En los tejidos anda el juego
Gucci, Prada, Valentino o Alexander McQueen demuestran que la tecnolog¨ªa ha permitido trabajar con telas m¨¢s complejas que marcan la diferencia
¡°En tiempos dif¨ªciles la moda siempre es extravagante¡± dec¨ªa la dise?adora de los a?os treinta Elsa Schiaparelli. Otra vez, no hay sitio para las medias tintas. Mientras que muchas marcas se descuelgan de la voracidad del sistema para hacer una moda m¨¢s reposada y serena, encima de la pasarela brilla el exceso. Una nueva tanda de semanas de la moda ha demostrado que m¨¢s all¨¢ de la exageraci¨®n de la silueta, es en los tejidos donde anda el juego. Marcas como Gucci, Prada, Valentino o Alexander McQueen intensifican la riqueza de sus telas: suntuosos terciopelos, suaves mohairs, bordados, pasamaner¨ªas, plumas, cristales y combinaci¨®n de materiales nobles con texturas buscan potenciar la exclusividad y la diferenciaci¨®n.
Un reciente art¨ªculo de la gaceta especializada en moda WWD confirmaba la tendencia: ¡°Los dise?os opulentos, las ricas texturas, los colores vibrantes y aplicaciones que se han visto en las pasarelas de Mil¨¢n han cautivado a los compradores, y lo est¨¢n demostrando con el incremento de su gasto para el pr¨®ximo oto?o¡±.
Para David Fleet Bigwood, dise?ador textil e ilustre profesor en el ¨¢rea de tejidos de la escuela londinense Central Saint Martins, esta riqueza responde a la evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa. Gracias a ella los dise?adores disponen de opciones cada vez m¨¢s complejas: ¡°Usan el estampado, el jacquard, los bordados y la decoraci¨®n. Juegan tambi¨¦n gr¨¢ficamente con una idea al a?adir textura, dimensi¨®n, color, im¨¢genes y motivos¡±. Como resultado, dice, las marcas ¡°pueden elaborar construcciones y superposiciones m¨¢s complejas con el objetivo de elevar el producto¡±.
El analista de tendencias Philip Fimmano, que trabaja en Trend Union junto a la reputada coolhunter Li Edelkoort, va m¨¢s all¨¢ y explica este creciente inter¨¦s en los tejidos como una respuesta directa a la virtualizaci¨®n de nuestras vidas: ¡°Cuanto m¨¢s digitales nos volvemos, m¨¢s deseo tienen nuestros dedos de lo t¨¢ctil. Tambi¨¦n refleja nuestra necesidad por la artesan¨ªa y la autenticidad, algo real a lo que agarrarnos¡±.
Edelkoort y Fimmano crearon en 2011 el proyecto Talking Textiles. Con esta iniciativa se propusieron ¡°salvar el futuro de los tejidos¡±, as¨ª como honrarlos, reivindicarlos y llevarlos hacia nuevas dimensiones. Todo empez¨® cuando se percataron de la paulatina desaparici¨®n de importantes hilander¨ªas as¨ª como de los recortes en departamentos de investigaci¨®n de tejidos, en los que se sustitu¨ªan los telares por ordenadores. El proyecto empez¨® a andar con un premio a los mejores tejidos del a?o desarrollados por estudiantes de todo el mundo. Despu¨¦s se reforz¨® con exposiciones y en 2015 se asent¨® en Nueva York con una serie de seminarios.
A pesar la cr¨ªtica situaci¨®n, Li Edelkoort pronostic¨® una apabullante revalorizaci¨®n de los tejidos: ¡°Hablar¨¢n alto y claro y se convertir¨¢n en tejidos de vida, narrando historias, dise?ando estampados, promocionando bienestar y resucitando el acto de tejer¡±. Parece que seis a?os despu¨¦s las cosas empiezan a cambiar. Menciona, por ejemplo, The London Cloth Company, la primera hilander¨ªa que ha abierto en la capital inglesa en un siglo, o a Adidas, que despu¨¦s de 20 a?os ha devuelto la fabricaci¨®n a Alemania para producir localmente parte de sus zapatillas. Algo que tiene que ver con la relocalizaci¨®n, un movimiento que no ha hecho m¨¢s que empezar: ¡°Firmas de lujo como Chanel est¨¢n comprando hilander¨ªas en Escocia y Francia, no para pedirles exclusividad sino para financiarlas, algo que les permitir¨¢ prosperar trabajando en lo que mejor saben hacer. Chanel sabe que sin estos tejedores, sus colecciones no podr¨ªan existir¡±. Para David Fleet Bigwood, esta reivindicaci¨®n de la moda lenta hacia un ¡°lujo real¡± nos llevar¨¢ ¡°quiz¨¢ hacia una nueva era de la costura¡±. ¡°Los tejidos creativos tienen el poder de seducir a los consumidores m¨¢s hastiados, para que se vuelvan a enamorar de la moda¡±, dice, por su parte, Fimmano.
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