Tres retos educativos en zonas vulnerables de Am¨¦rica Latina
Los planes educativos en las comunidades rurales deber¨ªan centrarse no solo en la formaci¨®n tradicional y homog¨¦nea, sino en fomentar las habilidades productivas de los ciudadanos
Cuando hablamos de educaci¨®n, generalmente acuden a la mente escuelas, profesores, universidades, libros, zonas de recreo, bibliotecas y alumnos. Ciertamente, esos son los elementos estructurales de cualquier sistema educativo, pero no los ¨²nicos. En muchas ocasiones, los planes educativos de los pa¨ªses no responden exitosamente a las necesidades y a las realidades de las comunidades vulnerables, especialmente de aquellas situadas en zonas rurales donde se concentran los porcentajes de pobreza m¨¢s elevados.
El caso de Am¨¦rica Latina, donde aproximadamente el 49% de habitantes rurales son pobres, muestra que los rezagos en los principales indicadores educativos est¨¢n detr¨¢s de la baja productividad al tiempo que son responsables del escaso aprovechamiento de los recursos al alcance de la poblaci¨®n.
Esta es una de las razones por la que los planes educativos en las comunidades rurales deber¨ªan centrarse no solo en la educaci¨®n tradicional y homog¨¦nea, sino en fomentar las habilidades productivas de los ciudadanos; por ejemplo, mejorar la productividad de los cultivos y fortalecer las capacidades de comercializaci¨®n y negociaci¨®n, o mejorar las condiciones econ¨®micas de las comunidades a trav¨¦s del turismo rural comunitario.
En Am¨¦rica Latina, el 49% de habitantes de zonas rurales son pobres
De hecho, en las zonas rurales y de poblaci¨®n ind¨ªgena, suele haber pocas alternativas de educaci¨®n y, por lo general, no son de mucha calidad. Para revertir esta situaci¨®n, se debiera fortalecer los programas comprensibles que contemplen las particularidades de este tipo de poblaciones.
Los tres principales retos que enfrentan las comunidades rurales de Am¨¦rica Latina, en t¨¦rminos de formaci¨®n y educaci¨®n son:
Universalizar la educaci¨®n primaria y aumentar los niveles de lectura, escritura y principios matem¨¢ticos
En promedio, el 16% de los j¨®venes rurales de 15 a 19 a?os no completan la educaci¨®n primaria. Por eso, los gobiernos de la regi¨®n deber¨ªan luchar para que todos los habitantes de sus pa¨ªses, al menos en cuarto grado, sepan leer, escribir, sumar y restar. El gran desaf¨ªo es lograr que los grupos m¨¢s vulnerables accedan a una educaci¨®n primaria de calidad y logren completarla de manera satisfactoria. Seg¨²n la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), la educaci¨®n secundaria es el corte para que un individuo participe activamente en la sociedad y mejore sus condiciones de vida. Otra raz¨®n de peso para que los m¨¢s vulnerables completen exitosamente la educaci¨®n primaria y, con ello, den el primer paso para salir de la pobreza.
Mejorar el v¨ªnculo entre formaci¨®n y demandas del mercado laboral
La vocaci¨®n productiva de estas comunidades debe tener relevancia en el mercado, es decir, que el oficio que ejercen sea necesario, demandado y pertinente. Muchas de las comunidades excluidas saben hacer algo que les genera ingresos para la subsistencia, pero no para tener una vida digna. Esto ocurre porque no tienen las capacidades productivas o porque el oficio o la actividad econ¨®mica a la que se dedican no son atractivos para el mercado.
La vocaci¨®n productiva de las comunidades debe tener relevancia en el mercado, es decir, que el oficio que ejercen sea necesario, demandado y pertinente
Por ejemplo, imaginen un caso en que un agricultor siembra papa en una comunidad del altiplano boliviano, donde todos los agricultores vecinos siembran la misma variedad de tub¨¦rculo (de poco valor comercial) para su autoconsumo y se torna dif¨ªcil el intercambio o la venta. En el mejor de los casos, ese excedente es vendido a un intermediario que va por la zona y lo compra a precios muy por debajo del mercado, y luego lo revende en los mercados cercanos, con lo cual es aquel intermediario quien se queda con la ganancia de la siembra.
Ahora bien, el cultivo de papa es b¨¢sicamente el mismo, para variedades de bajo y alto valor, por lo que en este punto es fundamental que el agricultor conozca qu¨¦ variedad de papa le dar¨¢ m¨¢s ingresos por el mismo esfuerzo para as¨ª sembrarla. Los agricultores pueden tener las capacidades productivas pero no entender la pertinencia de su producto en el mercado. Desde CAF ¨CBanco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina¨C tenemos muchos ejemplos de proyectos sociales que buscan nivelar estas capacidades productivas, atentos a la pertinencia del mercado, como el proyecto La Doble V¨ªa Inclusiva en Bolivia.
Poner en pr¨¢ctica sus capacidades de manera eficiente
Es importante que las comunidades puedan interiorizar las capacidades productivas, pero que tambi¨¦n puedan desarrollar ciertas aptitudes comerciales, para que sus emprendimientos u oficios puedan capturar las rentas del mercado. Las formaciones en este terreno deben realizar un diagn¨®stico inicial que las proyecte a alg¨²n mercado (turistas, supermercados, empresas de agua).
Por ejemplo, una comunidad campesina cercana a Cuzco (Per¨²) tiene una actividad econ¨®mica agr¨ªcola de base, pero tambi¨¦n realizan tejidos y cer¨¢micas, que les gustar¨ªa ofrecer a ese flujo de turistas que llega a la zona atra¨ªdos por el Machu Picchu. Si esta comunidad no se asocia con otras y complementa estos productos con servicios como hospedaje y restauraci¨®n, y se conectan con los operadores tur¨ªsticos de Lima y Cuzco, lo m¨¢s probable es que siga en la pobreza, dado que sus habilidades artesanales y de servicio (t¨¦cnicas) no est¨¢n acompa?adas por habilidades laborales (empat¨ªa, trabajo en equipo, puntualidad, respeto) y comercializaci¨®n (negociaci¨®n, emprendimiento). Un ejemplo de c¨®mo se puede desarrollar este v¨ªnculo es el proyecto Rutas, que mejora las condiciones materiales de comunidades campesinas cercanas a atractivos tur¨ªsticos.
El desaf¨ªo es grande y la regi¨®n reclama acciones oportunas para llegar a las comunidades vulnerables que en muchas ocasiones ven pasar el progreso sin apropi¨¢rselo demasiado. Empoderarles a trav¨¦s de la formaci¨®n ser¨¢ vital para que estos latinoamericanos sean garantes de su propio futuro y el de sus familias.
Silvia Oteyza es directora de sostenibilidad social en CAF (Banco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina).
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