Concordia digital
Medios de comunicaci¨®n y empresas tecnol¨®gicas deben progresar juntos
La revoluci¨®n digital, que afecta a todos los ¨®rdenes de la vida, est¨¢ teniendo un impacto considerable sobre la producci¨®n y distribuci¨®n de noticias, y en particular sobre los medios impresos, poniendo en cuesti¨®n su sostenibilidad. Parad¨®jicamente, esto tiene lugar en un momento en el que el auge de las noticias falsas y los llamados ¡°hechos alternativos¡± hace m¨¢s necesario que nunca que los ciudadanos tengan a su disposici¨®n una prensa libre, independiente y profesional capaz de proporcionarles informaci¨®n de calidad, veraz y contrastada.
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Pese a la naturaleza del desaf¨ªo que enfrentamos, en EL PA?S somos optimistas. Gracias a las nuevas tecnolog¨ªas digitales podemos llegar a millones de personas a las que nunca pudimos alcanzar con los medios anal¨®gicos tradicionales y ofrecerles, adem¨¢s, m¨¢s y mejores historias, en tiempo real y en formatos m¨¢s atractivos. Pero para que la prensa pueda completar su transformaci¨®n digital y afianzar un modelo de negocio sostenible son necesarias dos cosas: una buena regulaci¨®n y una alianza estrat¨¦gica con las principales empresas tecnol¨®gicas. Ambas tareas est¨¢n en estos momentos en proceso de concreci¨®n, por lo que resulta crucial que lleguen a buen puerto.
Respecto a la primera, la Comisi¨®n Europea ha iniciado recientemente el proceso de renovaci¨®n de las normas que regulan la distribuci¨®n de informaci¨®n digital, unas normas obsoletas, pues datan de 2001, cuando Facebook y Twitter no exist¨ªan. La propuesta de Directiva sobre los Derechos de Autor en el Mercado ?nico Digital (conocida como Directiva del copyright), presentada el pasado 14 de septiembre, est¨¢ incardinada dentro del Plan para la consecuci¨®n del Mercado ?nico Digital en la Uni¨®n Europea, un plan que incluye la eliminaci¨®n de barreras para mejorar el acceso y la distribuci¨®n de los contenidos en la UE. La propuesta tiene aspectos que merecen ser valorados, como la importancia que se concede a los derechos de autor en nuestra industria, as¨ª como el inter¨¦s que muestra en ayudar a los medios de comunicaci¨®n en su proceso de transformaci¨®n digital. Contiene tambi¨¦n elementos claramente positivos, como las medidas orientadas a facilitar la transparencia y a equilibrar las relaciones entre los autores y las personas o entidades a quienes ceden sus derechos.
Se equivocan sin embargo quienes quieren hacer de esos derechos un basti¨®n desde el que imponer una tasa obligatoria e irrenunciable. Se trata de un modelo que ya ha demostrado su fracaso en Alemania, en 2013, y en Espa?a, en 2014. Entonces, los intentos de imponer a Google una tasa obligatoria por el uso de enlaces a noticias de prensa provocaron una important¨ªsima ca¨ªda del tr¨¢fico web del grupo Axel Springer y el cierre en Espa?a del servicio Google News.
Las experiencias pasadas y la realidad actual demuestran que es necesario un camino de cooperaci¨®n entre medios y empresas tecnol¨®gicas, no uno de confrontaci¨®n. Un camino que diarios como EL PA?S ya han iniciado con Google, a trav¨¦s de proyectos como Digital News Initiative y el AMP (Accelerated Mobile Pages), y con Facebook, v¨ªa su Journalism Project. Estas iniciativas prueban que cada vez m¨¢s las empresas tecnol¨®gicas perciben la necesidad e importancia de una prensa libre e independiente y, de forma conexa, su responsabilidad a la hora de contribuir a difundir noticias veraces y de calidad.
Los medios estamos en un momento crucial de construcci¨®n de nuestra presencia en el mundo digital a nivel global. Necesitamos libertad de acci¨®n y flexibilidad para la adaptaci¨®n a un entorno en constante cambio. Eso requiere una regulaci¨®n que nos ayude a crecer en lectores e ingresos, no una que sofoque y ahogue el proceso de transformaci¨®n digital. Todo el sector se ver¨¢ beneficiado si la concordia se impone en el ecosistema informativo digital.
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