Terrorismo en Rusia
El mundo democr¨¢tico debe cerrar filas ante el atentado de San Petersburgo
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El terrorismo es un viejo conocido en Rusia, donde las guerras de Chechenia y el C¨¢ucaso norte alimentaron desde el fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica un frentismo salvaje y una violencia indiscriminada por parte de grupos armados islamistas. El secuestro de cientos de rehenes en el teatro Dubrovka de Mosc¨² en 2002 y en una escuela en Besl¨¢n (Osetia del Norte) en 2004 por parte de terroristas desemboc¨® en matanzas masivas. El fin de esas guerras pareci¨® aminorar la amenaza terrorista en Rusia, pero la participaci¨®n de sus tropas en los bombardeos en Siria ha vuelto a despertar al monstruo.
El Estado Isl¨¢mico (ISIS) se atribuy¨® el atentado que derrib¨® un avi¨®n que cubr¨ªa la ruta entre Sharm el Sheij (Egipto) y San Petersburgo en 2015, en el que hubo 224 muertos, casi todos rusos. Este lunes, al menos 11 personas han resultado muertas y decenas heridas por una bomba en el metro de San Petersburgo, que transporta a dos millones de pasajeros cada d¨ªa, y otro artefacto fue desarticulado en otra estaci¨®n. Las autoridades investigan a¨²n la autor¨ªa del ataque, aunque excluyen que hubiera suicidas.
Rusia no es solo un pa¨ªs que arrastra el desaf¨ªo pendiente de consolidar una democracia y un estado de derecho muy precarios ante el estilo autocr¨¢tico de Vlad¨ªmir Putin, sino que es clave en el dif¨ªcil equilibrio internacional afectado por la guerra en Siria. Con su participaci¨®n desde septiembre de 2015 en los bombardeos contra posiciones rebeldes ha inclinado la balanza en favor del r¨¦gimen de Bachar el Asad. Promueve adem¨¢s, en necesaria cooperaci¨®n con Turqu¨ªa e Ir¨¢n, una iniciativa de tregua y evacuaciones de civiles que, tras seis a?os de guerra cruenta, deber¨ªa desembocar en negociaciones de paz.
San Petersburgo es la ¨²ltima incorporaci¨®n a la siniestra lista de escenarios del terror que est¨¢ desafiando a la democracia en el mundo y, por tanto, el nuevo campo de pruebas para una respuesta basada en el estado de derecho, la investigaci¨®n, la cooperaci¨®n policial y las armas de la ley y la raz¨®n. Frente a reacciones anteriores desmesuradas de Rusia como la represi¨®n tras el secuestro del teatro Dubrovka (la mayor¨ªa de los 170 muertos lo fueron v¨ªctimas de una sustancia qu¨ªmica usada por las fuerzas de seguridad) o de la escuela de Besl¨¢n (330 muertos, la mitad de ellos ni?os), el mundo precisa una Rusia m¨¢s democr¨¢tica, m¨¢s comprometida con un escenario de paz y respeto mutuo entre potencias. La diferencia entre los terroristas y los reg¨ªmenes democr¨¢ticos est¨¢, precisamente, en la correcta aplicaci¨®n de la fuerza.
Por ello, Europa y el mundo democr¨¢tico cierran filas con Rusia frente al terrorismo y en defensa de una convivencia pac¨ªfica de todas las ideas. Cualquier ataque o amenaza solo puede ser condenado y acompa?ado de solidaridad.
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