T¨¦cnica ¡®constrictor¡¯

Debe ser efecto de las neuronas espejo. Ya saben, las que reflejan lo que observamos y est¨¢n asociadas tanto con nuestros comportamientos emp¨¢ticos como con los imitativos. La cosa es que vi una noticia ¡ªde esas tipo ¡®mundo ins¨®lito¡¯ con las que ahora inundamos los medios a la caza de navegadores ¨²nicos¡ª y piqu¨¦. Una pit¨®n de siete metros se hab¨ªa tragado enterito, botas incluidas, a un joven mientras recolectaba aceite de palma en los alrededores de la aldea en la que viv¨ªa en Indonesia.

Imagin¨¦ al reptil acerc¨¢ndose sigiloso, rodeando al indefenso entre sus anillos cada vez m¨¢s asfixiantes, y pude sentir lo que sinti¨®: que no pod¨ªa ni sab¨ªa c¨®mo liberarse de la presi¨®n, que ya ten¨ªa bastante con sacar fuerzas cada d¨ªa para sobrevivir en tierra hostil, que en el momento en que m¨¢s lo necesitaba nadie escuchaba sus gritos de auxilio. Y sucedi¨®. Las neuronas espejo sustituyeron la silueta de Akbar por la de Isabel Carragal,Yipsa como la llamaban los amigos. Devorada por el c¨¢ncer de mama que la sorprendi¨® en 2013 y fagocitada por un sistema que se neg¨® a ayudarla. A ella, con dos hijos a su cargo y 20 a?os cotizados, la Administraci¨®n y la Justicia le volvieron la espalda y solo tres meses antes de morir sentenciaron que ten¨ªa salud para trabajar y completar una prestaci¨®n que redujeron a 388 euros mensuales.

Hay otras Yipsas y muchos tipos de pitones. Que ejerzan o no de boas constrictor depende de estar alerta y atender las llamadas de socorro de quienes caen en sus fauces.