Todos los tiempos (Muhammad Ali)
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PARA ESTO SER EL REY? ?Para esto haberlo sido? ?Para estarse ahora as¨ª sin m¨¢s, acurrucado en un rinc¨®n cualquiera, repantigado contra las cuerdas, impert¨¦rrito o pasmado pero indefectiblemente quieto? Tieso, estanco, empedernido: quedarse ah¨ª, hasta el final, sin caerse, sin sucumbir, dejando que pase el tiempo. Eso es ser el rey ahora: afrontar est¨®lidamente la abundancia juvenil del que ser¨¢, todo lo indica, su vencedor, as¨ª como otros reyes, los de verdad, los literales, supieron soportar, no menos est¨®lidamente, c¨¢rceles, destierros o guillotinamientos.
Otras veces bailote¨®, ahora parece una momia (pero no cualquiera es una momia: tambi¨¦n fue una cosa de reyes). Otras veces hizo esto mismo, recostarse en las sogas y cubrirse, alzar los brazos en bloque y esperar; pero lo hac¨ªa por estrategia, para lanzarse despu¨¦s de repente en grandiosos contragolpes, o para hacerle saber al rival que era incapaz, fehacientemente incapaz, de lastimarlo, de hacerle da?o.
El rinc¨®n es ahora su escondite, es un refugio, mala guarida. Los brazos se levantan para no ser visto, para no ver.
El rinc¨®n es ahora su escondite, es un refugio, mala guarida. Los brazos se levantan para no ser visto, para no ver. Y tambi¨¦n, adem¨¢s, de paso, para que los golpes del contrincante no lleguen, en lo posible, hasta la cara. Explotan en los brazos, aturden m¨¢s que lastiman, son como el eco de unas detonaciones que ocurriesen no muy lejos.
Cuando repara en el apellido del adversario (fuerte y redondo: Holmes), se resigna a ser vencido; cuando repara en su nombre de pila (trivial, como de dibujo animado: Larry), siente ganas de ganarle (e impotencia de ya no tener c¨®mo). ?Para esto ser el m¨¢s grande, para esto haberlo sido? ?El m¨¢s grande de todos los tiempos: para esto, para esto? Mientras el otro pega y pega, y ¨¦l soporta como se soporta un reinado, da en pensar, porque de a ratos piensa, en esa frase: ¡°todos los tiempos¡±, la medida de su grandeza y de su gloria.
Todos los tiempos, si es que en efecto lo son, abarcan tambi¨¦n estos magros 15 rounds, sus miserables descansos intermedios, esta noche endemoniada, el insomnio que vendr¨¢ despu¨¦s. Sin esta minuciosa humillaci¨®n que le imparten, sin esta pena tan postrera y lastimosa, sin esta triste pasividad que est¨¢ asumiendo, no ser¨ªa un cabal campe¨®n eterno. Ahora, dentro de un rato, apenas pierda, ya lo ser¨¢.
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