Juliana Awada, algo m¨¢s que una primera dama
La esposa del presidente argentino, empresaria de moda, es esencial para la imagen de Mauricio Macri
Juliana Awada (Buenos Aires, 1974) no es solo la esposa de Mauricio Macri, el presidente argentino. Antes de casarse con ¨¦l, en 2010, ya era una exitosa empresaria de conocidas marcas de moda, miembro de una rica familia sirio-libanesa afincada en Argentina. Awada fue educada en los mejores colegios, vivi¨® en Oxford, viaj¨® por el mundo con el negocio de la moda. Tuvo un breve matrimonio a los 23 a?os y despu¨¦s vivi¨® 10 a?os con un conde belga, con el que tuvo una hija. Era una mujer independiente y rica cuando conoci¨® a Macri en un gimnasio del barrio m¨¢s caro de Buenos Aires. Hoy llega a Espa?a con su esposo en viaje oficial.
Ahora el papel de Awada, estrella de las revistas argentinas e internacionales, siempre pendientes de su cuidado look, va mucho m¨¢s all¨¢ del de una primera dama al uso. El fen¨®meno pol¨ªtico de Macri tiene mucho de experimento de m¨¢rketing. ?l insiste en no definirse ideol¨®gicamente, prefiere hablar de conceptos como la ¡°revoluci¨®n de la alegr¨ªa¡±. Macri y su gran gur¨², el ecuatoriano Jaime Dur¨¢n Barba, tienen muy claro que en la pol¨ªtica moderna la imagen lo es todo. Y ah¨ª Awada es fundamental, porque le aporta al presidente la idea de pareja joven ¡ªella tiene 13 a?os menos que ¨¦l¡ª enamorada, exitosa y feliz.
El 15 de noviembre de 2015, Macri viv¨ªa un momento clave: el debate con Daniel Scioli, candidato peronista, a una semana de las elecciones. Dur¨¢n Barba hab¨ªa insistido en que mucho m¨¢s importante que el propio debate era la imagen final, cuando Awada saliera a saludar a Macri. Y as¨ª fue. El beso de enamorados que ella le plant¨® fue el remate de un cruce que gan¨®, mientras la otra pareja ¡ªque se separ¨® poco despu¨¦s de la derrota electoral¡ª apenas atinaba a saludarse con frialdad. Macri gan¨® las elecciones y Awada, siempre elegante, se convirti¨® en un personaje inagotable.
Las fotos del matrimonio presidencial se cuidan al m¨ªnimo detalle. Nada es casual. En el ¨²ltimo viaje oficial a Nueva York, qued¨® la imagen de la pareja bes¨¢ndose en la sede de la ONU o paseando en bicicleta por Central Park. Antes hubo otras fotos, con la pareja recibiendo en su mansi¨®n de fin de semana a los Rolling Stones, de gira en Argentina, o compartiendo una tarde el para¨ªso de Bariloche, en los Andes, con el matrimonio Obama. Awada se fija mucho en Michelle, no lo oculta. ¡°Su experiencia y liderazgo ha sido una inspiraci¨®n para m¨ª en estos d¨ªas como primera dama¡±, le dijo cuando visit¨® Buenos Aires.
Mientras Macri recibe cr¨ªticas dur¨ªsimas, Awada parece intocable. Ella no se mete nunca en asuntos pol¨ªticos, evita la pol¨¦mica y es amable y accesible con los medios. Siempre parece de buen humor. Solo ha sido criticada ocasionalmente por vestir demasiado sexy en algunos actos oficiales. Antes de llegar a la presidencia s¨ª se hab¨ªa visto envuelta en una fuerte pol¨¦mica, porque sus marcas de ropa, en especial la de ni?os, Cheeky, fueron denunciadas por usar presuntamente trabajo esclavo en talleres ilegales de bolivianos. Fueron absueltos pero qued¨® la mancha. ¡°Que le pregunten a la esposa del se?or Macri c¨®mo trabajan los bolivianos en sus talleres¡±, clam¨® el presidente del Senado de este pa¨ªs, Jos¨¦ Alberto Gonz¨¢les, ante una reciente pol¨¦mica por un decreto que facilita las expulsiones de extranjeros si cometen delitos.
Awada llevaba tiempo prepar¨¢ndose para ser primera dama. Nacida en el seno de una familia musulmana, se bautiz¨® en 2014, un a?o antes de las elecciones. Argentina es un pa¨ªs con una presencia muy importante de musulmanes y jud¨ªos, pero el catolicismo en el que se educ¨® el italiano Macri es la religi¨®n ampliamente mayoritaria y la Iglesia, antes liderada por Bergoglio, ahora papa Francisco, tiene un papel clave.
Macri, dicen los que le conocen, cambi¨® completamente desde que se cas¨® con ella ¡ªantes tuvo otras dos esposas y tres hijos¡ª y naci¨® su hija, Antonia, que tiene cinco a?os. Ahora es un hombre mucho m¨¢s feliz, insisten sus amigos. Macri las lleva a todas partes. Ahora tambi¨¦n vienen al viaje a Espa?a que inicia oficialmente este martes. La ni?a incluso le acompa?a cuando recorre los barrios de los alrededores de Buenos Aires llamando a los timbres de las casas por sorpresa para charlar con los vecinos. La imagen de familia feliz forma parte esencial de la estrategia de comunicaci¨®n de la era macrista. En este caso adem¨¢s parece coincidir con la realidad.
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