Pol¨ªtica de mus
La manera en la que en Reino Unido se ha discutido sobre esta cuesti¨®n refleja el desgarro que el tema de la inmigraci¨®n ha provocado en el discurso pol¨ªtico de sus gobernantes
¡°Me largo¡±. As¨ª de rotunda debi¨® de ser la decisi¨®n de los espa?oles que durante la crisis resolvieron ir a buscarse la vida a Reino Unido. En aquel momento pudieron combatir la falta de oportunidades en Espa?a asumiendo los costes de la emigraci¨®n. Hoy se enfrentan a algo peor: que el Gobierno del pa¨ªs en el que muchos encontraron un futuro profesional les condene a ser testigos mudos del mercadeo de sus derechos.
El Parlamento brit¨¢nico podr¨ªa haberles asegurado esos derechos de manera unilateral antes de activar el Brexit. Pero esa posibilidad fue rechazada el pasado lunes, dejando en el limbo a m¨¢s de tres millones de europeos que residen en el pa¨ªs. Algunos matizan, en un intento por tranquilizar a los afectados, que en todo caso la deportaci¨®n ser¨ªa inviable adem¨¢s de contraria al derecho internacional. Triste consuelo.
La manera en la que en Reino Unido se ha discutido sobre esta cuesti¨®n refleja el desgarro que el tema de la inmigraci¨®n ha provocado en el discurso pol¨ªtico de sus gobernantes. Primero, por la ligereza con la que los derechos de los residentes europeos se equiparan a una moneda de cambio (bargaining chip) con la que asegurar que los brit¨¢nicos que residen en pa¨ªses de la UE (de ellos, uno de cada cuatro reside en Espa?a) mantienen su estatus tras el Brexit.
Segundo, por el empe?o de la primera ministra, Teresa May, en tener un mandato inmaculado para la salida. Cualquier intento de alteraci¨®n del texto legal que activar¨¢ el Brexit ha sido calificado por el Ejecutivo como una restricci¨®n a su margen de maniobra en futuras negociaciones y, m¨¢s generalmente, como un lastre para el veredicto que la ciudadan¨ªa expres¨® en las urnas. El Gobierno brit¨¢nico se ha arrogado la facultad de interpretar de manera un¨ªvoca el mandato ciudadano que result¨® del refer¨¦ndum. Y ello contribuye a deslegitimar cualquier cr¨ªtica o enmienda del proceso.
El mercadeo de derechos se presenta como una elevada estrategia negociadora, aunque la din¨¢mica prevista se parezca m¨¢s a una partida de mus donde se envida a costa de los derechos de los ciudadanos. @sandraleon_
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