Epidemia de c¨®lera en Mozambique
La ausencia de saneamiento apropiado y las intensas lluvias provocan la segunda epidemia en dos a?os
El pasado mi¨¦rcoles, el peque?o Quinito, de apenas un a?o, comenz¨® a sufrir una diarrea incontenible y a llorar sin parar. Su madre, Virginia, trataba de calmarlo d¨¢ndole el pecho, pero 24 horas m¨¢s tarde el ni?o iba a peor y vomitaba cada vez que intentaban darle algo de comer, as¨ª que decidi¨® llevarlo al m¨¦dico. Cuando lleg¨® al centro de salud de Matundo, en la ciudad de Tete, se encontr¨® con un paisaje desolador. Un centenar de personas con s¨ªntomas id¨¦nticos a los de su hijo hab¨ªan sido instaladas en cuatro enormes tiendas de campa?a en un descampado situado detr¨¢s del inmueble, donde m¨¦dicos y enfermeros trataban de rehidratar a los pacientes. En febrero, Mozambique declaraba oficialmente lo que todos se tem¨ªan, un nuevo brote de c¨®lera, ese viejo conocido. La ¨²ltima epidemia, en 2015, provoc¨® unos 8.000 casos y 60 muertos. Esta no ha hecho m¨¢s que empezar.
Desde hace ya al menos dos semanas numerosos pacientes con diarrea severa hab¨ªan empezado a poblar las salas de Urgencias y Pediatr¨ªa del hospital de Tete, la cuarta ciudad del pa¨ªs, un aut¨¦ntico cruce de caminos situado a las orillas del r¨ªo Zambeze y muy cerca de las fronteras de Malawi y Zimbabue. El origen del problema, el de siempre. Virginia y Quinito viven en un barrio llamado Mateus Sansao Muthemba, un lugar donde escasean las letrinas y muchas personas defecan al aire libre. En la zona de Samora Machel y Matundo, igual. Las p¨¦simas condiciones higi¨¦nicas y de saneamiento, unido a las intensas lluvias de la estaci¨®n h¨²meda que ahora acaba en el ?frica austral, han provocado el c¨®ctel perfecto para el c¨®lera, una enfermedad end¨¦mica en Mozambique.
¡°Estamos en la fase ascendente¡±, asegura el doctor Jacinto Veloso, un joven m¨¦dico formado en la Unizambeze que ha sido movilizado por la Direcci¨®n Regional de Salud de Tete junto a un pu?ado de facultativos graduados en los ¨²ltimos dos a?os en esta universidad de reciente creaci¨®n. El c¨®lera, una enfermedad provocada por la bacteria Vibrio cholerae que provoca un cuadro grave de v¨®mitos y diarreas que puede conducir a la r¨¢pida deshidrataci¨®n del paciente, ya se ha extendido por cinco provincias: Matola y Maputo, en el sur, y Zambezia, Nampula y Tete, en el centro-norte. El tratamiento, que reduce la mortalidad del 50 al 2%, incluye una primera fase de rehidrataci¨®n con suero fisiol¨®gico y, cuando se cortan los v¨®mitos, antibi¨®ticos espec¨ªficos.
En el centro de tratamiento de Matundo los higienistas tienen faena. Armados con pulverizadores a la espalda, desinfectan con agua clorada no solo todo el espacio circundante, sino a los nuevos pacientes que llegan hasta aqu¨ª. En el interior de las tiendas de campa?a y sobre las cl¨¢sicas camas de c¨®lera, con un agujero en el medio para las deposiciones y un cubo en el suelo, los pacientes yacen o dormitan con cara de agotamiento. Los ni?os son los m¨¢s sensibles, los que m¨¢s sufren. ¡°El control con ellos es m¨¢s riguroso¡±, explica el doctor ?ngelo Candeado, ¡°porque hay que evitar tanto la deshidrataci¨®n como la sobrehidrataci¨®n fruto del tratamiento¡±. Las heces l¨ªquidas se recogen con extremo cuidado y se arrojan en una zona controlada, para evitar nuevos contagios. La actividad es intensa, fren¨¦tica. No paran de llegar enfermos.
El tratamiento, que reduce la mortalidad del 50 al 2%, incluye una primera fase de rehidrataci¨®n con suero fisiol¨®gico y, cuando se cortan los v¨®mitos, antibi¨®ticos espec¨ªficos
El pasado 17 de febrero, la directora adjunta de Salud P¨²blica mozambique?a, Benigna Matsinhe, ofrec¨ªa los primeros datos de la epidemia, 217 casos y un muerto concentrados en Matola, Maputo y Nampula, y apuntaba al deficiente saneamiento p¨²blico, la falta de medidas de higiene personal y colectiva y la lluvia como factores desencadenantes. Tres semanas despu¨¦s, la enfermedad tambi¨¦n se hab¨ªa manifestado en las provincias centrales de Zambezia y Tete, superando el medio millar de casos en dos meses y al menos una decena de fallecidos de un mal que se contagia a trav¨¦s de agua y alimentos contaminados.
Joao Boane, de 35 a?os, apenas se puede mover de la camilla. Unido a un gotero que le suministra suero por v¨ªa intravenosa, levanta la cabeza con dificultad para observar lo que sucede a su alrededor. Mientras tanto, en las dos salas de Pediatr¨ªa del Hospital de Tete el c¨®lera no ha venido sino a agravar el escenario que se repite cada a?o en la estaci¨®n de lluvias, cuando la malaria hace estragos entre ni?os que sufren malnutrici¨®n cr¨®nica. Los peque?os son tratados de urgencia y muchos remontan en pocas horas, aunque la tasa de mortalidad es insoportablemente alta.
Mozambique est¨¢ entre los 10 pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, ocupa el puesto 180 de 188 en el ?ndice de Desarrollo Humano y presenta una de las prevalencias de VIH-SIDA m¨¢s altas del planeta (superior al 10%, aunque en algunas zonas del pa¨ªs como la propia Tete ronda el 20%). Pese a los numerosos esfuerzos hechos en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas por el Gobierno y por organismos internacionales, la persistencia de un conflicto que se resiste a desaparecer no ayuda a mejorar las condiciones sanitarias y de infraestructuras del pa¨ªs. En Tete, por ejemplo, hay una treintena de m¨¦dicos para dos millones de habitantes, de los que tan solo cuatro son especialistas: un ginec¨®logo, un pediatra y dos internistas.
Durante el pasado a?o 2016 la circulaci¨®n de veh¨ªculos y mercanc¨ªas entre el centro del pa¨ªs y la capital se vio seriamente comprometida debido a los ataques espor¨¢dicos de las fuerzas de Resistencia Nacional Mozambique?a (Renamo), el principal partido de oposici¨®n y al mismo tiempo movimiento rebelde, as¨ª como a las escaramuzas entre estos y el Ej¨¦rcito. Pese a que hace ya un cuarto de siglo que la Renamo y el Gobierno alcanzaron un acuerdo de paz tras la guerra civil que asol¨® al pa¨ªs entre 1997 y 1992, lo cierto es que la estabilidad no acaba de llegar. Las elecciones de 2014 en las que el Frente de Liberaci¨®n de Mozambique (Frelimo) volvi¨® a ganar con una amplia mayor¨ªa fueron denunciadas como fraudulentas por el Renamo, que se ech¨® al monte de nuevo.
Los ¨²ltimos meses, sin embargo, han tra¨ªdo buenas noticias. Desde que Renamo anunciara una fr¨¢gil tregua en las navidades pasadas, la situaci¨®n se ha ido calmando. El pasado 3 de marzo, el l¨ªder opositor Afonso Dhlakama volv¨ªa a prorrogar el alto el fuego en un intento de relanzar las conversaciones de paz. Los rebeldes, que pese a su derrota global obtuvieron excelentes resultados electorales en el centro y norte del pa¨ªs, han propuesto un proceso de descentralizaci¨®n que les permita gobernar al menos en esa parte de Mozambique, as¨ª como una mayor integraci¨®n de sus elementos en las Fuerzas Armadas y de seguridad del pa¨ªs, demandas que el presidente Filipe Nyusi parece dispuesto al menos a escuchar.
La estabilidad pol¨ªtica se antoja como un factor clave para un pa¨ªs que presenta enormes desigualdades entre un sur rico y en desarrollo y un norte y centro abandonados a su suerte. Y es precisamente en la Mozambique rural y en los barrios de la capital que acumulan las mayores bolsas de pobreza donde el c¨®lera ha vuelto a surgir con fuerza.
Tete, carb¨®n y pobreza
Tete es un reflejo de este Mozambique asim¨¦trico. Asentada sobre una de las mayores canteras de carb¨®n de toda ?frica y con el prometedor y fecundo r¨ªo Zambeze lamiendo las puertas de sus casas es, sin embargo, una de las provincias m¨¢s pobres del pa¨ªs. En Maputo, la capital sure?a, proliferan los hoteles de lujo, las ostentosas sedes de bancos internacionales, las autopistas y las tiendas de moda. Mientras tanto, en el centro del pa¨ªs, las carreteras llenas de baches no se arreglan, las lluvias provocan enormes destrozos un a?o s¨ª y otro tambi¨¦n y el hospital, escaso de medios y de personal, hace lo que buenamente puede para combatir los grandes males que aquejan a su poblaci¨®n, como malaria, tuberculosis o diarreas.
Mozambique crece. Eso dicen las estad¨ªsticas que adornan los despachos de ministros y gerentes de empresas. En el interior los beneficios de esta prosperidad no acaban de llegar
Mozambique crece. Eso dicen las estad¨ªsticas macro que adornan los despachos de los ministros y de los gerentes de las grandes empresas, sobre todo sudafricanas y chinas, pero tambi¨¦n brasile?as o europeas, que abundan en este pa¨ªs. Atra¨ªdas por ritmos de crecimiento de hasta el 8% y por la promesa del petr¨®leo y el gas de enormes yacimientos que comenzar¨¢n a ser operativos en un par de a?os, el pa¨ªs est¨¢ de moda. Y, sin embargo, en Tete, en Beira, en Queliman¨¦, en el interior del que se extrae el carb¨®n, el oro, el grafito y de donde saldr¨¢n el gas y el petr¨®leo en poco tiempo, los beneficios de esta prosperidad no acaban de llegar. Y es aqu¨ª, precisamente, donde los rebeldes y las enfermedades encuentran terreno abonado.
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