Libia y los refugiados
Estabilizar el territorio libio es la ¨²nica forma de afrontar el problema migratorio, pero eso exige el compromiso de toda Europa
El ambiente est¨¢ cambiando en todo el mundo, y tambi¨¦n en Italia. Se ve en el lenguaje de los documentos oficiales y el debate pol¨ªtico: los que antes eran ¡°inmigrantes¡±, ahora son, cada vez m¨¢s, ¡°irregulares¡± o ¡°clandestinos¡±. Unos t¨¦rminos que remiten a los a?os en los que Silvio Berlusconi presid¨ªa un Gobierno sostenido por los xen¨®fobos de la Liga Norte. Despu¨¦s, el drama de los refugiados de Siria y las tragedias de los n¨¢ufragos frente a Lampedusa empujaron a todo el pa¨ªs a abrir los brazos: 2014 fue el a?o de Mare Nostrum, la mayor operaci¨®n humanitaria de la historia reciente, con 100.000 personas rescatadas. La ¨²nica prioridad era salvar y ayudar a unos seres humanos.
Otros art¨ªculos del autor
Pero Europa empez¨® a cerrar las puertas. Hoy, quien llega a las costas italianas no puede ir m¨¢s all¨¢, con las fronteras de Francia y Austria bloqueadas, y ha de quedarse en un pa¨ªs en crisis y con un paro elevad¨ªsimo. La gente sigue llegando ¡ª181.000 en 2016 y 15.760 en lo que llevamos de 2017¡ª, pero su acogida ya es insostenible. Es un problema econ¨®mico, por la escasez de recursos para integrar a m¨¢s inmigrantes, y pol¨ªtico, por la perspectiva de elecciones a corto plazo y el ascenso de los partidos hostiles a los extranjeros ¡ªla Liga Norte de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni¡ª o, al menos, m¨¢s cerrados, como el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo.
Es una preocupaci¨®n creciente para los alcaldes de izquierdas, sobre los que recae la tarea de ocuparse directamente de los reci¨¦n llegados, casi todos africanos. Por eso, una de las primeras decisiones de Paolo Gentiloni, primer ministro de un Gobierno de centro izquierda, fue anunciar medidas para aumentar las expulsiones de ¡°inmigrantes econ¨®micos irregulares¡±. ¡°No es posible seguir recibiendo a cualquiera que desembarque en nuestras costas, sin imponer ning¨²n criterio de acogida¡±, dijo el ministro del Interior, Marco Minniti.
La UE ha impulsado y financiado en parte este giro, pero no parece que la Comisi¨®n Europea haya definido una estrategia para afrontar la realidad del ¨¦xodo, que no es una emergencia, como ha subrayado el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, sino ¡°un fen¨®meno hist¨®rico que no va a desaparecer¡± y que tiene su origen en la desastrosa situaci¨®n del continente africano, aunque da la impresi¨®n de que la UE solo quiere contener los efectos y encontrar la forma de reducir las salidas desde Libia. Ese es un tacticismo peligroso. La explotaci¨®n del ¨¦xodo es la ¨²nica industria que crece imparable entre las ruinas de Libia. Cuanto m¨¢s aumenta la confusi¨®n en Libia, m¨¢s migrantes se embarcan obligados. Y hoy el caos es total. Hay combates entre milicias, con armamento cada vez m¨¢s sofisticado: incluso en Tr¨ªpoli se han registrado choques las ¨²ltimas semanas.
Da la impresi¨®n de que la UE solo quiere contener los efectos y encontrar la forma de reducir las salidas desde Libia
Hasta ahora, todas las intervenciones de la comunidad internacional han sido impracticables. Como dice una de las mejores analistas de este marasmo, Federica Saini Fasanotti, de la Brookings Institution, ¡°Libia necesita un plan de actuaci¨®n realista¡±. ?Cu¨¢l? Ella misma, ante la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores de la C¨¢mara de Representantes estadounidense ha hablado de ¡°desestructurar para reestructurar¡± y de ¡°un Estado federal, dividido en tres grandes regiones: Tripolitania, Cirenaica y Fez¨¢n. Los gobiernos regionales podr¨ªan proteger mejor los intereses locales en seguridad, reanimaci¨®n econ¨®mica y administraci¨®n¡±. Esta idea circul¨® el a?o pasado en varias canciller¨ªas europeas y en c¨ªrculos del Gobierno italiano, pero se abandon¨® por el apoyo incondicional, encabezado por Naciones Unidas, al Gobierno de Fayez Serraj.
Sin embargo, un a?o despu¨¦s, Serraj no ha logrado crear estructuras nacionales e incluso tiene dificultades para imponer su autoridad en la capital. Por eso es absurdo pensar en cortar el paso hacia el norte e impedir que la gente salga de Libia. En una zona de guerra, cada acci¨®n de las fuerzas locales, incluida la nueva guardia costera formada por la misi¨®n naval europea, pone en peligro la vida de hombres, mujeres y ni?os.
Los contrabandistas no dudan en disparar contra las patrullas para proteger su cargamento humano. Les hacen salir incluso cuando hay tormenta, y abren fuego contra el que se rebela: la semana pasada murieron 22 personas y resultaron heridas 100. Estabilizar Libia es la ¨²nica forma de empezar a afrontar el problema. Pero eso exige el compromiso de toda Europa y una idea clara: que estamos ante un ¨¦xodo que necesita una respuesta mundial.
Gianluca di Feo es experto en terrorismo y judicatura y subdirector de La Repubblica.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.