El velo conquista el ¨²ltimo reducto laico en Turqu¨ªa
El Gobierno autoriza que las mujeres que sirven en las fuerzas armadas se cubran con un pa?uelo bajo la gorra o el casco
El integrismo religioso ha conquistado el ¨²ltimo reducto de laicidad obligada que quedaba en Turqu¨ªa, el Ej¨¦rcito. El velo ha vuelto a ser admitido como indumentaria de las mujeres que sirven en las Fuerzas Armadas, que podr¨¢n llevarlo debajo del gorro o del casco. Con este cambio propiciado por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, el velo ha completado su reconquista de los espacios p¨²blicos convertido en s¨ªmbolo de una involuci¨®n cultural que se ha propuesto erradicar cualquier vestigio de kemalismoen la vida turca.
Casi un siglo ha tardado el conservadurismo religioso en completar la reconquista. El velo fue prohibido tras la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica de Turqu¨ªa en 1923 como parte de los cambios modernizadores que impuso con mano de hierro Mustaf¨¢ Kemal Atat¨¹rk, convertido en h¨¦roe nacional. Atat¨¹rk estaba convencido de que la decadencia del imperio otomano se deb¨ªa a la mala calidad de su gobernanza por la agobiante influencia del islamismo tradicional. La nueva carta magna no se limit¨® a un planteamiento secularizador. Impuso la laicidad. El peso del islam era tan grande que no bastaba con separar Iglesia y Estado, hab¨ªa que poner a la religi¨®n bajo el control del Estado. La prohibici¨®n del velo y del fez masculino solo eran el s¨ªmbolo de cambios profundos y radicales: supresi¨®n del califato, prohibici¨®n de las escuelas religiosas, adopci¨®n del calendario gregoriano, implantaci¨®n del domingo como festivo y la sustituci¨®n del alfabeto ¨¢rabe por uno nuevo de ra¨ªz latina. La laicidad era el n¨²cleo de una revoluci¨®n que se impuso desde arriba y que inclu¨ªa importantes avances como el nuevo C¨®digo Civil, que proclam¨® la igualdad de la mujer ante la ley, prohibi¨® la poligamia y permiti¨® el matrimonio civil y que llev¨® a que en 1935 las mujeres turcas pudieran votar.
Los cambios surtieron efecto y fueron duraderos, pero la religi¨®n segu¨ªa ah¨ª y con la revoluci¨®n isl¨¢mica que se inici¨® en Ir¨¢n a finales de los setenta empez¨® a cambiar el ecosistema cultural. Erdogan ha convertido la vuelta del velo en el s¨ªmbolo de la involuci¨®n conservadora y autoritaria que impulsa desde el poder. En 2008 el Parlamento levant¨® la prohibici¨®n de usarlo en la universidad y a partir de entonces se fue autorizando su uso en los servicios p¨²blicos, la Administraci¨®n de Justicia y la polic¨ªa. El Ej¨¦rcito, autoproclamado basti¨®n de la laicidad, ha sido el ¨²ltimo basti¨®n en caer.
Cuando el partido de Erdogan plante¨® la batalla para que se pudiera acudir con velo a la Universidad, muchos progresistas apoyaron la reivindicaci¨®n, no porque estuvieran en contra del principio de laicidad, sino por defender la libertad de las mujeres y favorecer su acceso a los estudios superiores. Quer¨ªan impedir que, a diferencia de los hombres, tuvieran que elegir entre sus convicciones y los estudios. Siete a?os despu¨¦s, el integrismo religioso le ha dado por completo la vuelta a la tortilla: el 60% de las mujeres turcas llevan ahora velo. Y son las que no lo llevan las que se sienten presionadas y se?aladas con el dedo en un pa¨ªs atemorizado por las purgas y la represi¨®n que se ejerce desde el poder.
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