Amigos, los justos
POCAS RELACIONES humanas despiertan pensamientos y consideraciones tan abundantes y elogiosas como la amistad. Hay quienes piensan que es la relaci¨®n m¨¢s importante y valiosa que el ser humano pueda tener, incluso m¨¢s que el amor. Destacados personajes de la historia le han hecho hermos¨ªsimos tributos con sus definiciones. Para Arist¨®teles, por ejemplo, un amigo es un alma que vive en dos cuerpos, mientras que para la escritora sordociega Helen Keller, caminar con un amigo en la oscuridad es preferible a caminar solo bajo la luz. Hermoso, ?no?
Ese sentimiento milenario y universal sobre la amistad ha sido avalado por profusos estudios e investigaciones que documentan sus diversos beneficios; desde aquellos muy generales, como que la gente que tiene amigos vive m¨¢s tiempo, es m¨¢s saludable y m¨¢s feliz, hasta muy espec¨ªficos, como que quienes tienen amigos gozan de una mayor autoestima, menos estr¨¦s o se recuperan m¨¢s r¨¢pidamente de enfermedades severas. Todas estas bondades podr¨ªan hacer suponer que cuantos m¨¢s amigos tengamos, mejor, y que, por tanto, debemos tratar de sumar tantos como queramos y podamos. Pero no es as¨ª. Poseemos una capacidad limitada para tener y atender a nuestros amigos, para mantener con ellos una relaci¨®n significativa.
En total son 150 personas las que constituyen el m¨¢ximo de individuos con quienes podemos mantener amistad.
El antrop¨®logo brit¨¢nico Robin Dunbar lleva d¨¦cadas estudiando cu¨¢ntos amigos podemos tener y ha concluido que, de manera general, nuestras amistades se distribuyen en cuatro c¨ªrculos de proximidad. En el m¨¢s cercano solo caben alrededor de cinco personas. Esos son nuestros mejores amigos. En el segundo c¨ªrculo hay 10; en el tercero, 30, y en el cuarto, el de los m¨¢s distantes, puede haber unos 100. En total son 150 personas las que constituyen el m¨¢ximo de individuos con quienes podemos mantener alguna relaci¨®n amistosa.
Ese ser¨ªa nuestro m¨¢ximo c¨ªrculo social, el que recibir¨ªa invitaciones para una gran celebraci¨®n como, por ejemplo, una boda. El n¨²mero est¨¢ bastante por debajo de los 338 amigos que mundialmente tienen como promedio los usuarios de Facebook. Un dato que no hace m¨¢s que reafirmar algo que todos sabemos: que en esta red social tenemos muchos amigos que realmente no lo son.
Las cifras que ha manejado Dunbar las ha obtenido utilizando, entre otros m¨¦todos, grandes bases de datos en las cuales puede analizar la frecuencia de las comunicaciones telef¨®nicas entre personas. A partir de ah¨ª puede establecer, por ejemplo, con qui¨¦nes nos comunicamos con asiduidad y que, por tanto, pueden ser considerados amigos muy cercanos. Sus datos coinciden con los resultados de encuestas en las cuales se ha indagado directamente sobre este asunto.
En 2016 la empresa Gallup pregunt¨® a muestras representativas en m¨¢s de 100 pa¨ªses cu¨¢ntos amigos y familiares cercanos ten¨ªan los entrevistados, y la respuesta promedio del total de los encuestados estuvo ligeramente por encima de ocho. Dado que en la pregunta se inclu¨ªa no solo amigos, sino tambi¨¦n familiares cercanos, el valor promedio obtenido sigue la misma l¨ªnea de las conclusiones de Dunbar: el n¨²mero m¨¢ximo de amigos cercanos ronda las cinco personas.
Investigaciones m¨¢s recientes ratifican y arrojan ?nuevas luces sobre la importancia del contacto presencial y frecuente con esos amigos pr¨®ximos. La conclusi¨®n principal es que es positivo pasar tiempo con ellos haciendo cualquier cosa, incluso no haciendo nada. La amistad es en primer lugar una experiencia emocional, no intelectual. Por tanto, dedicar tiempo a los amigos es la primera obligaci¨®n de quien quiera practicar y disfrutar la hermosa experiencia de esta conexi¨®n. Con much¨ªsima determinaci¨®n solemos reservar espacio para las m¨¢s diversas actividades: para ir al gimnasio, para leer, para nuestra pareja y nuestros hijos. De la misma manera tenemos que asignar tiempo para los amigos. No solo lo disfrutaremos: los datos se?alan que adem¨¢s nos ?aportar¨¢ beneficios.
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