de Menudos Corazones la forma en que los padres vayan enfocando e integrando la cardiopat¨ªa en sus vidas ¡°est¨¢ directamente relacionada con c¨®mo luego ese ni?o va a aceptar la enfermedad en la suya¡±. Por eso, desde la Fundaci¨®n, el primer trabajo que realizan es con los progenitores, tanto tras la noticia inicial como antes de la primera intervenci¨®n quir¨²rgica, ¡°ya que esos momentos de hospital requieren de un acompa?amiento y una preparaci¨®n¡±.
Los ni?os son otra historia. El ejemplo es Jose, que a sus cuatro a?os, pese a las secuelas que le ha dejado la parada cardiorrespiratoria y que hacen que no sea muy consciente de todo lo que est¨¢ pasando, es ¡°un ni?o feliz, al que le encanta ir a la piscina a rehabilitaci¨®n y trabajar con su fisio¡±. ¡°Una cosa buena que tienen los ni?os es que al haber nacido con la cardiopat¨ªa, aprenden a vivir con ella¡±, explica Amaya, que cuenta como ellos mismos se autolimitan muchas veces en lo referente al esfuerzo f¨ªsico y ¡°saben hasta d¨®nde pueden llegar, aunque para esto tambi¨¦n haya que prepararles¡±. Especialmente cuando llegan a determinada edad y la competitividad puede convertirse en un riesgo, ya que pese a que pueden y deben hacer ejercicio, ¨¦ste siempre se debe llevar a cabo de forma controlada, sin llegar nunca a la competici¨®n.
En general, no obstante, el c¨®mo afronte cada ni?o su situaci¨®n depender¨¢ mucho de su car¨¢cter, del tipo de cardiopat¨ªa, de los periodos que haya pasado en el hospital, de la familia¡ ¡°Muchos de estos ni?os, precisamente por esos largos periodos que pasan en el hospital, a veces tienen dificultades en integraci¨®n social por haber faltado mucho tiempo a clase, por no poder apuntarse a un equipo de f¨²tbol y competir¡¡±. Por ello desde la Fundaci¨®n insisten en la necesidad de prepararlos, porque ¡°con los apoyos necesarios¡± s¨ª que pueden llegar a vivir una vida plena y estar totalmente integrados en la sociedad.
Necesidades sociales y econ¨®micas
Los avances m¨¦dicos han conseguido que hoy sobrevivan a la cardiopat¨ªa casi 9 de cada 10 ni?os, cuando hace menos de medio siglo el diagn¨®stico era casi una condena a muerte. Esto ha conllevado que surjan nuevas necesidades sociales y econ¨®micas para las familias que se enfrentan a esta situaci¨®n, ya que en muchos casos tienen que dejar sus casas y sus trabajos para viajar a Madrid en busca de una soluci¨®n para salvar la vida de sus hijos. ¡°Que el ni?o tenga que ser ingresado en Madrid, cuando la familia es de otra provincia, trastoca toda su vida, ya que alg¨²n miembro de la pareja tiene que dejar de trabajar, si tienen m¨¢s hijos tienen que dejarlos a cargo de familiares o de amigos¡ A eso habr¨ªa que a?adir el dispendio econ¨®mico que les supondr¨ªa costearse un alojamiento en la ciudad¡±, reflexiona Amaya S¨¢ez.
Fue el caso de Vanessa, que junto a su marido dej¨® el trabajo y la casa en Melilla para viajar a Madrid. Para suplir esta necesidad Menudos Corazones pone a disposici¨®n de estas familias sus cuatro pisos de acogida y las tres habitaciones en el Hotel NH Madrid Sur, fruto de un acuerdo con el Grupo NH Hoteles. ¡°De no ser por este programa muchas de las familias se ver¨ªan obligadas a dormir en los pasillos de un hospital, porque cuando entras all¨ª sabes cu¨¢ndo has entrado, pero no cu¨¢ndo vas a salir¡±, afirma la directora antes de recordar que las cardiopat¨ªas cong¨¦nitas, precisamente por las cirug¨ªas tan complejas que requieren, muchas veces precisan de largos periodos de hospitalizaci¨®n. Hablamos de meses. Incluso de a?os.
¡°Hace a?os como no exist¨ªa este colectivo de personas no exist¨ªa ninguna necesidad¡±, a?ade Amaya Sa¨¦z, que considera que la m¨¢s inmediata ahora, sobre todo para las familias que vienen de fuera de Madrid, es el apoyo econ¨®mico, lo que requerir¨ªa una mayor implicaci¨®n por parte de las instituciones. ¡°Es verdad que a veces las Comunidades Aut¨®nomas pagan una cantidad de dinero, pero es claramente insuficiente para cubrir todas las necesidades que se generan cuando una familia se ve obligada a desplazarse desde su lugar de origen y pasar un tiempo prolongado en Madrid¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.