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El d¨ªa en que llegu¨¦ a Hanoi, Lan me recibi¨® con toda la amabilidad que esperaba. Era una mujer menuda, sonriente y joven, menor de 30 a?os como el 60% de la poblaci¨®n de Vietnam. Le pregunt¨¦ qu¨¦ era lo primero que ten¨ªa que saber de su pa¨ªs. Ella se qued¨® seria y pensativa un momento, pero enseguida volvi¨® a sonre¨ªr y me dijo: "Hace veinte a?os ¨¦ramos pobres". Me pareci¨® un portentoso punto de partida. Lan me cont¨® que hab¨ªa podido estudiar, que ten¨ªa un buen trabajo en este bonito hotel. Pero tambi¨¦n que, desde que se cas¨® hace un par de a?os, hab¨ªa tenido que ir a vivir a casa de los padres de su esposo, y ahora, como establece la tradici¨®n, era su suegra la que mandaba en su vida.

La realidad de Vietnam es compleja. Y, ante la complejidad, es importante mirar la pel¨ªcula, no la fotograf¨ªa. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, ha experimentado un cambio enorme en sus indicadores econ¨®micos y sociales, y, efectivamente, ha dejado de ser uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo para entrar en la v¨ªa del desarrollo, reduciendo significativamente la pobreza y la malnutrici¨®n, mejorando el acceso a servicios educativos y de salud, y, sobre todo, liberalizando de manera extraordinaria su econom¨ªa.

La sociedad civil va creciendo poco a poco, pero a¨²n no existe una Ley de Asociaci¨®n que contemple el derecho de reuni¨®n, asociaci¨®n, huelga o manifestaci¨®n pac¨ªfica

Vietnam, autodenominada Rep¨²blica Socialista, es un r¨¦gimen de partido ¨²nico (comunista) que ha iniciado la senda de construcci¨®n de un Estado de derecho, pero que afronta el reto de implantar las reformas necesarias con un Gobierno omn¨ªmodo obsesionado con la estabilidad y el control de la seguridad interna. Es receloso de China, su todopoderoso vecino, y, a la vez, ¨¢vido aprendiz de su modelo de crecimiento y apertura. Con casi 94 millones de habitantes, este pa¨ªs joven y vibrante ha visto como el turismo crec¨ªa el a?o pasado en m¨¢s de un 25%, hasta llegar a casi 10 millones de visitantes.

Es un pa¨ªs con una etnia dominante y 53 minoritarias, y con una Ley de Libertad de Religi¨®n y Culto reci¨¦n aprobada que, sin embargo, solo tolera a quienes se registran y se integran en la organizaci¨®n-paraguas oficial, el Fatherland Front, que controla miembros, recursos y oficios. Un pa¨ªs en el que los informes demoledores de organizaciones internacionales sobre detenciones arbitrarias, encarcelamiento sin acceso a asistencia jur¨ªdica ni m¨¦dica de blogueros y periodistas, ejecuciones sistem¨¢ticas de magnitud hasta ahora desconocida, tr¨¢fico de seres humanos con fines de explotaci¨®n sexual y laboral, violencia sobre las mujeres, tortura, acoso y represi¨®n conviven con un crecimiento econ¨®mico anual del 7% y la firma de inteligentes acuerdos estrat¨¦gicos y comerciales con India y Jap¨®n.

La sociedad civil, con muchas dificultades, va organiz¨¢ndose y creciendo poco a poco, pero a¨²n no existe una Ley de Asociaci¨®n con est¨¢ndares internacionales que contemple el derecho de reuni¨®n, asociaci¨®n, huelga o manifestaci¨®n pac¨ªfica. Paralizada por en¨¦sima vez ante la presi¨®n de sociedad civil y las discordancias entre Gobierno y Asamblea Nacional, esta ley sigue siendo una necesidad y un imperioso reto. Al mismo tiempo, Vietnam tiene el mayor n¨²mero de cuentas de Facebook per capita en el mundo, y m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n tiene acceso a internet¡­ si bien solo hay un pu?ado de empresa operadoras, todas controladas por el Estado. Como los medios de comunicaci¨®n, por cierto, donde, adem¨¢s, ser miembro del Partido Comunista de Vietnam es una condici¨®n para ser jefe de redacci¨®n.

No venimos a ser amigos: seamos socios

No resulta dif¨ªcil imaginar c¨®mo el Gobierno y las instituciones oficiales de Vietnam esperaban a nuestra misi¨®n oficial de la Subcomisi¨®n de Derechos Humanos, y en qu¨¦ clima se ha desarrollado la intens¨ªsima y muy vigilada agenda com¨²n de reuniones. Una mezcla de prevenci¨®n, recelo, expectaci¨®n y deseo. Porque el acuerdo de libre comercio Uni¨®n Europea-Vietnam, cuya redacci¨®n se complet¨® en 2015, debe ser ratificado en 2017 por un Parlamento Europeo dividido y exhausto tras el enorme esfuerzo que ha supuesto aprobar el Tratado de Libre Comercio entre la Uni¨®n Europea y Canad¨¢ (CETA).

El acuerdo con Vietnam puede convertirse en una v¨ªctima propiciatoria, ensombrecido por otros acuerdos comerciales percibidos como m¨¢s relevantes (Jap¨®n y Singapur, por ejemplo). Nuestro objetivo, por tanto, era establecer un marco tan exigente como cooperador: la Uni¨®n Europea quiere acompa?ar y ayudar a Vietnam en su camino de progreso y prosperidad, pero necesita de la ratificaci¨®n del Parlamento. Y eso no va a ser f¨¢cil ni est¨¢ garantizado. Para pelear por ello, necesitamos avances tangibles, resultados concretos que cierren las brechas de Derechos Humanos que hemos detectado y se?alado. No venimos a ser amigos: seamos socios, pero ineludiblemente de acuerdo a los est¨¢ndares internacionales que hemos suscrito. El disciplinado entrenamiento de nuestros interlocutores en no responder y amenazar veladamente no ha hecho f¨¢cil mantener el tono, pero yo dir¨ªa que el loto y el acero han captado perfectamente nuestro inequ¨ªvoco mensaje. Y que hasta Ho Chi Minh, incandescente en su mausoleo, nos hizo un gesto c¨®mplice cuando nos llevaron de la mano a visitarlo.

Beatriz Becerra Basterrechea es vicepresidenta de la Subcomisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y eurodiputada ALDE Group