Algo m¨¢s que lugares de paso

"Normalmente, cuando miras un mapa, todo est¨¢ polarizado: est¨¢n las grandes metr¨®polis, que organizan el resto. Todo, desde carreteras, trenes y aeropuertos, pasa por un punto central, la metr¨®poli. Pero entre esta y las zonas rurales hay ciudades intermedias que no reciben mucha atenci¨®n", se?alaba este lunes en Roma (Italia) Jos¨¦ Graziano da Silva, director general de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura). "Hay pa¨ªses que tienen m¨¢s de la mitad de su poblaci¨®n en una o dos grandes ciudades, lo que se ha probado como lo peor de la urbanizaci¨®n", a?ad¨ªa. Evitar eso, dejar de ver a esas otras urbes como algo m¨¢s que lugares de paso hacia la metr¨®poli, y dotarlas de los mismos servicios y posibilidades que esta ¨²ltima es, seg¨²n Graziano, el gran reto. Es clave.

Clave para evitar una migraci¨®n masiva a las grandes urbes africanas o del sur de Asia, como por ejemplo Lagos, en Nigeria. La falta de oportunidades en las zonas rurales o en otras localidades de menor tama?o empuja a miles de personas a la gran ciudad, donde a veces tampoco encontrar¨¢n un espacio, como destaca el informe anual del Instituto Internacional de Investigaci¨®n sobre Pol¨ªticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en ingl¨¦s), presentado este lunes en Roma.

All¨ª, los que lleguen del campo sin una opci¨®n vital se pueden encontrar en una situaci¨®n a¨²n peor, como explica Shenggen Fan, director general del centro de investigaci¨®n agr¨ªcola. "En el campo se pueden procurar su propia comida: aqu¨ª est¨¢n a merced de los cambios en los precios. Depender¨¢n para comer de sistemas informales, con problemas de inocuidad de los alimentos. Y probablemente acaben en los suburbios, donde la ausencia de servicios b¨¢sicos es tambi¨¦n importante", ilustra.

Actualmente se estima que m¨¢s del 70% de los hambrientos del mundo (unos 783 millones de personas) viven en el campo. La mayor¨ªa, son agricultores de subsistencia, que viven de lo que consumen. Esa migraci¨®n a las zonas urbanas para buscar otros medios de vida que no dependan del clima (cada vez m¨¢s cambiante) o de la incierta cosecha puede acabar por trasladar el hambre y la pobreza de lo rural a los suburbios, seg¨²n las tendencias analizadas en el informe de pol¨ªticas alimentarias globales de 2017.

¡°Estas urbes son la referencia para los agricultores. All¨ª es adonde van a por semillas o donde env¨ªan a sus hijos a estudiar¡±

Y si el campo no va a la ciudad, que vaya la ciudad al campo, como coinciden Graziano y Fan (coautores de uno de los cap¨ªtulos del documento). "Las ciudades intermedias son la referencia para los agricultores. All¨ª es adonde van a por semillas y otras cosas necesarias, o donde env¨ªan a sus hijos a estudiar", insist¨ªa el director general de la FAO. Si en esos puntos se llevan los servicios educativos, sanitarios, de electricidad e Internet que hay en las capitales y otras grandes urbes, se pueden generar nuevos focos de desarrollo que se extiendan alrededor. "Pueden mejorar el rendimiento agr¨ªcola y al mismo tiempo estimular otras actividades industriales", propon¨ªa Graziano. Y tambi¨¦n reducir las p¨¦rdidas alimentarias en el transporte del lugar de producci¨®n a los mercados.

Pero, para eso, habr¨¢ que conectar tambi¨¦n los lugares m¨¢s rec¨®nditos, una asignatura pendiente en gran parte de ?frica. "Falta lo que yo llamo la '¨²ltima milla", explica Fan. Es decir, que las carreteras, la luz el¨¦ctrica y, a ser posible, el acceso a la Red lleguen hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de los pa¨ªses. Y ?c¨®mo se financia eso en pa¨ªses con tantos frentes abiertos? "Puede ser a trav¨¦s de donantes internacionales, o del sector privado", apunta el responsable del IPFRI. "Por ejemplo, si una empresa va a construir una carretera desde un yacimiento donde trabajo hasta el puerto, se le puede pedir que se haga cargo tambi¨¦n de las ramificaciones hacia las localidades cercanas", agrega.