Yo

Alternativa 1: Yo, t¨², ¨¦l, nosotros, vosotros, ellos.

Alternativa 2: yo, yo, yo, yo, yo, yo.

Sabiendo que lo suyo ser¨ªa perpetuar la primera, en Celtiberia lo que mola es la segunda.

No voy a poner el intermitente ¡ªno vaya a ser que te cuente lo que pienso hacer, hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar¡ª; no respetar¨¦ el carril que me toca ¡ªadoro las gynkanas¡ª; no te voy a dejar salir porque creo de verdad m¨¢s importante que entre yo ¡ªantes de salir dejen entrar¡ª; si yo te llamo, me va a sentar fatal que me despaches con un ¡°lo siento, ahora no puedo¡±, si me llamas t¨² estar¨¦ hasta arriba; si soy tertuliano, vale, te voy a dejar hablar: es que tengo pensada ya la genialidad que voy a pronunciar en cuanto t¨² hayas soltado tu bo?iga ¡ªde verdad, ?soy el ¨²nico Dem¨®stenes que aporta algo aqu¨ª?¡ª; mi bandera es la que vale, y lo mismo mi himno, mi equipo, mi pa¨ªs, mi tez, mi vestimenta, mi forma de trabajar, de hacer, de decir, de estar, de ir a expulsar materia corporal a la placa turca o al bacil mingitorio. El que mejor juega de nuestro equipo de infantiles y de los dem¨¢s es mi churumbel, y el padre m¨¢s abnegado a la hora de animar y, llegado el caso, montar el pifostio, soy yo.

Oye, todo se reduce al yo. Ya no somos yo y mi circunstancia. Somos yo. A la circunstancia que le vayan dando.

?De verdad somos as¨ª en este pa¨ªs? Uno dir¨ªa que s¨ª.

Por favor, suicidio colectivo. ?Soga o pistola?