Una pel¨ªcula presidencial surrealista
Corrupci¨®n, propuestas irrealizables, indefinici¨®n de los programas... ning¨²n detalle escapa a los competidores cuando se trata de llegar a la segunda vuelta de las presidenciales
Asistimos, en directo, a la explosi¨®n del sistema bipartidista que ha dominado la vida pol¨ªtica francesa desde hace m¨¢s de medio siglo. Una pel¨ªcula dram¨¢tica, violenta, en la que todos los golpes son permitidos, se proyecta cada noche en los televisores con insultos y calumnias por doquier. Corrupci¨®n de unos, propuestas irrealizables de otros, indefinici¨®n de los programas sobre puntos clave (?Cu¨¢nto costar¨¢n las promesas? ?Qui¨¦n las pagar¨¢?), ning¨²n detalle escapa a los competidores cuando se trata de llegar a la segunda vuelta de las presidenciales, despu¨¦s del 21 de abril. Una campa?a at¨ªpica, dominada fundamentalmente por la desconfianza global, el escepticismo del electorado, la inquietud hacia una parte de la ciudadan¨ªa presentada casi sistem¨¢ticamente de modo negativo por la mayor¨ªa de los candidatos: los extranjeros e inmigrantes.
Esta pel¨ªcula es, en realidad, la victoria, la gran victoria, de la militancia perseverante del extremismo lepenista que hace de los problemas pol¨ªticos, sociales y culturales, problemas identitarios. Es, a la inversa, el fracaso de los proyectos de la derecha tradicional, versi¨®n conservadora y liberal, que se ha alineado en varias de sus propuestas sobre la oferta program¨¢tica de la extrema derecha y el derrumbamiento rotundo del partido socialista franc¨¦s que, desde hace 30 a?os, ha perdido toda perspectiva aut¨®noma de innovaci¨®n social y de gobierno.
?Qui¨¦n hubiera dicho que la extrema derecha podr¨ªa llegar a conformar de modo tan apremiante la vida pol¨ªtica francesa?
Pero todo ello con una diferencia decisiva: la extrema derecha, con Marine Le Pen, despu¨¦s de haber ganado la batalla de la hegemon¨ªa cultural sobre una parte importante del pueblo, se mantiene fuerte y sigue avanzando hacia el poder pol¨ªtico cuando, por un lado, la derecha conservadora se repliegue detr¨¢s de un candidato, Fran?ois Fillon, conservador neo gaullista ¨Cun insulto frente a la integridad del fundador de la V rep¨²blica, Charles de Gaulle¨C cuyo programa aboga por la injusticia social m¨¢s cruel. Por otro lado, un partido socialista fracturado en varios trozos, unos en apoyo a Beno?t Hamon, el candidato oficial; otros, a Emmanuel Macron, soluci¨®n de recambio sin contenido real, pero posible futuro presidente y, desde luego, beneficiado por el apoyo de muchos que no quieren perder las posiciones que ocupan ahora con Fran?ois Hollande. Nunca las traiciones, los golpes bajos y la hipocres¨ªa han sido tan tajantes en el seno del partido socialista, probablemente condenado a llegar en cuarta posici¨®n detr¨¢s de Jean-Luc M¨¦lenchon, el candidato del Frente de Izquierda.
?Qui¨¦n hubiera dicho que la extrema derecha podr¨ªa llegar a conformar de modo tan apremiante la vida pol¨ªtica francesa? ?Por qu¨¦ Francia se encuentra desde hace m¨¢s de 30 a?os en este callej¨®n sin salida? Nadie afronta estas preguntas.
De ah¨ª el enfado del electorado. Quiere castigar a la derecha y al partido socialista. Parece muy dif¨ªcil que gane Marine Le Pen. Emmanuel Macron puede aprovechar el momento, pero debe vencer en las legislativas consecutivas sin disponer de un verdadero partido. Dice que pactar¨¢ ¡°con la derecha y la izquierda¡±, es decir, ?con los castigados de las elecciones! La pel¨ªcula surrealista no dejar¨¢ de sorprender.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.