Transformaci¨®n rural inclusiva contra el hambre

Este a?o, el D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n nos invita a reflexionar sobre la relaci¨®n entre cambio clim¨¢tico y seguridad alimentaria. Yo les invito a poner estos dos temas cruciales en relaci¨®n con un tercero, la necesidad de fomentar una transformaci¨®n rural inclusiva, tal y como el FIDA ha se?alado en su Informe sobre el Desarrollo Rural 2016.

Todo gira en torno a los peque?os agricultores. Ellos son los principales productores de alimentos b¨¢sicos, sobre todo en los pa¨ªses en desarrollo. Y por eso deben ser considerados actores centrales en las estrategias y programas destinados a asegurar la seguridad y soberan¨ªa alimentaria y nutricional en dichos pa¨ªses.

D¨¦jenme ponerles un ejemplo muy gr¨¢fico. En Brasil, los agricultores familiares poseen el 80% de las explotaciones agr¨ªcolas si hablamos del n¨²mero absoluto. Pero ¨¦stas representan tan s¨®lo el 19% de la tierra cultivable y el 12% del PIB agr¨ªcola. Sin embargo, producen hasta el 70% de algunos alimentos b¨¢sicos.

Y es que si bien los peque?os agricultores son los mayores inversores en agricultura en pa¨ªses en desarrollo, se enfrentan a gigantescas dificultades para hacer lo que mejor saben, que es producir alimentos para poner en la mesa de la gente. Limitaciones a la hora de acceder a mercados, a tierras productivas, a recursos financieros y tecnol¨®gicos, a insumos, y a conocimiento e informaci¨®n. Todo esto afecta a la capacidad de aumentar la productividad agr¨ªcola, reducir la presi¨®n ambiental, y mejorar la seguridad alimentaria y nutricional. Tanto la suya propia como la de las comunidades a las que pertenecen.

La falta de oportunidades econ¨®micamente viables en muchas zonas rurales en el mundo contribuye a aumentar varios de los fen¨®menos sociales que vemos todos los d¨ªas en los medios de comunicaci¨®n. Las migraciones dentro de y entre los pa¨ªses dan lugar a problemas sociales y pol¨ªticos ingentes: superpoblaci¨®n en metr¨®polis de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, inmigraci¨®n masiva desde ?frica, Oriente Medio y Centroam¨¦rica hacia naciones desarrolladas y las repetidas tragedias que este fen¨®meno provoca, y aumento de las tensiones sociales y pol¨ªticas que no reconocen fronteras

Pero aunquelos sistemas agr¨ªcolas de los que depende la alimentaci¨®n de gran parte de la poblaci¨®n del planeta se encuentran en riesgo, y la seguridad alimentaria, cada vez m¨¢s comprometida, no todo est¨¢ perdido.

Algunos pa¨ªses han demostrado que es posible llevar a cabo transformaciones en las ¨¢reas rurales de tal manera que sean inclusivas y contribuyan a la reducci¨®n de la pobreza y de la inseguridad alimentaria y nutricional. En estos casos, esas transformaciones han sido en general acompa?adas de un aumento en los ingresos de las poblaciones rurales, de la expansi¨®n de las opciones para vivir mejor, y de mayor acceso a m¨¢s y mejores alimentos.

Volviendo al ejemplo de Brasil, esto sucedi¨® en las ¨¢reas rurales y en las peque?as ciudades semirrurales del pa¨ªs cuando las pol¨ªticas de impulso de la agricultura familiar y de combate a la pobreza se combinaron y sacaron a millones de personas de la pobreza.

Pero mientras todas estas cosas positivas suced¨ªan en Brasil, en muchos otros pa¨ªses persist¨ªa o incluso avanzaba la malnutrici¨®n y sus fen¨®menos asociados (retrasos en el crecimiento, deficiencias de micronutrientes).

La evidencia emp¨ªrica demuestra que las pol¨ªticas y las inversiones para fortalecer los sistemas productivos de modo tal que favorezcan la seguridad alimentaria y nutricional deben incluir varios aspectos:

• Producci¨®n: pol¨ªticas que promuevan la disponibilidad de alimentos.
• ?Marketing: regulaciones que promuevan la eficiencia, seguridad y diversidad de cadenas productivas.
• Consumo: programas de asistencia alimentaria bien localizados.

Estas pol¨ªticas e inversiones deben ser puestas en un contexto m¨¢s amplio. Ese contexto es el de la transformaci¨®n rural inclusiva por la que el FIDA aboga desde hace a?os, pero especialmente desde la presentaci¨®n de su reciente Informe sobre el Desarrollo Rural 2016.

Dicho informe, tras examinar las experiencias de desarrollo en 60 pa¨ªses, concluye que la transformaci¨®n rural inclusiva no sucede autom¨¢ticamente, que el crecimiento econ¨®mico por s¨ª mismo no garantiza la reducci¨®n de la pobreza, y menos de la pobreza extrema, en el medio rural. Tampoco garantiza la reducci¨®n de la inequidad o de la exclusi¨®n de sectores com¨²nmente rezagados, como los peque?os productores, los j¨®venes y mujeres rurales, y las comunidades ind¨ªgenas.

Poner en marcha pol¨ªticas que garanticen una transformaci¨®n rural inclusiva es una elecci¨®n necesaria. Una elecci¨®n necesaria y ¡°urgente¡±, como sostuvo nuestro presidente Kanayo F. Nwanze en la presentaci¨®n del informe en M¨¦xico. Sobre todo, si queremos cumplir con la Agenda Global de Desarrollo 2030, que se propone acabar con el hambre y la pobreza extrema y ¡°no dejar a nadie atr¨¢s¡±.

M¨¢s all¨¢ de la noci¨®n de justicia social, promover esa transformaci¨®n rural inclusiva tiene que ver tambi¨¦n con mejorar el rendimiento del conjunto de la econom¨ªa, promoviendo un desarrollo econ¨®mico de amplia base social y m¨¢s sustentable. Tiene tambi¨¦n que ver con construir sociedades m¨¢s equitativas y cohesionadas, con menores niveles de conflictividad social y pol¨ªtica.

Un sector de peque?a agricultura pujante es la mejor manera de garantizar un pa¨ªs con seguridad alimentaria, sano y con las ra¨ªces de su prosperidad bien asentadas en la tierra y no en cualquier burbuja.

Constanza di Nucci es investigadora y especialista en pol¨ªticas del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA).