Amigos de Trump
Despu¨¦s de la congelaci¨®n de Zapatero y del tono aparentemente gris del anterior Rajoy, volvemos a una pol¨ªtica militar activa
A la vista de c¨®mo Trump plantea su pol¨ªtica latinoamericana, el ofrecimiento de Rajoy como mediador carec¨ªa de futuro. Tal vez su ¨²nico objeto era anunciarle la disposici¨®n para secundar su pol¨ªtica. Acontecimientos posteriores lo han confirmado. As¨ª el nombramiento como embajador en Washington de un exministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, vinculado a la industria militar, y sobre todo la visita de Dolores Cospedal, con el anuncio de que Espa?a est¨¢ dispuesta a doblar su presupuesto de Defensa, atendiendo a la llamada de Trump. Despu¨¦s de la congelaci¨®n de Zapatero y del tono aparentemente gris del anterior Rajoy, volvemos a una pol¨ªtica militar activa, orientada hacia la OTAN ¨Cejemplo el nuevo JEMAD¨C y tambi¨¦n hacia la potencia dominante, ahora en manos del reaccionario y err¨¢tico Trump. Lo que resultaba excesivo en Aznar, ahora se convierte en inexplicable.
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No en t¨¦rminos de intereses econ¨®micos, pues la industria militar espa?ola tiene cuentas muy pendientes, pero s¨ª de intereses nacionales. Desde los tiempos de Guerra Fr¨ªa, el endeudamiento de pa¨ªses como Espa?a a la pol¨ªtica norteamericana estuvo plagado de inconvenientes. Discretamente con presidentes progresistas, de modo abierto con Nixon y Reagan, en cuya estela podemos situar a Trump, Washington consideraba a los Estados mediterr¨¢neos como simples peones de sus planteamientos geoestrat¨¦gicos, con absoluta primac¨ªa de estos sobre otros objetivos, tales como la defensa de la democracia. El respaldo a Franco fue el mejor ejemplo.
Cabe recordar tambi¨¦n el caso de Italia en los setenta con la "estrategia de la tensi¨®n", cuando una trama de Servicios Secretos militares, controlados desde la CIA v¨ªa Gladio, el v¨¦rtice democristiano anticomunista (Andreotti, Cossiga), la logia antidemocr¨¢tica P2, m¨¢s neofascistas de acci¨®n, y la mafia al fondo, sembr¨® el pa¨ªs de sangrientos atentados y posiblemente asinti¨® a la eliminaci¨®n de Aldo Moro por las Brigadas Rojas. Hace escaso tiempo que Steve Pieczenik, en estricta l¨®gica Gladio, enviado de Cyrus Vance y asesor de Cossiga, ministro del Interior, durante el secuestro, insisti¨® ante el fiscal italiano: Moro no deb¨ªa vivir. Kissinger ya le advirti¨® del riesgo por acercarse al PCI. Importaba "la estabilidad de Italia". Precio de la "soberan¨ªa limitada".
Los primeros pasos de Trump no son alentadores. Parte de rechazar toda implicaci¨®n exterior en defensa de los derechos humanos, y de inmediato se dirige a estrechar lazos con la Turqu¨ªa autoritaria del posgolpe. Poco despu¨¦s, nuestro m¨¢s importante think-tank oficioso/oficial, con notorios antecedentes refrendando la pol¨ªtica norteamericana (invasi¨®n de Irak), en vez de ocuparse de la permanente represi¨®n ordenada por el ¨²ltimo Erdogan, ofreci¨® su tribuna al ministro de Asuntos Exteriores turco para que retransmitiese la versi¨®n oficial, desafiando de paso a Europa y con preguntas filtradas. Normal.
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