La tuberculosis tambi¨¦n es cosa de (pa¨ªses) ricos
Europa, donde se detectan cada a?o m¨¢s de 60.000 casos, lucha contra el estigma y el desconocimiento
Ousainou Sarr estaba pasando una mala racha. Despu¨¦s de 17 a?os viviendo en Londres y ganando un buen sueldo como encargado en restaurantes del centro, un d¨ªa se encontr¨® en la calle. Sin dinero y sin casa. Al poco tiempo enferm¨®. Perdi¨® mucho peso. Se despertaba ba?ado en sudor. Cada pocos meses iba al m¨¦dico, pero este no encontraba explicaci¨®n a sus s¨ªntomas por m¨¢s an¨¢lisis de sangre que le hiciera. Que pod¨ªa ser ansiedad porque llevaba 17 a?os sin ver a su familia en Gambia, le dec¨ªa. ¡°Soy feliz aqu¨ª, como bien, hay algo raro, algo me pasa¡±, insist¨ªa ¨¦l.
Un d¨ªa, caminando por King¡¯s Cross, cay¨® en sus manos un folleto. Find & treat, dec¨ªa. Encontrar y tratar. El sistema sanitario p¨²blico, el NHS, iba a instalar durante unos d¨ªas una consulta m¨®vil en la zona para hacer chequeos en busca de tuberculosis. ¡°Fuimos siete amigos. Te hac¨ªan all¨ª mismo una radiograf¨ªa de t¨®rax. Los dem¨¢s salieron enseguida, pero m¨ª me dijeron que me quedara. As¨ª supe que ten¨ªa tuberculosis. En cierto modo me alegr¨¦. Al menos sab¨ªa a qu¨¦ me enfrentaba¡±. Era 2011.
Sarr, de 50 a?os, es hoy uno de los mejores fichajes de Find & treat, el servicio m¨®vil que viaja por todo el Reino Unido para buscar a los enfermos de tuberculosis que se le escapan al sistema. Va a c¨¢rceles, a f¨¢bricas, a barrios deprimidos¡ All¨¢ donde se pueda descubrir uno de esos enfermos ocultos que, caso a caso, suman en las estad¨ªsticas. Reino Unido, sin ir m¨¢s lejos, detecta cada a?o entre 6.000 y 8.000. Sarr es ahora trabajador sanitario, y lo hace desde la experiencia. ¡°Mi primer objetivo cuando enferm¨¦ fue ponerme bien. El segundo, empezar a ayudar a gente que estaba en mi situaci¨®n a pedir ayuda¡±.
Tuberculosis en el mundo: una mejor¨ªa demasiado lenta
Los pa¨ªses de ingresos bajos y medios soportan el 90% de la carga de la enfermedad en el mundo. Seis pa¨ªses (India, Indonesia, China, Nigeria, Pakist¨¢n y Sud¨¢frica) acumulan el 60% de los nuevos casos que se detectan, seg¨²n el ¨²ltimo informe global sobre tuberculosis de la OMS. Este trabajo calcula que entre 2000 y 2015 el tratamiento ha evitado 49 millones de muertes en todo el mundo.
La incidencia global de tuberculosis cay¨® solo un 1,5% entre 2014 y 2014, alerta la OMS, lo que quiere decir que no se va a alcanzar el objetivo de reducci¨®n y eliminaci¨®n de la estrategia End TB a menos que el porcentaje suba a un 4 o 5% anual antes de 2020. El ritmo tan lento de descenso se considera un fracaso en t¨¦rminos de salud p¨²blica, tal como asegura Stop TB Partnership en su Plan Global Hacia el Fin de la TB 2016-2020.
La enfermedad caus¨® la muerte de 1,4 millones de personas en 2015. Se notificaron 6,1 millones de nuevos casos de tuberculosis, aunque en realidad fueron m¨¢s de 10 millones. La tasa de mortalidad ha descendido casi un 50% en los ¨²ltimos 25 a?os, en gran parte gracias a las inversiones del Fondo Mundial de lucha contra sida, tuberculosis y malaria. Espa?a dej¨® de donar a este fondo en 2011.
Porque s¨ª, tambi¨¦n hay tuberculosis, la enfermedad de los pobres, en la pr¨®spera Europa. Se detectaron m¨¢s de 60.000 casos en 2015, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas disponibles del Centro Europeo para la Prevenci¨®n y el Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en ingl¨¦s), que cubren el ¨¢rea econ¨®mica europea (EEA). El n¨²mero de nuevos casos lleva cayendo desde 2002 pero, tal y como advierte este organismo, ¡°con un descenso anual del 5%, Europa no conseguir¨¢ alcanzar el objetivo de acabar con la tuberculosis¡±.
¡°El Reino Unido, como Espa?a y el resto de Europa, dej¨® de pensar en la tuberculosis cuando el n¨²mero de casos baj¨®, pero es una enfermedad de la que no debemos olvidarnos¡±, dice Jos¨¦ Caminero, neum¨®logo del hospital Doctor Negr¨ªn de Las Palmas y consultor de The Union (Uni¨®n internacional contra la tuberculosis y las enfermedades respiratorias). ¡°La mejora de las condiciones socioecon¨®micas ha reducido much¨ªsimo la incidencia, y la crisis no ha generado pobreza extrema, que es donde se ceba la enfermedad. Pero el bacilo est¨¢ muy bien adaptado. Hace m¨¢s de tres millones de a?os que convive con nosotros, y no muere, se queda acantonado¡±, a?ade.
Si ni siquiera los pa¨ªses ricos son capaces de erradicar la tuberculosis, no puede sorprender que se haya convertido en la enfermedad infecciosa m¨¢s letal del planeta, con 1,8 millones de muertes en 2015. El bacilo de la tuberculosis ya mata m¨¢s que el sida en el mundo. Es la enfermedad de los pobres, tanto en los pa¨ªses en desarrollo como en los ricos. Por m¨¢s que la incidencia global en Europa est¨¦ cayendo a un ritmo del 5% cada a?o desde 2011, hay grupos de poblaci¨®n vulnerable que no se benefician de esa tendencia, tal y como recuerda este a?o el ECDC con ocasi¨®n del D¨ªa Mundial contra la Tuberculosis. Son las personas que viven con VIH, los migrantes, los encarcelados. En ese mismo periodo de tiempo, las nuevas coinfecciones de tuberculosis y VIH han crecido un 40% en Europa, alerta este organismo.
¡°Cribamos a cerca de 10.000 personas al a?o¡±, dice orgulloso Alistair Story, el responsable del Find & Treat brit¨¢nico. El ¨²nico cami¨®n del servicio ¨C¡°deber¨ªamos tener al menos otro¡±, puntualiza¡ªlleva una d¨¦cada movi¨¦ndose habitualmente por Londres, aunque tambi¨¦n acude de urgencia a cualquier punto del pa¨ªs en caso de brote. ¡°Somos accesibles. Vamos a pie de calle, a buscar a personas para las que no es f¨¢cil ir a un hospital. Bien porque tengan un problema de drogas, o de alcohol, porque duerman en la calle, a veces los s¨ªntomas, como la tos o la p¨¦rdida de peso, les parecen normales y no piden ayuda¡±, explica Story. Con el tiempo, adem¨¢s de tuberculosis tambi¨¦n est¨¢n detectando otros problemas de salud, como cirrosis hep¨¢tica, porque el cami¨®n lleva ahora tambi¨¦n un fibroscan.
Encontrar a los enfermos es solo el primer paso de su trabajo. Luego hay que conseguir que sigan el tratamiento. ¡°M¨¢s de la mitad de los casos detectados en los hospitales se pierden¡±, dice Story. Ah¨ª es donde Sarr demuestra su val¨ªa. A ¨¦l mismo le cost¨® no poco esfuerzo cruzar Londres tres veces a la semana para ir a buscar su medicaci¨®n durante seis meses. ¡°Lo primero es luchar contra el estigma. Todav¨ªa hay mucho desconocimiento y muchas personas no quieren ni hacerse la radiograf¨ªa. Mi trabajo consiste en animarles a que lo hagan, y suelo contarles mi historia¡±, dice Sarr.
¡°Mucha gente cree que si est¨¢s en la calle es por tu culpa, pero de lo que no se dan cuenta es de que a veces es una sola n¨®mina lo que te separa de quedarte sin casa. No cobras, no pagas, te quedas en la calle, no puedes ducharte, te da verg¨¹enza ir al m¨¦dico porque est¨¢s sucio y hueles y no quieres quitarte ni los zapatos en la consulta¡ Es una espiral que hace que en Europa todav¨ªa haya gente que muere de tuberculosis todos los d¨ªas sin recibir ayuda. Tenemos que pararlo¡±. Sarr se embala hablando de c¨®mo hay que convencer a esas personas para que se f¨ªen del cami¨®n blanco del NHS, pero tambi¨¦n recuerda que sin ayuda de los servicios sociales muchos casos salen de ¨¦l con un diagn¨®stico pero sin visos de seguir un tratamiento.
Alex pudo haber sido uno de ellos. Inmigrante rumano, se qued¨® sin trabajo en la construcci¨®n y tuvo que dejar el piso de alquiler en el que viv¨ªa. Cuenta su historia, en un ingl¨¦s a¨²n precario, en el hospital de Liverpool, rodeado de los m¨¦dicos, enfermeros y asistentes sociales que le ayudaron. Empez¨® en enero de 2016 con los s¨ªntomas habituales: perdi¨® peso, no paraba de toser, sudaba por las noches. Como no ten¨ªa trabajo, tampoco cobertura m¨¦dica. Finalmente pidi¨® ayuda. Le ingresaron casi tres meses en una habitaci¨®n de aislamiento porque tem¨ªan que su tuberculosis fuera multirresistente a antibi¨®ticos.
¡°Cuando le dimos el alta, resulta que no ten¨ªa una casa a la que volver¡±, recuerda Bertel Squire, m¨¦dico del hospital y profesor de la Liverpool School of Tropical Medicine. Cuando Planeta Futuro habl¨® con ¨¦l, en noviembre pasado durante el congreso de The Union en la ciudad inglesa --al que Planeta Futuro acudi¨® invitado por la organizaci¨®n--, Alex estaba recuperado y trabajando. El hospital se hab¨ªa puesto en contacto con una ONG que le aloj¨® varios meses hasta que pudo volver a valerse por s¨ª mismo. Gracias a eso pudo acabar el tratamiento y curarse del todo.
Squire, como el resto de especialistas que participaron en el congreso de The Union, alerta de que no se puede bajar la guardia con la tuberculosis en los pa¨ªses desarrollados. ¡°No es una cuesti¨®n de n¨²meros. Tambi¨¦n se puede aprender mucho sobre la enfermedad en pa¨ªses con menos casos¡±, se?ala, y recuerda los factores riesgo de transmisi¨®n: personas sin hogar, consumidores de drogas intravenosas, de alcohol, personas con VIH, inmigrantes y personas mayores.
Resistencia a los antibi¨®ticos
La bacteria de la tuberculosis ha desarrollado resistencia a los antibi¨®ticos que se usan contra ella, lo que hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil luchar contra esta enfermedad. Esta variante se conoce como tuberculosis multirresistente (MDR-TB, por su abreviaci¨®n en ingl¨¦s) y su incidencia en Europa es del 4,1%, con grandes diferencias por pa¨ªses. Estonia y Lituania rondan el 20%, mientras Irlanda apenas tiene un 0,5%.
Los pa¨ªses que m¨¢s sufren el problema de la tuberculosis multirresistente son los que est¨¢n en v¨ªas de desarrollo. El acceso a los antibi¨®ticos que se usan contra esta variante de la enfermedad es a¨²n m¨¢s escaso que con el tratamiento de la tuberculosis com¨²n, que apenas reciben seis de cada diez personas que lo necesitan.
¡°Cuando la incidencia baja, el compromiso pol¨ªtico desaparece¡±, se lamenta. Y con ¨¦l, las campa?as de concienciaci¨®n. Los sistemas de salud cada vez est¨¢n menos acostumbrados a este mal, y hay casos que tardan demasiado en detectarse. Como el de Cedric Moizer, de 76 a?os, al que tambi¨¦n atendieron en el hospital de Liverpool cuando hace unos meses le detectaron el bacilo de la tuberculosis.
¡°Me encontraba muy cansado, me costaba comer y no paraba de toser. Me vio mi m¨¦dico de cabecera pero no sospech¨®. Quiz¨¢ porque tengo EPOC, y me cuesta mucho respirar por culpa de mi enfermedad. Adem¨¢s, ¨¦l probablemente no est¨¦ acostumbrado a ver casos de tuberculosis y no se le ocurri¨®¡±, explica. Despu¨¦s de un primer tratamiento ineficaz, una radiograf¨ªa de t¨®rax hizo visible el problema.
Squire recuerda que un elevado porcentaje de casos de tuberculosis en ancianos son reactivaciones de contagios producidos en la infancia. El bacilo puede estar latente durante d¨¦cadas y manifestarse cuando se dan las condiciones adecuadas. Parece que ese fue el caso de Moizer, nacido en Liverpool. "En Anfield", precisa ¨¦l.
¡°Uno de los problemas de tener pocos casos es que baja el nivel de concienciaci¨®n y tardamos en darnos cuenta de que estamos ante la enfermedad. Si la persona que va a consulta es un inmigrante reci¨¦n llegado de alg¨²n pa¨ªs con alta prevalencia, es probable que se piense en la tuberculosis, pero con pacientes como Cedric no salt¨® la alarma¡±, dice Squire.
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