Berta C¨¢ceres y las heridas abiertas de Honduras
Un a?o despu¨¦s de la tragedia que hiri¨® el movimiento de derechos humanos en Centroam¨¦rica, los avances han sido deficientes
La ¨²ltima vez que habl¨¦ con Berta C¨¢ceres, defensora ind¨ªgena lenca del medio ambiente en Honduras y fundadora del Consejo C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras (COPINH), not¨¦ la gravedad de la situaci¨®n en su voz.
La campa?a que el COPINH estaba llevando a cabo desde hac¨ªa a?os contra la instalaci¨®n del proyecto hidroel¨¦ctrico Agua Zarca, en el r¨ªo Gualcarque, estaba tocando poderosos intereses econ¨®micos y pol¨ªticos. Y las amenazas en su contra y contra otros integrantes del consejo se estaban haciendo rutina. Pero frenar el trabajo no era una opci¨®n. El avance del proyecto pon¨ªa en grave riesgo el acceso de la comunidad a un r¨ªo sagrado y eso no era negociable.
Nuestra conversaci¨®n telef¨®nica fue breve. Hablamos sobre una visita de Amnist¨ªa Internacional a la comunidad de R¨ªo Blanco, una de las muchas que hacen parte del COPINH.
Berta se ofreci¨® a ser nuestra gu¨ªa, como en otras ocasiones de su larga colaboraci¨®n con Amnist¨ªa Internacional. Nos dijo que le parec¨ªa esencial que la situaci¨®n de la comunidad formara parte de nuestra investigaci¨®n sobre el incremento de ataques que sufren las personas que dedican su vida a la defensa de la tierra, el territorio y el medio ambiente en Honduras.
Nos despedimos pensando que nuestra pr¨®xima charla ser¨ªa en persona. Nunca imagin¨¦ que esa ser¨ªa la ¨²ltima vez que hablar¨ªamos. Un mes m¨¢s tarde, el 2 de marzo del 2016, recibimos la noticia que nadie quer¨ªa escuchar: Berta hab¨ªa sido cruelmente asesinada, a tiros, en su habitaci¨®n. As¨ª de simple. As¨ª de brutal.
Aterrizamos en Tegucigalpa tres d¨ªas despu¨¦s del asesinato. El ambiente en la capital y en el resto del pa¨ªs era una mezcla de dolor, caos y miedo.
A pesar de las muchas amenazas que Berta hab¨ªa sufrido por su labor, algunas autoridades se empecinaban en afirmar que el asesinato hab¨ªa ocurrido en el contexto de un robo, y otras, m¨¢s grave, que se trataba de un crimen pasional. El ¨²nico testigo y sobreviviente del ataque, el defensor de derechos humanos mexicano Gustavo Castro, no ten¨ªa permitido salir del pa¨ªs a pesar del riesgo que enfrentaba y de haber acudido a las varias diligencias a las que hab¨ªa sido citado.
Recibimos la noticia que nadie quer¨ªa escuchar: Berta hab¨ªa sido cruelmente asesinada, a tiros, en su habitaci¨®n. As¨ª de simple. As¨ª de brutal
Las personas que trabajaban en COPINH estaban aterrorizadas. Si alguien hab¨ªa podido asesinar a Berta, ganadora del Premio Goldman y reconocida a escala internacional, ?qu¨¦ seguridad se pod¨ªa esperar para otros?
La impunidad es ley en Honduras, eso lo saben todos. No solo los asesinatos quedan impunes. En la mayor¨ªa de los casos, los responsables de las amenazas, los ataques, las quemas de enseres, los allanamientos, los desalojos ilegales, la criminalizaci¨®n y otras formas de violencia contra quienes defienden los derechos humanos no son sancionados.
A pesar de la gravedad de la situaci¨®n, ni el fiscal general, Oscar Chinchilla, ni el presidente, Juan Orlando Hern¨¢ndez, aceptaron vernos. Hace un a?o venimos solicitando reuniones con el presidente que son rechazadas. En vez de respondernos, nos bloque¨® de su cuenta de Twitter.
No fue hasta un mes despu¨¦s del crimen contra Berta que el fiscal general acept¨® p¨²blicamente que su asesinato podr¨ªa haber sido en respuesta a su trabajo de defensa de derechos humanos. Prometi¨® que se tendr¨ªa en cuenta esto como l¨ªnea de investigaci¨®n. Sin embargo, a un a?o de la tragedia que marc¨® una profunda herida en el movimiento de derechos humanos en Honduras y en el mundo, los avances han sido deficientes.
A lo largo de los meses que siguieron al asesinato, las autoridades capturaron a seis sospechosos de haber participado en el crimen. Dos de ellos vinculados a las fuerzas militares, por ser miembros activos o retirados, y otros dos relacionados con la empresa due?a del proyecto Agua Zarca, un gerente y un ex jefe de seguridad. Posteriormente, en los primeros meses de 2017, fueron capturados otros dos sospechosos, uno de ellos en M¨¦xico.
Sin embargo, queda el interrogante sobre si la investigaci¨®n ha sido suficiente para identificar a los autores intelectuales y frenar la ola de ataques de la que decenas de activistas de derechos humanos siguen siendo v¨ªctimas.
Hace un a?o venimos solicitando reuniones con el presidente que son rechazadas. En vez de respondernos, nos bloque¨® de su cuenta de Twitter
En febrero de 2017 se desat¨® una campa?a medi¨¢tica para desacreditar y deslegitimizar a distintas organizaciones de la sociedad civil, entre las que se encontraba el COPINH. Los acusaban de mentirosos y de promover una mala imagen de Honduras. La estigmatizaci¨®n proven¨ªa de personas particulares afines a los gremios econ¨®micos, pero tambi¨¦n fue respaldada por el silencio del presidente Hern¨¢ndez, quien, a pesar de los repetidos llamados de la comunidad internacional, no conden¨® estas declaraciones ni reconoci¨® p¨²blicamente el leg¨ªtimo trabajo que realizan quienes defienden la tierra, el territorio y el medio ambiente.
"Tenemos que ser muy celosos de cuidar nuestra imagen y si algo no est¨¢ bien, tenemos que enmendarlo y hacer justicia", dijo el presidente en los primeros d¨ªas de febrero de este a?o.
?Pero, justicia de qu¨¦ tipo es a la que hac¨ªa referencia el presidente Hern¨¢ndez? Una en que se identifique a todos los autores materiales e intelectuales del asesinato de Berta. Una justicia en que las autoridades del Estado, incluidas las de mayor rango, rechacen enf¨¢ticamente el lenguaje que presenta a las personas defensoras de derechos humanos como enemigas del pa¨ªs, y que facilita que sean asesinadas como Berta. Justicia que reconozca de forma p¨²blica y continua que las personas defensoras de los derechos humanos realizan un trabajo esencial y leg¨ªtimo.
Como ve, se?or presidente, hay algo que no est¨¢ bien en Honduras y debe enmendarse.
Ariadna Tovar, Investigadora sobre personas defensoras de derechos humanos en las Am¨¦ricas de Amnist¨ªa Internacional
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