La violencia sorda se abre paso en el cine de los hermanos Dardenne
Junto a su hermano Luc, Jean-Pierre Dardenne demuestra en 'La chica desconocida' los claroscuros de una Europa definida como territorio del desamparo
En cierto sentido, los hermanos Dardenne (Jean-Pierre, 65 a?os, y Luc, 62) han logrado que su Lieja natal se convierta en met¨¢fora del mundo: de un mundo de desclasados, trabajadores contra las cuerdas, inmigrantes manejados como carne de ca?¨®n y, tambi¨¦n, personas decentes a las que les crece un sentimiento de culpa o les mueve la urgencia de sobrevivir o de reparar una fisura en el tejido social.
El t¨ªtulo de su ¨²ltima pel¨ªcula, La chica desconocida (estrenada el pasado 3 de marzo), alude a una joven inmigrante africana que encuentra la muerte en una zona portuaria, poco despu¨¦s de haber pulsado el timbre de una consulta m¨¦dica fuera del horario de asistencia al p¨²blico. ¡°Hacemos pel¨ªculas estrechamente ligadas al mundo en que vivimos y este mundo es cada vez m¨¢s violento. ?C¨®mo lidiar con eso?¡±, se pregunta Jean-Pierre Dardenne con la did¨¢ctica elocuencia de un profesor de instituto (p¨²blico) comprometido en no dejar atr¨¢s ni al m¨¢s desaventajado de sus alumnos.
¡°Nuestra opci¨®n es siempre ponernos del lado de nuestros personajes y, sobre todo, no convertirlos en veh¨ªculos para exponer nuestras propias ideas. Cuando la realidad se transforma en algo tan dif¨ªcil como lo est¨¢ siendo nuestro presente, es dif¨ªcil resistir la tentaci¨®n de convertir a tus personajes en portavoces de tu ideolog¨ªa, pero intentamos no caer en eso. Queremos que la lectura sobre la realidad sea una consecuencia natural del respeto que sentimos por ellos, porque son ellos quienes tienen que transmitir, y no nosotros quienes debamos instrumentalizarlos¡±.
¡°Hacemos pel¨ªculas estrechamente ligadas al mundo en que vivimos y este mundo es cada vez m¨¢s violento. ?C¨®mo lidiar con eso?¡±
El cine de los Dardenne es la perfecta ilustraci¨®n de esa vieja idea baziniana que considera la forma como una directa derivaci¨®n de la ¨¦tica de una mirada: su c¨¢mara siguiendo a los personajes se ha convertido en una de esas se?as de identidad estil¨ªstica que jam¨¢s agotar¨¢n su pertinencia.
¡°El cine no es solo un espejo¡±, afirma el director. ¡°En cierto sentido, es mucho m¨¢s que un espejo. La ficci¨®n permite abordar las diferentes posibilidades de la vida. Tambi¨¦n nos permite entrar dentro de la cabeza de nuestros personajes. Creo que la realidad es m¨¢s real en las pel¨ªculas que en la propia realidad¡±.
En consonancia con esa aparente paradoja, tambi¨¦n podr¨ªa proponerse la idea de que La chica desconocida es, al mismo tiempo, una ficci¨®n policiaca y su contrario: ¡°Quer¨ªamos contar la historia de una doctora que se siente responsable de la muerte de alguien, centr¨¢ndonos en el modo en que intenta gestionar esa culpa personal. La v¨ªctima, en este caso, es alguien sin identidad, una mujer an¨®nima sin ning¨²n elemento que permita identificarla. El t¨ªtulo intenta apelar al concepto del soldado desconocido y, al mismo tiempo, subraya el objetivo del proceso de investigaci¨®n que inicia la protagonista: la cuesti¨®n aqu¨ª no es desvelar la identidad del asesino, sino encontrar el nombre de la v¨ªctima¡±.
¡°C¨®mo lograr que un personaje que ha hecho algo terrible resulte humano, c¨®mo desvelar su fragilidad, su condici¨®n de ni?o perdido¡"
Un nombre, en definitiva, como la garant¨ªa de una dignidad que salvar¨¢ ese cuerpo de la fosa com¨²n. Las diferencias con respecto a lo que ser¨ªa una ficci¨®n cl¨¢sica de g¨¦nero criminal no acaban ah¨ª. A los Dardenne no les interesa tanto castigar a los culpables como comprender a todos y cada uno de sus personajes: ¡°C¨®mo lograr que un personaje que ha hecho algo terrible resulte humano, c¨®mo desvelar su fragilidad, su condici¨®n de ni?o perdido¡ No buscamos circunstancias atenuantes, pero siempre intentamos ser conscientes de que todos nuestros personajes son seres humanos¡±.
Involucrados como productores en otros seis largometrajes adem¨¢s del propio, los Dardenne tienen claro que no hay en este mundo disyuntiva creativa que pueda separarlos. ¡°Somos demasiado viejos para cambiar. Hemos hecho tantas pel¨ªculas juntos que, inevitablemente, seguiremos trabajando as¨ª hasta que no nos queden fuerzas. Lo mejor llega cuando, en pleno proceso creativo, sentimos que somos una sola persona. Cuando las dificultades y la hostilidad nos rodean es cuando m¨¢s cerca nos sentimos el uno del otro. En el fondo, nunca hemos abandonado la infancia. No podr¨ªamos trabajar en solitario. Sin los dos, no habr¨ªa pel¨ªcula¡±.
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