Inane
Instalados todos en la opacidad mental, ya estamos listos para firmar donde sea menester
La desaparici¨®n del pensamiento no es como un corte de luz. Se produce de forma escalonada, para evitar el susto. Hoy se suprime el lat¨ªn, ma?ana la l¨®gica, pasado ma?ana la literatura¡ El caso es que un jueves, por lo que sea, tienes necesidad de usarlo y no lo encuentras. A ver, haces memoria, para recordar la ¨²ltima vez que pensaste, como cuando extrav¨ªas las llaves, pero no eres capaz de recordarlo. Tiene que estar en alguna parte, te dices, y vas de un lado a otro de la casa, o de la b¨®veda craneal, buscando el pensamiento. Como has dejado la tele encendida, para que te haga compa?¨ªa, escuchas a lo lejos los obuses emocionales que llueven sobre los asistentes a los m¨ªtines de los partidos pol¨ªticos. Necesitas el pensamiento para defenderte de esas soflamas, pero al final, rendido, te dejas caer en el sof¨¢ y escuchas t¨² tambi¨¦n el mitin con el gesto con el que en un tiempo remoto escuchabas un discurso racional.
Al principio, la ausencia del pensamiento se percibe como una amputaci¨®n. De hecho, hay quienes lo sustituyen con un pensamiento fantasma, como al que le cortan una pierna. Eso dura lo que dura porque el pensamiento fantasma duele tanto como el real, pero no soluciona nada. Tarde o temprano, en fin, se acaba prescindiendo tambi¨¦n de ¨¦l y un d¨ªa, sin saber c¨®mo ni por qu¨¦, te encuentras abriendo el peri¨®dico por la secci¨®n de Gente, donde te engolfas con las disputas posconyugales de Brad Pitt y Angelina Jolie, a las que se les puede sacar su punta filos¨®fica, no creas. Lo que te ocurre a ti, le ocurre al mundo en general, por lo que no te sientes un bicho raro ni nada parecido. Instalados todos en la opacidad mental, ya estamos listos para firmar donde sea menester. O para votar al m¨¢s inane.
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