La verg¨¹enza de ser madre
En un curr¨ªculum se valora que cuentes tus acciones de voluntariado, tus hobbies, o tus intereses, pero ?alguna mujer incluye en su CV su labor con sus hijos?
Muchas veces tengo la impresi¨®n de que nadie espera grandes haza?as de una madre. Se entiende que las madres hacen cosas de ¡°marujas¡±: atender a los ni?os, limpiar la casa, cocinar o hacer la compra. Yo no debo tener muy claro los l¨ªmites que se supone que tenemos, porque desde que soy mam¨¢ me he sorprendido viviendo situaciones en las que parec¨ªa estar rompiendo barreras socialmente impuestas para las de mi condici¨®n.
El primer asunto turbio en el que me met¨ª, reci¨¦n estrenada la maternidad, aunque esto lo hicimos mi marido y yo, fue el de invertir los apellidos de nuestros hijos. Recuerdo desde muy peque?a c¨®mo mi propia madre viv¨ªa con indignaci¨®n el que mis hermanos y yo llev¨¢ramos en primer lugar el apellido de nuestro padre. As¨ª que cuando naci¨® nuestra hija, la inscribimos con los apellidos invertidos, despu¨¦s de dos intentos, porque en el primero, antes de poder decir nada, nuestra ni?a qued¨® registrada por defecto con el apellido paterno en primer lugar.
De esto hace 14 a?os, y mis hijos son raros por ello, la gente se confunde cuando se dan cuenta de que mi primer apellido y el de mis hijos es el mismo, llegan incluso a pensar que su padre y yo nos apellidamos igual y que mis hijos tienen por tanto dos apellidos id¨¦nticos.
Nadie espera grandes haza?as de una madre. Se entiende que hacen cosas de ¡°marujas¡±
Pero sin duda, los mayores momentos de verg¨¹enza los he vivido en el terreno profesional e incluso en entrevistas de trabajo. Cuando estaba embarazada de mi primera hija, hubo un Expediente de Regulaci¨®n de Empleo en mi empresa, as¨ª que me vi en el paro. Mala suerte, ?o no? Es triste, pero tambi¨¦n es cierto que mi trabajo de ingeniera no era compatible con la vida de mujer embarazada ni con la de madre. ?No hab¨ªa otra opci¨®n? Pues en mi caso no la hubo. El primer trimestre del embarazo lo pas¨¦ viajando y sin ir apenas a revisiones. ?Me libr¨® eso del despido colectivo? En absoluto. Y luego dicen que hay pocas mujeres ingenieras, no me sorprende, y que adem¨¢s sean madres debe haber a¨²n menos. Lo dif¨ªcil no es acceder o acabar una carrera de ingenier¨ªa. Lo realmente heroico es sobrevivir despu¨¦s de tener hijos en un mundo laboral sin sensibilidad hacia la maternidad.
Volv¨ª a trabajar cuando la ni?a ten¨ªa nueve meses, y segu¨ª en ese mismo puesto de trabajo, subcontratado, varios a?os. Un puesto bastante peor tal vez, porque ya no ten¨ªa opci¨®n de crecer profesionalmente, aunque me permit¨ªa cumplir con mi responsabilidad de madre. Por mi propia experiencia, creo que el techo de cristal baja un poco m¨¢s con cada hijo. Si tienes varios, puedes llegar a tener que agachar la cabeza cuando entras en la oficina. Y para rematar, cuando estaba de baja durante el tercer embarazo, me qued¨¦ otra vez sin empleo. Creo que algunos, cuando despiden a una embarazada, hasta piensan que le hacen un favor, porque as¨ª podr¨¢ pasar m¨¢s tiempo con el beb¨¦.
Ser mujer y estar en la?treintena es para ciertos entrevistadores una se?al de peligro. Adem¨¢s, tener tres hijos antes de los 35 a?os te hace parecer sospechosa de pertenecer a una secta o algo parecido. As¨ª, en la primera entrevista de trabajo que tuve, ya siendo madre de familia numerosa, el entrevistador se fij¨® en mi anillo de casada. Me pregunt¨® si ten¨ªa hijos. Respond¨ª con un escueto ¡°s¨ª¡± y me interrog¨® ¡°?cu¨¢ntos?¡±. Al responder que eran tres me hizo sentir mal, muy mal, porque su reacci¨®n fue preguntarme: ¡°Y adem¨¢s de criar, ?qu¨¦ otras aficiones tienes?¡±.
Parec¨ªa que deb¨ªa sentir verg¨¹enza de ser madre. Pero no me inmut¨¦, ahora s¨ª me inmutar¨ªa, y le cont¨¦ todo lo que hago, porque ser madre no te anula ni te convierte en un trozo de carne sin cerebro, o en una coneja, como he escuchado decir, en un intento de ser chistoso, a alg¨²n que otro individuo sin gracia ni respeto.
En una entrevista me dijeron: "Y adem¨¢s de criar, ?qu¨¦ otras aficiones tienes?"
Hace 10 a?os de esa entrevista de trabajo, y creo que no hay un solo d¨ªa que no me acuerde de aquel momento. ?Me habr¨ªa dicho lo mismo si fuera hombre? Lo dudo. A lo mejor habr¨ªa hecho alg¨²n comentario jocoso, que tambi¨¦n ocurre, algo en plan ¡°qu¨¦ t¨ªo m¨¢s machote¡±.
No solo debemos tratar de ocultar que somos madres en las entrevistas de trabajo, sino que adem¨¢s me parece muy curioso que en un curr¨ªculum se valore que cuentes todas tus acciones de voluntariado, tus hobbies, o tus intereses, pero ?alguna mam¨¢ incluye en su CV su labor como madre? ?Os imagin¨¢is algo as¨ª?:
¡°Arquitecta con 10 a?os de experiencia en ejecuci¨®n de proyectos nacionales e internacionales. M¨¢ster en arquitectura moderna.
Madre de dos ni?os de 8 y 6 a?os. Ama de casa desde hace 12 a?os. Soy capaz de hacer la cena, poner la lavadora, atender a un cliente por tel¨¦fono y revisar la agenda del cole de los ni?os simult¨¢neamente.¡±
En un CV no hay cabida para todo esto, pero si has pertenecido a un equipo de f¨²tbol o has hecho labores de voluntariado para una ONG, demostrar¨¢s que sabes trabajar en equipo y que est¨¢s comprometida con la sociedad, as¨ª que es recomendable incluirlo. Criar ni?os y atender una familia no parece demostrar ni lo uno ni lo otro. Si eres madre, posiblemente trates de ocultarlo hasta que hayas superado el periodo de prueba, si las ojeras y las manos agrietadas no te delatan.
Adem¨¢s, ser mam¨¢ te hace perder toda credibilidad, sobre todo en lo que se refiere a tus hijos. Las madres detectamos en nuestros ni?os muchas cosas que nadie m¨¢s ve: si est¨¢n tristes o preocupados, si sufren un problema de acoso escolar o incluso una necesidad educativa. Pero si somos las madres las que tratamos de explicar esto a otras personas que tambi¨¦n conocen al ni?o, todas nuestras sospechas son tomadas como exageraciones de madre, como un intento de sobreproteger al peque?o.
Pocos d¨ªas despu¨¦s de que se publicara mi art¨ªculo Antes muerta que ser una madre helic¨®ptero, lleg¨® a mis manos el libro de Patricia Merino Maternidad, igualdad y fraternidad, que habla de las madres como sujeto pol¨ªtico en las sociedades poslaborales. Leyendo este libro he comprendido cu¨¢l es la triste realidad de las madres en la sociedad espa?ola, y me ha ayudado a encontrar respuesta a muchas dudas que, como madre, no pod¨ªa dejar de plantearme.
Hay tantas ideas rompedoras que resaltar de ese libro que no podr¨ªa quedarme con una sola. El contraste constante que presenta la autora entre el sistema productivo y el sistema reproductivo, al que contribuimos las madres, sin reconocimiento de la sociedad, me parece muy esclarecedor. El trabajo de una madre no es valorado, a menos que sea una madre trabajadora, es decir, con un empleo remunerado, en cuyo caso destaca la labor profesional, porque todo el inmenso trabajo de crianza no se aprecia, es invisible. La gran mayor¨ªa de las madres trabajan, pero la que no tiene un empleo, tiende a decir que no tiene trabajo. Menuda falacia.
Tengo dos hijas, y quiero so?ar con un futuro mejor para ellas. Quiero so?ar que tendr¨¢n la oportunidad, si lo desean, de vivir una maternidad plena, que no tendr¨¢n que elegir entre ser buenas madres o ser buenas profesionales. Quiero creer que seremos capaces de garantizar que las mujeres que deseen tener hijos no tendr¨¢n que sentir esa verg¨¹enza de ser madres que hemos acuciado muchas mujeres, siendo mam¨¢s, y profesionales cualificadas. Un d¨ªa al a?o, celebramos de una manera consumista el d¨ªa de la madre, y el resto del a?o, dependiendo de la situaci¨®n, no podemos ni decir con orgullo que tenemos hijos.
Eva Bail¨¦n es ingeniera en Telecomunicaciones y autora del blog todoeldiaconectados.com sobre nuevas tecnolog¨ªas para ni?os. Inici¨® la campa?a de Change.org "por unos deberes escolares justos".
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