Mejor tener tres novios que solo uno y serle infiel
Si sentirnos atra¨ªdos por otras personas al margen de la pareja es normal, ?por qu¨¦ no compartir los sentimientos en vez de convertirlo en infidelidad? Es la regla de oro de los partidarios del poliamor
Chico conoce a chica. Chico y chica se enamoran, y se casan, y tienen hijos, y envejecen juntos y son felices y comen perdices. Este es el modelo dominante de relaciones amorosas. Hace alg¨²n tiempo que la sociedad va aceptando que las chicas tambi¨¦n se enamoran de chicas y los chicos de chicos. Lo que todav¨ªa no es tan com¨²nmente aceptado es que el chico puede enamorarse de la chica, y de otra chica, y de otro chico, etc¨¦tera. Que el amor no tiene por qu¨¦ ser cosa solo de dos. Que existe el poliamor.
Este concepto es una de las formas de la no monogamia dentro de la cual se da toda una panoplia de posibilidades: la pareja abierta, el swinging, etc¨¦tera (un resumen de los diferentes tipos de no monogamia se puede encontrar en el libro Opening up, de Tristan Taormino, publicado por Melusina). Digamos que el poliamor es aquel que contempla verdaderas relaciones amorosas, no solo sexuales, m¨¢s all¨¢ de la pareja. ¡°Nosotros no tenemos problemas con la monogamia, sino con el pensamiento mon¨®gamo, que no es lo mismo. Por ejemplo, contemplamos la posibilidad de que alguien elija estar con una persona de forma mon¨®gama si eso es lo que apetece, pero siempre teniendo en cuenta que las cosas podr¨ªan ser de otra manera¡±, explica el sex¨®logo Miguel Vagalume, activista en pro de la no monogamia y portavoz del colectivo Golfxs con principios.
Porque no es del todo cierto que vivamos en una sociedad mon¨®gama. Un estudio realizado en Espa?a por el Instituto Ipsos, en 2014, arroj¨® que el 35% de los hombres y el 26% de las mujeres hab¨ªa sido alguna vez infiel. La infidelidad ¡ªsea descubierta o no¡ª, implica mantener secretos, enga?ar, faltar al respeto, mentir... a la que tal vez es la persona m¨¢s importante de nuestras vidas. El alto precio que muchas veces se paga es la ruptura o el divorcio. Para los no mon¨®gamos, la infidelidad es una prueba de la poca funcionalidad del modelo de la pareja tradicional y el amor rom¨¢ntico, fuertemente enraizado hasta en los productos culturales como pel¨ªculas, canciones pop u ¨®peras.
Los defensores de la no monogamia entienden que muchas veces los seres humanos pueden sentir desde una mera atracci¨®n sexual a complejos sentimientos afectivos por otras personas m¨¢s all¨¢ de la pareja. Que una sola persona no tiene por qu¨¦ cubrir todas las necesidades de otra durante toda su vida. La soluci¨®n que proponen no implica ni el enga?o ni la ruptura; muy al contrario, los no mon¨®gamos predican la honestidad y la aceptaci¨®n de nuestros deseos naturales. Si sentimos algo hacia otras personas, lo primero es contarlo y no mantenerlo como un sonrojante secreto. Compartir el sexo o el amor con terceros no tiene por qu¨¦ llevar a la destrucci¨®n de la pareja, sino que puede contribuir a consolidarla o incluso a transformarla en otra cosa: una relaci¨®n poliamorosa.
Los defensores de la no monogamia entienden que una persona no tiene por qu¨¦ cubrir las necesidades de otra durante toda una vida. Y proponen una soluci¨®n sin enga?o ni ruptura.
¡°Lo que hace el poliamor es sostener relaciones mucho m¨¢s trabajadas¡±, explica Giaz¨² Enciso, psic¨®loga social e investigadora en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Esto no es un clic, es un proyecto de vida que va a cambiar muchas facetas de la existencia. Implica mucha comunicaci¨®n sincera, un profundo conocimiento y culparte a ti de muchas cosas en vez de a la otra persona. El poliamor es dif¨ªcil, pero por eso enriquecedor. La monogamia es un libro escrito, el poliamor se va construyendo¡±, aclara esta activista. En Espa?a ya funcionan varios grupos en ciudades como Madrid, Barcelona, Le¨®n, M¨¢laga, Murcia o Santiago. Es f¨¢cil encontrarlos en Facebook. Seg¨²n estos grupos, existen personas poliamorosas que se sienten aisladas, incomprendidas o que ni siquiera saben que lo que sienten tiene nombre. Algunos identifican su lucha con la de los homosexuales, aunque en un estado mucho m¨¢s embrionario. Buscan lograr mayor visibilidad y reconocimiento social y legal de su forma de vida. Por ejemplo, que una persona poliamorosa que se va al extranjero a trabajar pueda conseguir visado para sus varios compa?eros (ahora solo lo obtiene su esposa o marido).
Con derechos
¡°Todav¨ªa no existen demandas procedentes de los colectivos poli a nivel legal (como sucede con el activismo LGTB), pero las relaciones no mon¨®gamas enfrentan m¨²ltiples vac¨ªos legislativos y se?alan, por tanto, posibles l¨ªneas futuras de transformaci¨®n legal¡±, explica Pablo P¨¦rez Navarro, investigador del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, y miembro del proyecto Intimate sobre ciudadan¨ªa y derechos LGTBQ (Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales y Queer). Seg¨²n el investigador, esto se debe a la tradici¨®n an¨¢rquica del amor libre y al desarrollo de habilidades propias de resoluci¨®n de conflictos: muchos poliamorosos no necesitan que el Estado reconozca su relaci¨®n mediante la instituci¨®n del matrimonio. ¡°Pero esto no quiere decir que las relaciones poliamorosas no sufran la discriminaci¨®n de la falta de protecci¨®n legal de sus relaciones ni que muchas personas en relaciones poliamorosas no eligieran, si pudieran, contar con la seguridad jur¨ªdica que provee el reconocimiento estatal¡±, explica. Una encuesta de la revista estadounidense Loving¡¯ More Magazine, de 2012, arroj¨® que el 90% de los m¨¢s de 4.000 entrevistados opinaba que las relaciones no mon¨®gamas deber¨ªan ser iguales ante la ley que las mon¨®gamas.
Entre los privilegios que disfrutan los mon¨®gamos, P¨¦rez Navarro se?ala, entre otros, econ¨®micos (los no mon¨®gamos no disfrutan de ning¨²n privilegio econ¨®mico o fiscal, como la declaraci¨®n de la renta conjunta, pensi¨®n de viudedad o la protecci¨®n de los derechos de herencia en ausencia de testamento); las relativas al mundo laboral (no tienen d¨ªas libres en caso de muerte del c¨®nyuge o reducci¨®n de jornada en caso de c¨®nyuge dependiente) o acceso a la nacionalidad espa?ola (en las parejas no mon¨®gamas no se obtiene la nacionalidad mediante el matrimonio). ¡°A largo plazo es muy previsible que este abanico de desprotecciones y discriminaciones conduzcan a m¨²ltiples batallas judiciales¡±, afirma el investigador.
Sin l¨ªmite de miembros
No existe una forma est¨¢ndar de poliamor: a veces se forman triejas (grupos de tres) donde uno de los componentes act¨²a como v¨¦rtice (los otros son coesposos); otras veces los tres miembros se aman por igual. Tambi¨¦n se pueden formar grupos mayores e incluso comunas de personas que se aman entre s¨ª, como fue la californiana Comuna Kerista dentro de lo que llamaron polifidelidad. Tampoco hay normas establecidas para afrontar la crianza de los hijos, aunque normalmente todos los miembros participan en ella. Los poliamorosos se adentran en caminos nuevos que no han sido transitados y que exigen resolver constantemente problemas cotidianos a?adidos mediante la comunicaci¨®n y la negociaci¨®n.
Porque todo esto, a primera vista, puede sonar muy bonito, pero no resulta f¨¢cil. Entre las dificultades se encuentran los problemas relacionados con la autoestima, los celos o el sentimiento de posesi¨®n; tambi¨¦n los relacionados con explicar esta forma de vida a la poca habituada sociedad que les rodea; los que surgen con la crianza de los hijos o los meramente administrativos si desean formalizar su estatus mediante papeles de curso legal. Por todo ello, en las pr¨¢cticas no mon¨®gamas es sumamente importante el trabajo sobre uno mismo, la negociaci¨®n concienzuda y la libre y honesta comunicaci¨®n con ¨¦l (o los otros). Tambi¨¦n existen problemas log¨ªsticos, m¨¢s prosaicos, porque como dicen los poliamorosos, aunque el amor puede ser infinito, el tiempo y los recursos (el dinero, sin ir m¨¢s lejos) para dedicar a varias personas, no.
Una forma de resistencia
El poliamor se puede enfocar desde una perspectiva feminista: ¡°El principal problema que tiene la monogamia en el romanticismo patriarcal es que es solo para nosotras, las mujeres. La doble moral sexual ha permitido siempre a los hombres simultanear relaciones, tener una visible y formal, y adem¨¢s otras con amantes espor¨¢dicas, duraderas o de pago¡±, indica Coral Herrera, escritora, investigadora y creadora del taller Laboratorio del Amor. En el poliamor, las mujeres tambi¨¦n pueden tener varios amores y relaciones, y de forma completamente honesta.
M¨¢s que una mera pr¨¢ctica vital, muchos ven en la monogamia todo un sistema que se instala bajo el paraguas del capitalismo y el heteropatriarcado. ¡°Me parece que la m¨¢xima dificultad es entender el alcance de la monogamia¡±, afirma la activista y te¨®rica Brigitte Vasallo; ¡°es una escuela de pensamiento que va mucho m¨¢s all¨¢ y cruza nuestra forma de relacionarnos con el mundo y la alteridad, con todo aquello que pasa de las fronteras de lo que consideramos nuestro¡±. Otra de las dificultades, a?ade, es llegar a comprender que los sentimientos (entre ellos los mon¨®gamos) no son espont¨¢neos: ¡°El amor s¨ª est¨¢ condicionado por lo social, estamos educados de una forma amorosa concreta¡±. Tambi¨¦n que el poliamor no tiene que ver con el usar y tirar, con el supermercado de los afectos o con una moda moderna. ¡°Lo interesante¡±, observa, ¡°es entenderlo desde un punto de vista pol¨ªtico, como una forma de crear redes de apoyo, cuidados y resistencia¡±.
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