Los monstruos viven en el agua
Criaturas pavorosas que acechan en r¨ªos y mares
Su aspecto es pavoroso, y se cree que existen ejemplares gigantes que podr¨ªan estar detr¨¢s de las leyendas sobre dragones y serpientes de mar. Hablo del tibur¨®n anguila (Chlamydoselachus anguineus), una aut¨¦ntica reliquia antediluviana con forma de serpiente que alcanza los cuatro metros de longitud, vive a grandes profundidades y tiene mand¨ªbulas armadas con filas de dientes en sierra que recuerdan la cabeza giratoria de una tuneladora.
Desde tiempos inmemoriales, los monstruos alimentan mitos, fantas¨ªas, sue?os y pesadillas. Puede parecer una chifladura, pero animales fant¨¢sticos como el kraken, el calamar gigante de las leyendas escandinavas, al final han resultado ser reales. La criptozoolog¨ªa se ocupa del estudio de los seres fant¨¢sticos y los posibles animales reales que podr¨ªan existir tras el mito. Los cient¨ªficos serios la consideran una pseudociencia, aunque en alg¨²n caso acierte: el celacanto, un pez contempor¨¢neo de los dinosaurios que se cre¨ªa extinguido desde hace ochenta millones de a?os (se pensaba que algunos ejemplares disecados que hab¨ªan llegado a los museos eran falsos) result¨® ser real: el 22 de diciembre de 1938 se captur¨® un ejemplar vivo cerca de las islas Comoras, donde existe una poblaci¨®n estable.
SIRENAS SEDUCTORAS
?Y qu¨¦ pasa con las sirenas? ?Existen? ?De verdad pierden la cola cuando se enamoran? Una controvertida teor¨ªa pseudocient¨ªfica nacida al calor de la new age asegura que tras el mito de las sirenas podr¨ªa estar alguna especie desconocida de hom¨ªnido adaptado al medio acu¨¢tico. Los esc¨¦pticos, entre los cuales me encuentro, dicen que ese ¡°hom¨ªnido¡± se llama manat¨ª, un mam¨ªfero marino, emparentado con el elefante, perteneciente al orden de los sirenios. Las sirenas que se exhiben en algunos museos, como el Cryptozoology Museum de Portland (Maine, EE UU), son fakes: falsificaciones fabricadas con monos disecados cosidos a una cola de pez. Se las conoce como sirenas de Fiji, y los marineros las sol¨ªan llevar a casa como recuerdo. En julio de 2011, el National Ocean Service (http://oceanservice.noaa.gov), un comit¨¦ cient¨ªfico que depende del Gobierno de los Estados Unidos, declar¨® que las sirenas no existen (en realidad, el informe no dice que no existan, sino que ¡°jam¨¢s se ha encontrado una prueba de su existencia¡±). Como so?ar no cuesta, yo me quedo la sirena rubia de la pel¨ªcula Splash (1984), aunque sea de mentirijillas y se llame Daryl Hannah.
PAVOROSOS PECECILLOS
Imaginad una pira?a de casi dos metros y un peso de ochenta kilos, con dientes afilados como cuchillos y tan largos como el dedo de la mano. Pues existe: se trata del pez tigre gigante (Hydrocynus goliath), el depredador m¨¢s feroz del Congo y otros r¨ªos de ?frica, al que se atribuyen varios ataques mortales a humanos. Este pariente de la pira?a amaz¨®nica es el mayor de las seis especies del g¨¦nero Hydrocynus, que en griego significa perro de agua. Se pensaba que el pez tigre era un lobo solitario, pero no es as¨ª: los que viven en la mara?a de canales y papiros del delta del Okavango se comportan de forma similar a las pira?as, atacando en grupo en un frenes¨ª de sangre, tripas y dientes.
El pac¨² de vientre rojo (Piaractus brachypomus) es un pariente de la pira?a, con una dentadura adaptada para comer nueces y frutos. Es un pez originario de las cuencas del Orinoco y el Amazonas, donde sigue una estricta dieta vegetariana. Muy apreciado por su carne, se suele criar en estanques y ha sido introducido en otros ecosistemas. Ocurri¨® en los r¨ªos de Pap¨²a Nueva Guinea, donde algunos ejemplares alcanzan un tama?o enorme, con grandes dientes amarillos de aspecto humano. Como por all¨ª no encuentran la fruta que les gusta, se han adaptado y ahora comen huevos: es decir, cuando los lugare?os se meten en el r¨ªo, les arrancan a mordiscos los test¨ªculos para luego masticarlos. Eso tiene que doler.
GIGANTES GOLOSOS
Los meros tienen un aspecto pachorr¨®n, tambi¨¦n un inmenso apetito. Son grandes y muy curiosos, y suelen acercarse a los buceadores, a ver qu¨¦ pillan. Los que viven en aguas tropicales pueden llegar a ser muy muy grandes. Los ejemplares de mero gigante, "un monstruo que de vez en cuando, por una mezcla de af¨¢n de experimentaci¨®n y estupidez, le arranca un brazo o una pierna a un ba?ista, luego se acuerda de que no le gusta el sabor de la carne humana y lo escupe" (Bill Bryson), pueden alcanzar tama?os descomunales: hasta seiscientos kilos o m¨¢s. Aparentemente inofensivo, algunos ejemplares son capaces de tragarse a un hombre entero.
COMEDORES DE CAD?VERES
Con m¨¢s de tres mil especies, los siluriformes o peces gato (por los tent¨¢culos o barbillas que tienen en las mand¨ªbulas, similares a los bigotes de un gato) son los reyes de las aguas dulces. Los hay peque?os, como el insidioso candir¨², y enormes como el pez gato del Mekong (Pangasianodon gigas) o el Silurus glanis, originario de los r¨ªos de Europa Central. En 1974, este ¨²ltimo fue trasplantado al embalse de Mequinenza (Zaragoza), y se ha extendido por toda la cuenca del Ebro y el Segre, acabando con la poblaci¨®n local de barbos. Se han pescado ejemplares de m¨¢s de ochenta kilos, y en YouTube se pueden ver v¨ªdeos de siluros gigantes cazando palomas al vuelo bajo los puentes de Zaragoza.
Mi favorito es el goonch (Bagarius yarelli), un enorme pez gato que vive en el Ganges y otros r¨ªos de la India que se alimenta con los restos humanos arrojados al agua tras las cremaciones. Los hinduistas lo consideran un pez sagrado, poco menos que un dios, y ni lo pescan ni se lo comen. Algunos ejemplares alcanzan tama?os descomunales, y como le han cogido el gusto a la carne humana churruscadita, tambi¨¦n se han zampado a varias personas mientras hac¨ªan sus abluciones.
MORENAS PELIGROSAS
La actriz estadounidense Jane Russell demostr¨® en pel¨ªculas como Los caballeros las prefieren rubias o El forajido, dirigidas por Howard Hawk, que las morenas pueden ser tan atractivas como peligrosas. Las morenas que viven en el mar tambi¨¦n pueden ser peligrosas, pero son feas como demonios y de mirada feroz, aunque en la Roma Imperial, seg¨²n cuenta Plinio el Viejo, algunos patricios las encontraban adorables y las ten¨ªan en sus piscinas como mascotas. En la Roma de los c¨¦sares se las consideraba un manjar, y algunos chalados las alimentaban con esclavos condenados a muerte porque cre¨ªan que la carne humana mejoraba su sabor. Sus mand¨ªbulas, dobles y llenas de dientes curvos y afilados, tienen una fuerza incre¨ªble, y no vacilan en usarlas para atrapar peces o para morder la mano o el pie de cualquiera que ose acercarse a sus dominios: las cuevas y oquedades de rocas o arrecifes. Hacen heridas muy feas que se pueden infectar, as¨ª que si andas con una morena, ten cuidado donde pones las manos.
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