D¨ªa internacional la felicidad: aprender a ser felices desde la infancia
Educar ni?os dichosos ayuda a mantener una perspectiva optimista y esperanzadora a lo largo de la vida
Cuenta el psiquiatra Luis Rojas Marcos una an¨¦cdota que relat¨® en su momento el propio Charles Darwin sobre la felicidad. Seg¨²n se?al¨® el naturalista, un d¨ªa le pregunt¨® a un peque?o de unos cuatro a?os qu¨¦ significaba para ¨¦l ser feliz. El ni?o le respondi¨®: ¡°hablar, re¨ªrme y dar besos¡±. Una sensaci¨®n o emoci¨®n a la que Naciones Unidas (ONU) decidi¨® dedicar, en 2013, un D¨ªa Internacional como reconocimiento del importante papel que desempe?a la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo. La fecha elegida es este lunes 20 de marzo.
Medir la felicidad no resulta nada sencillo. En 2015, la Jacobs Foundation present¨® el estudio Children?s World. Los investigadores de la fundaci¨®n intentaron dise?ar un "mapa de la felicidad" y para lograrlo hablaron con 53.000 ni?os de 15 pa¨ªses con el fin de averiguar lo que piensan sobre sus familias, derechos, vida escolar y aficiones. El objetivo del proyecto era conocer c¨®mo mejorar el bienestar de los peque?os mediante la concienciaci¨®n de los propios ni?os, sus padres y sus comunidades, pero tambi¨¦n entre los l¨ªderes de opini¨®n, los pol¨ªticos, los profesionales y el p¨²blico, en general.
El estudio se sum¨® a uno realizado previamente por Unicef y supuso un cambio de paradigma: por primera vez se preguntaba directamente a los ni?os y se les daba voz. Una de las conclusiones que se extrajo en relaci¨®n con nuestro pa¨ªs es que los ni?os y ni?as espa?oles eran los terceros del mundo que se mostraban m¨¢s satisfechos con su vida.
Rojas Marcos, quien compagina su labor acad¨¦mica como profesor de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Nueva York con la gesti¨®n, como director ejecutivo, de M¨¦dicos Afiliados de Nueva York, se?ala que cada persona entiende la felicidad a su manera. ¡°Hay personas que la definen como una emoci¨®n intensa que les invade s¨²bitamente, como cuando se enamoran o conectan ¨ªntimamente con personas muy queridas. Para otras¡±, a?ade el prestigioso psiquiatra, ¡°supone un estado de ¨¦xtasis ante una imagen bella o una melod¨ªa que les llega al alma. Algunos describen la dicha con ejemplos de situaciones en las que se sienten triunfantes al haber conseguido una meta muy deseada. Para muchos, entre los que me incluyo, la felicidad es un sentimiento placentero y apacible de satisfacci¨®n con la vida en general, que alimenta el gusto por la vida y la idea de que vivir merece la pena. La verdad es que, aunque no nos pongamos de acuerdo a la hora de definir la felicidad, todos la reconocemos cuando la sentimos¡±, concluye Rojas Marcos.
Alcanzar la tan so?ada felicidad parece que se encuentra estrechamente relacionada con nuestro ADN, seg¨²n estudios recientes. Las investigaciones llevadas a cabo evidencian que en nuestro material gen¨¦tico existe una explicaci¨®n a la clasificaci¨®n mundial de percepci¨®n subjetiva de la felicidad. La clave se encontrar¨ªa en el denominado ¡°gen de la felicidad¡±, correspondiente al alelo -una de las formas alternativas que puede tener un mismo gen que se diferencian en su secuencia- A de la amida hidrolasa de ¨¢cidos grasos. Esta variante del gen frena la degradaci¨®n qu¨ªmica de la anandamida, un cannabinoide end¨®geno que aumenta las sensaciones placenteras y reduce la percepci¨®n del dolor.
Las conclusiones del estudio son compartidas por Rojas Marcos, pues opina que ¡°todos venimos al mundo equipados con genes que nos impulsan a perseguir aquello que nos hace felices. El medio familiar y social en el que nos desarrollamos moldea este equipaje gen¨¦tico. Sin duda, los avatares diarios y la calidad de nuestras relaciones pueden fortalecer o debilitar nuestra tendencia innata hacia la felicidad. Padres y cuidadores pueden contribuir a fomentar la alegr¨ªa y la autoestima saludable que son pilares de la felicidad de los peque?os y facilitar actividades gratificantes que propicien los estados de ¨¢nimo placenteros. A fin de cuentas¡±, subraya Rojas Marcos, ¡°no solo nacemos, tambi¨¦n nos hacemos y aprendemos¡±.
?Puede ser la felicidad objeto de aprendizaje durante la infancia? Seg¨²n Luis Pedreira Massa, psiquiatra de la Unidad de Trastornos Mentales de la Infancia, Adolescencia y Adulto-Joven del Hospital La Luz, la felicidad no es materia de aprendizaje por parte de los ni?os y ni?as; muy al contrario, es de vivencia y de experiencias placenteras. Pedreira indica que, ¡°m¨¢s que aprender, la felicidad se vivencia y, sobre todo, se consigue si las interacciones que los ni?os y j¨®venes realizan son placenteras y contienen seguridad y asertividad¡±. En su opini¨®n, ¡°la cr¨ªtica, en caso de existir, debe ser positiva, teniendo una v¨ªa de salida y de acompa?amiento por parte del adulto de referencia¡±.
Por su parte, la jefa del Servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s, Montserrat Graell, sostiene que los ni?os pueden alcanzar la felicidad ¡°mediante una crianza afectiva y una adecuada educaci¨®n¡±. Asimismo, Graell destaca la necesidad de que los padres dispongan a sus hijos hacia la felicidad, ¡°promoviendo progresivamente su autonom¨ªa y, especialmente, la seguridad en s¨ª mismos. Adem¨¢s de estimularles un comportamiento emp¨¢tico y solidario para conseguir establecer relaciones sociales de calidad¡±.
Aunque los especialistas aseguran que una infancia feliz no garantiza mantener este estado de satisfacci¨®n y bienestar para siempre, s¨ª es un soporte b¨¢sico en la preparaci¨®n para afrontar las otras etapas de la vida. Para Rojas Marcos, autor de libros como ¡°Nuestra felicidad¡±, ¡°La fuerza del Optimismo¡± o ¡°La autoestima¡±, disfrutar de una infancia feliz ayuda a mantener una perspectiva optimista y esperanzadora, todos ellos factores que, seg¨²n el conocido psiquiatra, ¡°fortalecen nuestra capacidad de adaptaci¨®n, nuestra confianza y vigoriza esa mezcla natural de resistencia y flexibilidad que hoy llamamos resiliencia, y que nos ayuda a superar adversidades¡±. Unos elementos que, en su opini¨®n, pueden hacer que los ni?os y ni?as de hoy se conviertan en ¡°hombres y mujeres flexibles que se adapten a los cambios y vicisitudes que les plantee el paso por el mundo, y acepten las reglas imperfectas del juego de la vida sin amargarse¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.