O¨ªdos sordos
As¨ª que no queda sino navegar la contradicci¨®n, recordando que la ley es solo el ¨²ltimo recurso
Una sociedad que escoge la libertad como principio rector expone a sus miembros a cosas que no les gustar¨¢ ver. Es inevitable, porque dicha elecci¨®n implica aceptar que todo consenso es parcial y temporal. A veces, ciertas posturas llegan a poner a prueba los l¨ªmites del sistema. Puede ser en Twitter, en la portada de una revista sat¨ªrica, en la letra de una canci¨®n, o en un autob¨²s que circula por nuestra ciudad.
Hay dos maneras extremas de enfrentar estas situaciones. La primera es prohibir los mensajes que ofendan a una persona, instituci¨®n o grupo, al considerar que rompen las normas de libre convivencia. El problema de esta aproximaci¨®n es que abre la puerta a que los ofendidos se aprovechen para eliminar aquellas ideas con las que, sencillamente, no comulgan.
Para evitarlo es posible optar por la soluci¨®n opuesta, de apertura completa. Pero no resulta pr¨¢ctico permitir la circulaci¨®n de mensajes que articulan o planean una acci¨®n directa contra la libertad. As¨ª que la posici¨®n intermedia en la que solemos recaer los esp¨ªritus cautos es la de una limitaci¨®n moderada, circunscrita a los discursos que llamen a la violencia.
Pero ni siquiera esa es zona segura, pues los incitadores del odio emplear¨¢n discursos sutiles, y tras el ataque argumentar¨¢n que se enfrentan a una caza de brujas. Funciona: en EE?UU, la lucha contra lo ¡°pol¨ªticamente correcto¡± se ha convertido en un polo de atracci¨®n para ideas excluyentes. En Holanda, el apoyo a Wilders se increment¨® despu¨¦s de que fuese condenado por ciertas declaraciones xen¨®fobas.
As¨ª que no queda sino navegar la contradicci¨®n, recordando que la ley es solo el ¨²ltimo recurso. Antes hay otros, m¨¢s efectivos. La fuerza de la evidencia combinada con un relato ideol¨®gico en positivo y atractivo funciona, por ejemplo, cuando el tema en cuesti¨®n es poco conocido para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Y s¨ª, la transexualidad en la infancia cumple tal requisito. Hay espacio para hilvanar un debate civilizado y, al mismo tiempo, libre. Que se enriquecer¨¢ si tiramos del pen¨²ltimo recurso, que nos brinda el refranero espa?ol: a palabras necias, o¨ªdos sordos. @jorgegalindo
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