Los navegadores desactivan el GPS del cerebro

Los navegadores est¨¢n debilitando la capacidad del cerebro para orientarse. De la misma manera que las calculadoras o la agenda del tel¨¦fono han interferido en las habilidades matem¨¢ticas o en la capacidad de recordar un n¨²mero, un estudio muestra ahora que el navegador del coche o del m¨®vil provoca que las ¨¢reas cerebrales dedicadas a la orientaci¨®n espacial y a la navegaci¨®n reduzcan su actividad.

A comienzos de siglo, un estudio ya cl¨¢sico demostr¨® que el cerebro de los taxistas de Londres era m¨¢s grande que el de otras personas. En concreto, una regi¨®n cerebral, el hipocampo posterior, mostraba una mayor densidad de materia gris. Los resultados fueron confirmados una d¨¦cada despu¨¦s con una muestra de taxistas antes y despu¨¦s de que tuvieran que aprenderse el callejero con las m¨¢s 25.000 calles londinenses para obtener la licencia. Los que consiguieron la licencia ten¨ªan el hipocampo m¨¢s desarrollado.

Buscando identificar c¨®mo el hipocampo se las apa?a para navegar un espacio, un grupo de investigadores escane¨® el cerebro de 24 voluntarios mientras se mov¨ªan por un mapa virtual del Soho londinense. Tambi¨¦n quer¨ªan investigar c¨®mo intervienen otras ¨¢reas cerebrales, en particular el c¨®rtex prefrontal, clave a la hora de planificar nuevas rutas y resolver problemas, como qu¨¦ hacer si hemos tomado el camino equivocado y hay que buscar una nueva ruta. De las 10 rutas que tuvieron que hacer, en cinco estaban asistidos por un navegador, mientras que en las restantes eran ellos los que ten¨ªan que decidir d¨®nde girar a la izquierda, a la derecha o seguir recto.?

El estudio, publicado en Nature Communications, muestra que, cuando los voluntarios navegaban en modo manual, tanto su hipocampo, ubicado en la parte m¨¢s interior e inferior del cerebro, como el c¨®rtex prefrontal, mostraban mayor actividad cuando llegaban a una nueva calle. De hecho, el registro del esc¨¢ner era mayor cu¨¢ntas m¨¢s opciones ten¨ªan ante s¨ª. Sin embargo, este extra de actividad no se produc¨ªa cuando se dejaban guiar por el navegador.

Los participantes en el estudio tuvieron que navegar por las calles del Soho, en el centro de Londres

"Llegar a un cruce como el de Seven Dials en Londres, donde se juntan siete calles, puede aumentar la actividad del hipocampo, mientras que un callej¨®n sin salida la reduce", dice en una nota el responsable del laboratorio de cognici¨®n espacial del University College de Londres y coautor del estudio, Hugo Spiers. "Si tienes que enfrentarte con la complejidad de calles de una ciudad, probablemente tengas que exigirle m¨¢s a tu hipocampo y tu c¨®rtex prefrontal", a?ade.

Los resultados de esta investigaci¨®n confirman el papel clave del hipocampo en la orientaci¨®n espacial y la planificaci¨®n de rutas. En concreto, muestra como ayuda ante nuevas situaciones: al llegar a una nueva calle camino de un objetivo, una parte del hipocampo indexa las conexiones existentes mientras que otra ¨¢rea identifica las caracter¨ªsticas de la calle. Con los dos elementos, el cerebro puede simular las distintas rutas mientras el c¨®rtex prefrontal ayuda a decidir cu¨¢l escoger para llegar al destino. "Sin embargo, si tenemos tecnolog¨ªa que nos dice qu¨¦ camino escoger, estas zonas del cerebro no responden a la red de calles. En este sentido, nuestro cerebro se desentiende de las calles que nos rodean", comenta Spiers.