Una estrategia de energ¨ªa y clima
No basta con que el Gobierno presente un proyecto de ley de cambio clim¨¢tico y transici¨®n energ¨¦tica; hay que actuar sobre el urbanismo, invertir en renovables y desarrollar redes de interconexi¨®n, para favorecer la competitividad y el empleo
En las ¨²ltimas semanas se ha producido una gran alarma sobre los precios de la electricidad. Varias condiciones extraordinarias, como una demanda elevada en toda Europa por la ola de fr¨ªo, muchas centrales nucleares francesas paradas por mantenimiento, gas caro y una baja disponibilidad de agua, viento y sol para la producci¨®n renovable han elevado los precios de la electricidad en toda Europa, Espa?a incluida. E, inevitablemente, han generado un debate sobre la necesidad de reformar el mercado el¨¦ctrico.
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Un debate comprensible, pero que debe situarse en sus justos t¨¦rminos. El mercado el¨¦ctrico de corto plazo va a ser cada vez m¨¢s vol¨¢til. Por una parte, la generaci¨®n renovable, que tiene un bajo coste de funcionamiento porque usa un recurso gratuito (agua, sol y viento), baja los precios. Pero, cuando las condiciones meteorol¨®gicas son desfavorables hay que recurrir a otro tipo de centrales que elevan los precios porque tienen costes variables m¨¢s altos, cada vez funcionan menos horas y tienen menos tiempo para recuperar sus costes fijos.
La volatilidad hace posible que funcione en cada momento la central de menor coste variable y permite a aquellos consumidores que pueden gestionar el perfil horario de su consumo aprovechar los momentos de menor precio. Y aunque es cierto que la mayor¨ªa de los consumidores dom¨¦sticos y muchas empresas consumidoras no desean esa volatilidad, la reforma del mercado el¨¦ctrico no se justifica por esta ¨²nica causa, aunque s¨ª obliga a acentuar la vigilancia de los reguladores frente a posibles abusos del mercados enmascarados bajo ¡°circunstancias objetivas extraordinarias¡±.
El mercado el¨¦ctrico necesita ser reformado sobre todo porque no revela el coste real de generar la electricidad. Y tampoco proporciona la se?al de largo plazo necesaria para asegurar las inversiones en la generaci¨®n renovable (que produce en las horas de recurso abundante y precios bajos y no podr¨¢ financiarse s¨®lo con la venta de su electricidad en ese mercado de corto plazo) y en la generaci¨®n firme que compensa la variabilidad renovable (cuya rentabilidad queda al albur de que los precios alcancen un nivel muy alto durante las escasas horas del a?o en que funcionen).
No hay que renunciar al mercado de corto plazo; pero hay que impulsar la contrataci¨®n a largo
El mercado debe adaptarse al papel cada vez mayor que el sistema el¨¦ctrico va a jugar en la transici¨®n energ¨¦tica, con un mix de generaci¨®n crecientemente renovable. Sin renunciar al mercado de corto plazo, debe impulsar la contrataci¨®n a largo plazo, incentivar al m¨¢s eficiente e innovador, sin generar sobrecostes a los consumidores, y proporcionar m¨¢s transparencia y previsibilidad sobre el precio futuro de la electricidad tanto a productores como a consumidores. Adem¨¢s, va a ser necesario reestructurar la tarifa el¨¦ctrica y realizar un reparto diferente de los costes en ella incluidos.
Pero esa reforma es instrumental, y debe abordarse en el marco de un debate m¨¢s amplio sobre la estrategia para transitar hacia un modelo energ¨¦tico descarbonizado, eficiente, competitivo, seguro y accesible para todos.
La intervenci¨®n p¨²blica es necesaria para orientar el cambio del mix energ¨¦tico hacia las renovables y con ello combatir el cambio clim¨¢tico, proteger la calidad del aire y reforzar el suministro, planificar las infraestructuras de transporte, regular los monopolios de redes, establecer normas que impulsen el ahorro y la eficiencia en edificios, veh¨ªculos y procesos industriales, y asegurar la cobertura de las necesidades energ¨¦ticas b¨¢sicas.
Una estrategia de largo plazo con amplio consenso, al reducir la incertidumbre con una pol¨ªtica energ¨¦tica m¨¢s previsible, facilitar¨¢ las inversiones necesarias para la transformaci¨®n del sector, que son muy intensivas en capital y de muy largo plazo.
Necesitamos un enfoque sist¨¦mico. Cambiar el modelo de movilidad para combatir el cambio clim¨¢tico y mejorar el aire de las ciudades exige actuar sobre el urbanismo y la ordenaci¨®n del territorio, las infraestructuras de transporte, el acceso a las grandes ciudades, las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas de los veh¨ªculos y la fiscalidad. Descarbonizar el sector el¨¦ctrico requerir¨¢ no s¨®lo invertir en renovables sino tambi¨¦n desarrollar interconexiones, almacenamiento, redes de distribuci¨®n m¨¢s inteligentes, y ciudadanos m¨¢s activos en la gesti¨®n de su producci¨®n y de su consumo. Decidir sobre el papel y el horizonte temporal de la energ¨ªa nuclear y del carb¨®n como energ¨ªas de transici¨®n hacia un futuro plenamente renovable requerir¨¢ evaluar la senda m¨¢s eficiente para su sustituci¨®n teniendo en cuenta costes, emisiones y restricciones t¨¦cnicas.
Va a ser necesario reestructurar la tarifa el¨¦ctrica, con un reparto diferente de los costes
Solo as¨ª aseguraremos una transici¨®n energ¨¦tica que fortalezca la competitividad industrial y el empleo, que no genere desigualdad y que proteja a los consumidores m¨¢s vulnerables en su acceso a los suministros energ¨¦ticos b¨¢sicos.
Necesitamos una estrategia coherente y sostenida en el tiempo, con un amplio consenso sobre sus objetivos y l¨ªneas de actuaci¨®n. No basta con que el Gobierno presente un proyecto de ley de cambio clim¨¢tico y transici¨®n energ¨¦tica, como ha anunciado, acompa?ado de una memoria para cumplir el expediente. Debemos debatir una Estrategia de Energ¨ªa y Clima, algunos de cuyos contenidos tal vez deban ser recogidos posteriormente en una ley, con un formato que facilite la participaci¨®n y el consenso.
Una Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa y Clima, impulsada por el Gobierno al m¨¢ximo nivel, para asegurar el impulso pol¨ªtico y la coordinaci¨®n de las diferentes ¨¢reas competenciales, en la que participen otras administraciones y expertos independientes, podr¨ªa encargarse de elaborar una propuesta de Estrategia de Energ¨ªa y Clima a 2050, coherente con los objetivos del Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico, y un Plan de Energ¨ªa y Clima a 2030 acorde con nuestros compromisos en el marco de la UE.
Deben ser documentos que identifiquen las alternativas pol¨ªticas m¨¢s relevantes y analicen su viabilidad t¨¦cnica y su impacto econ¨®mico, ambiental y para la seguridad de suministro. Propuestas abiertas a las aportaciones desde el ¨¢mbito pol¨ªtico, empresarial, social y acad¨¦mico, finalizando su tramitaci¨®n con su debate y aprobaci¨®n por el Parlamento.
Para un pa¨ªs como el nuestro, pobre en recursos f¨®siles, con abundante recurso renovable y apreciable capacidad tecnol¨®gica en este campo, el consenso sobre una transici¨®n energ¨¦tica ordenada y ambiciosa constituye una gran oportunidad de crecimiento, empleo y calidad de vida.
Luis Atienza Serna ha sido ministro socialista y presidente de Red El¨¦ctrica de Espa?a.
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