Robotofobia
Las clases medias est¨¢n entrando en p¨¢nico al notar el aliento de la revoluci¨®n de la rob¨®tica en el cogote
Primero las m¨¢quinas vinieron a por los tejedores, pero como yo no era uno, no me preocup¨¦. Despu¨¦s de la disrupci¨®n del telar mec¨¢nico, el tractor sustituy¨® al arado y millones de agricultores dejaron los campos y se fueron a trabajar a las f¨¢bricas. M¨¢s tarde les toc¨® el turno a los trabajadores de las cadenas de montaje, y los soldadores fueron reemplazados por brazos articulados, pero tampoco me di por aludido mientras la industria manufacturera se llenaba de robots. Luego lleg¨® la hora de los conductores, y los veh¨ªculos aut¨®nomos dejaron sin trabajo a taxistas, repartidores y camioneros, pero como yo tampoco era uno de ellos, no protest¨¦. Ahora vienen a por m¨ª, cirujano, traductor, piloto de aviaci¨®n, economista, abogado o ingeniero, pero ya es demasiado tarde.
Como en la historia del pastor luterano Martin Niem?ller siempre falsamente atribuida a Bertolt Brecht, las clases medias est¨¢n entrando en p¨¢nico al notar el aliento de la revoluci¨®n de la rob¨®tica en el cogote. Huelen el miedo que otros trabajadores, menos cualificados, han sentido hist¨®ricamente ante los cambios tecnol¨®gicos. Y su reacci¨®n es, ?oh sorpresa!, protegerse.
Como no pueden evitar que los robots les sustituyan, algo que parece inevitable, algunos plantean ponerles un impuesto y que coticen por las personas que sustituyan. Algo que no se les pas¨® por la cabeza a las lavanderas cuando lleg¨® la lavadora, a los agricultores con el tractor o incluso a los actores de teatro con la televisi¨®n, aunque seguro que hubieran secundado de buena gana.
Desde que la humanidad tiene conciencia de s¨ª misma, ha dise?ado m¨¢quinas para sustituir el trabajo. Y siempre ha visto el proceso como una liberaci¨®n, no como una subordinaci¨®n, o simplemente se ha resignado. Nuestra vida est¨¢ rodeada de m¨¢quinas, como la lavadora, que han quitado el trabajo a alguien, y ya les hemos puesto impuestos, sobre el consumo, pero no sobre el trabajo. Cuando fijamos impuestos sobre el trabajo a los robots es porque les estamos reconociendo como iguales, no como m¨¢quinas. De ah¨ª la robotofobia. Como la xenofobia, se ceba con aquel que se piensa diferente pero en el fondo se percibe como igual. @jitorreblanca
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