C¨®mo contradecirse constantemente y a¨²n as¨ª sonar cre¨ªble
Los gemelos Torres, chefs Michelin, deleitan con su conversaci¨®n mientras nos ense?an su nuevo restaurante madrile?o
A uno le hubiera gustado ser piloto de motocicletas o surfista, aunque, como le recuerda su gemelo: ¡°Si te subes a una ola y te caes¡±. Al otro, algo relacionado con la m¨²sica, aunque, como le recuerda su gemelo: ¡°Si no sab¨ªas tocar ni la flauta. El profesor de m¨²sica nos daba un suficiente en el colegio porque le d¨¢bamos pena¡±.
Afortunadamente para la gastronom¨ªa espa?ola y para la comedia, la idea de ganarse la vida cocinando a cuatro manos de Sergio y Javier Torres (Barcelona, 1970) sali¨® bien y no tuvieron que recurrir a ning¨²n plan B. Recibieron su primera estrella Michelin en 2010 por su labor en el barcelon¨¦s Dos Cielos, del Hotel Me, y ahora acaban de abrir otro espacio con el mismo nombre y similar filosof¨ªa en Madrid, en el Gran Meli¨¤ Palacio de los Duques. Por el camino se han convertido en estrellas medi¨¢ticas gracias a programas como Cocina2 o Torres en la cocina. El d¨ªa en que se inaugura oficialmente su primer restaurante en la capital, nos sentamos con ellos con el fin de encontrar una entrevista entre sus constantes r¨¦plicas y chanzas.
Hola¡
Sergio: No s¨¦ si deber¨ªas mover la grabadora, igual hace interferencias
Javier: Qu¨¦ dices, no seas cateto. D¨¦jalo, pregunta, anda.
?Cu¨¢nto lleva armar un proyecto as¨ª?
Sergio: "Somos muy ordenados y limpios. Aqu¨ª y en casa". Javier: "Yo en casa no"
J: Dos a?os.
S: A?o y medio.
?C¨®mo es el espacio en el que cocinan?
S: Somos muy ordenados y limpios. Aqu¨ª y en casa.
J: Yo en casa no.
Cu¨¢ndo se ha creado ya tanto, ?c¨®mo se elige la carta para un espacio nuevo?
J: Equilibrio y temporada.
S: Te voy a responder yo, porque este¡ El tema es que hemos tra¨ªdo nuestra esencia. Hemos adaptado parte de nuestra cocina a la cultura y gustos de aqu¨ª. Dos restaurantes con personalidades diferentes, misma filosof¨ªa.
J: ?No crees que mi explicaci¨®n est¨¢ mejor que la suya?
Me parecen bien las dos.
S: Pero no mientas, que la m¨ªa era mejor.
?C¨®mo es trabajar con ustedes dos?
J: Caos organizado.
S: En est¨¦reo.
J: Igual paso yo y le digo algo a un t¨ªo y luego va Sergio y le dice lo contrario. Pero se acostumbran. Se habla todo mucho, damos mucha informaci¨®n siempre. Habr¨ªa que preguntarle a los del equipo, pero creo que hay buen rollo.
Javier: "?No crees que mi explicaci¨®n est¨¢ mejor que la suya?".?Sergio: "Pero no mientas, que la m¨ªa era mejor"
S: Aprenden a pillarnos muy r¨¢pido. Por ejemplo, voy a uno y le digo que est¨¢ cortando algo muy gordo y me responde: "Me lo ha dicho tu hermano".
?C¨®mo dividen las tareas? ?Sus talentos se complementan siempre o a veces se anulan?
J: Aportamos los dos. Mira, con 14 o 15 a?os nos repartimos y decidimos que uno trabajar¨ªa en la mitad de los mejores restaurantes de Europa y el otro en la otra mitad. Aprendimos much¨ªsimo. ?Cu¨¢l era la pregunta?
S: Sab¨ªa que esto iba a acabar as¨ª, Dory. Nos llam¨¢bamos por tel¨¦fono y nos pregunt¨¢bamos: ¡°Bueno, ?t¨² qu¨¦ vas a hacer? ?Pasteler¨ªa? Bien, pues yo carnes. ?T¨² pescado? Pues yo cuarto fr¨ªo¡¡±.
J: ?l dice que sabe m¨¢s de pasteler¨ªa, pero ¨²ltimamente¡
S: Mira, chaval, te doy diez mil vueltas.
J: Es una relaci¨®n de sumar. Cada uno tiene su t¨¦cnica.
S: La m¨ªa es mejor.
Escribir a cuatro manos es un infierno, tocar el piano entre dos es como una partida de Twister y el sexo con m¨¢s de cuatro piernas, un jaleo cu¨¢ntico, ?se puede cocinar a cuatro manos?
J: ?Qu¨¦ va! No pueden cocinar a cuatro manos ni los mejores amigos. De hecho, no creo que puedan cocinar juntos ni dos hermanos. Es imposible. Solo funciona entre gemelos. Los gemelos tenemos un v¨ªnculo gen¨¦tico que lo permite. Para el resto del mundo es misi¨®n imposible.
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