¡°Cuantos m¨¢s seamos los enamorados de ?frica, mejor para contagiar a los dem¨¢s¡±
El escritor celebra el gradual acercamiento de la sociedad espa?ola a la cultura del continente
Antonio Lozano (T¨¢nger, 1956) se sienta en una cafeter¨ªa frente a una simple botella de agua, con las gafas y la sonrisa puestas, mientras un verano ef¨ªmero da paso, de nuevo, al invierno al otro lado de la puerta. Carga su mochila con libros y papeles, entre los que figuran los formularios para presentar la candidatura del escritor senegal¨¦s Boubacar Boris Diop a los Premios Princesa de Asturias. Hace equilibrios imposibles entre clubes de lectura y varias charlas en institutos, viajes de presentaci¨®n de novelas, escritura que no cesa, su carrera en la dramaturgia y como agitador cultural y la vida.
Lozano firma el guion de Los malditos, una obra de teatro dirigida por Mario Vega y que acapara precandidatura a los Premios Max en ocho categor¨ªas, incluida la suya: autor revelaci¨®n. Los malditos compet¨ªa con 310 obras en la primera fase de preselecci¨®n. Ahora quedan 112. "Estamos compitiendo con Madrid y con el Bar?a", bromea. "No tenemos posibilidades, pero hemos alcanzado un objetivo muy alto al obtener ocho precandidaturas. Esto no hab¨ªa ocurrido jam¨¢s en el teatro canario". Olvida mencionar que ya estuvo en el punto de mira de los Max el a?o pasado con Me llamo Suleim¨¢n, obra que adapt¨® de su propia novela al escenario. En 2016 compet¨ªa con un texto sobre la odisea de un ni?o de Bandiagara, Mali, que intenta cruzar el desierto y el mar para entrar en Europa. En 2017 lo hace con un texto que incluye a ese ni?o y enlaza su historia en una visi¨®n panor¨¢mica de las grandes migraciones forzadas modernas, desde Colombia a Eritrea, pasando por la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.
Antonio Lozano es licenciado en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n y reside en Ag¨¹imes (Gran Canaria), municipio del que fue concejal de Cultura entre 1987 y 2003. Es director del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes y del Festival Internacional de Narraci¨®n Oral Cuenta con Ag¨¹imes. Su primera novela, Harraga, fue elogiada por escritores como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Dulce Chac¨®n y Fernando Mar¨ªas. Ganadora del I Premio Novelpol a la mejor novela negra publicada en Espa?a, obtuvo una menci¨®n especial del Jurado del Premio Memorial Silverio Ca?ada 2003, convocado por la Semana Negra de Gij¨®n. Su novela El caso Sankara obtuvo el I Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. Tambi¨¦n ha publicado, entre otros t¨ªtulos, Donde mueren los r¨ªos, que fue finalista del I Premio Brigada 21.
Pregunta. ?C¨®mo surge el proyecto de Los malditos?
Hemos vivido y seguimos viviendo, en buena parte, de espaldas a la realidad africana
Respuesta. Los malditos surge como una propuesta que nos hace la Red Latinoamericana de Artes Esc¨¦nicas al director de teatro Mario Vega y a m¨ª. Despu¨¦s de presentar en el Festival Internacional de Teatro de Manizales Me llamo Suleim¨¢n, nos propusieron hacer una producci¨®n en la que estuvieran implicados varios integrantes de la Red en varios pa¨ªses. Por eso, en Los malditos hay cuatro actores de pa¨ªses diferentes: Argentina, Espa?a, Guinea Ecuatorial y Uruguay. Despu¨¦s de hablarlo bastante, quedamos en que se iba a abordar el tema de los grandes desplazamientos humanos forzosos, bien sea inmigraci¨®n, bien sea desplazamiento interno, bien sea refugiados de guerra o refugiados pol¨ªticos. Y los grandes dramas que viven esos millones de personas por la situaci¨®n de precariedad en la que se encuentran, desde la explotaci¨®n de mujeres y ni?os a la esclavitud, el tr¨¢fico de ¨®rganos, etc¨¦tera. As¨ª es c¨®mo llega la propuesta y nace el proyecto que despu¨¦s escribo y Mario lleva a escena.
P. El texto est¨¢ basado en una novela negra suya, Donde mueren los r¨ªos (Almuzara, 2007) ?O decir eso es destripar la obra?
R. No es destriparla y tampoco se puede decir que el guion est¨¦ basado en la novela. La Red quer¨ªa que la obra tuviera como caracter¨ªstica una trama negra, polic¨ªaca. Yo ya hab¨ªa desarrollado una en Donde mueren los r¨ªos, que me ven¨ªa muy bien para introducirla en esta obra, porque inclu¨ªa el asesinato de una prostituta senegalesa, v¨ªctima de la trata e inmigrante. Utilizo esa trama como l¨ªnea argumental, pero el contenido de la obra va mucho m¨¢s all¨¢.
La mayor parte de lo que aparece en Los malditos no tiene que ver con esa trama negra, sino con un reportaje que est¨¢ realizando uno de los personajes, un periodista uruguayo afincado en Espa?a, para la cadena de televisi¨®n en la que trabaja. Es una de las cadenas de televisi¨®n m¨¢s importantes del pa¨ªs y ¨¦l est¨¢ haciendo un reportaje sobre los grandes movimientos humanos. Se encuentra con que tiene muchas dificultades para que su trabajo sea aceptado porque hay una censura en su medio, ya que ese reportaje va en contra de los intereses de algunos de los propietarios. Gente que no tiene que ver con la comunicaci¨®n, pero que pertenece a grandes corporaciones, a multinacionales que tienen acciones o meten publicidad en el medio y que presionan para que no les toquen esos intereses.
Hay una parte muy importante de la realidad africana que o nos pasa desapercibida o nos llega absolutamente deformada
P. ?C¨®mo se document¨® para la parte de la obra donde aparecen casos como los de Colombia, Eritrea, la frontera entre Egipto e Israel o la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo?
R. Hay una parte de la documentaci¨®n que ya estaba hecha para otras novelas. Lo que tiene que ver con la inmigraci¨®n, es un tema que ya he tratado, que me interesa y para el que me hab¨ªa documentado. La parte de Eritrea, por ejemplo, y el tr¨¢fico de ¨®rganos en la zona del S¨ªnai, es una documentaci¨®n que tuve que realizar para mi ¨²ltima novela, todav¨ªa sin publicar. Se llamar¨¢ El desfile de los malditos, aunque no tiene nada que ver con la obra de teatro. Es una novela de g¨¦nero negro, de la serie de Jos¨¦ Garc¨ªa Gago, el detective protagonista de Preludio para una muerte y La sombra del minotauro. Lo del Congo es un tema que siempre me ha interesado, sobre el que ya hab¨ªa le¨ªdo y que toco en alguna otra novela tambi¨¦n, aunque aqu¨ª me document¨¦ m¨¢s. Me interes¨¦ por Rutshuru, el pueblo donde transcurre la escena de una violaci¨®n y que es un lugar real, donde hay un porcentaje alt¨ªsimo de mujeres que han sido violadas, porque la violencia contra la mujer es un arma de guerra. As¨ª que me document¨¦ especialmente para los diferentes temas que aparecen en la obra, al margen de que son temas que me interesan y que no me son ajenos.
P. ?Dir¨ªa que su obra es africana en el sentido de muestra una voluntad de compromiso con la realidad que se ve en bastantes escritores africanos, sobre todo en la ¨¦poca de las independencias y la lucha contra el colonialismo?
R. Empec¨¦ a escribir bastante tarde, aunque hac¨ªa mucho tiempo que me gustaba, desde peque?o. Y comenc¨¦ porque sent¨ªa la necesidad de escribir sobre la inmigraci¨®n clandestina y dar una visi¨®n diferente sobre el tema. No me gustaba c¨®mo se percib¨ªa desde nuestro lado, con cu¨¢ntos errores, con cu¨¢ntos estereotipos, tan lejos de la realidad y con tanto desprecio hacia el otro y desconocimiento de las razones por las que se emigra. Por eso escrib¨ª mi primera novela,?Harraga. Despu¨¦s escrib¨ª Donde mueren los r¨ªos, que sigue ahondando en el tema y cambi¨¦ hacia otras cuestiones que no tienen que ver con la inmigraci¨®n, pero s¨ª tienen que ver en algunos casos con ?frica y siempre con cosas que ocurren en el mundo que me disgustan y sobre las que siento la necesidad de dar mi visi¨®n cr¨ªtica.
Esto es lo que pasa en la ¨²ltima novela, sobre el tr¨¢fico de ¨®rganos, porque me parece una cosa tremenda lo que ocurre y a medida que fui document¨¢ndome m¨¢s tremenda me parec¨ªa. Es sencillamente alucinante y pasa muy cerca de nosotros: los que compran ¨®rganos son nuestros pa¨ªses. Sin embargo, se oye hablar muy poco sobre ello. Se mata a ni?os pobres, de la calle, para extraerles los ¨®rganos para que otros de pa¨ªses ricos puedan sobrevivir. O hay gente que se ve obligada, por vivir en la miseria, a desprenderse de ¨®rganos, lo que les lleva m¨¢s tarde o temprano a la muerte porque carecen de cuidados m¨¦dicos y si no les pasa nada en el mismo momento de la extracci¨®n, despu¨¦s terminan en un estado f¨ªsico lamentable.
P. ?Y africana en el sentido literal?
R. ?frica es un continente del que estoy enamorado, que me parece maravilloso, en el que me encuentro muy a gusto y con el que me siento muy identificado. Al margen de que haya nacido y haya vivido los primeros 27 a?os de mi vida all¨ª. Me parece que hemos vivido y seguimos viviendo, en buena parte, de espaldas a la realidad africana. Todo lo que vemos de ?frica lo hacemos desde una perspectiva muy estereotipada, muy negativa siempre, y dejamos de lado las cosas positivas, important¨ªsimas, que nos ofrece. Por otro lado, tampoco nos enteramos de las cosas que ocurren realmente, de las razones profundas e hist¨®ricas de ese fen¨®meno que es la inmigraci¨®n o de guerras como la del Congo, que es terrible. Supuestamente ha terminado, pero sigue produciendo muertos. Es la guerra que m¨¢s muertos ha causado en el planeta despu¨¦s de la II Guerra Mundial, y nos pasa desapercibida. Como mucho, nos cuentan los medios, de vez en cuando, que es una cosa tribal, que son los negros que se est¨¢n peleando entre ellos. Hay una parte muy importante de la realidad africana que o nos pasa desapercibida o nos llega absolutamente deformada.
P. ?No percibe un cambio en los medios o la gente en este tema?
R. Por supuesto. Hay muchos periodistas que hacen un tipo de periodismo que, hace 15 o 20 a?os, no exist¨ªa. Con relaci¨®n a ?frica, o no sal¨ªa nada o lo que sal¨ªa estaba totalmente desvirtuado. Sin embargo, hoy es muy diferente. Hace una d¨¦cada, ten¨ªa que ocurrir algo muy grave, y normalmente era una guerra, para que se abordara el tema. Y sobre todo, era descorazonador ver c¨®mo se abordaba. Ahora se hacen reportajes sobre casos concretos, se acercan al ser humano, a la persona. No podemos decir que la cosa est¨¦ igual, se va avanzando, pero la sociedad espa?ola todav¨ªa est¨¢ lejos de conocer la realidad africana.
Hay mucho que hacer todav¨ªa. Y a la mayor¨ªa de nuestra sociedad le sigue llegando una versi¨®n de ?frica que no se corresponde con la realidad. Todav¨ªa aparecen titulares terriblemente equ¨ªvocos sobre ?frica en los grandes medios y en el discurso pol¨ªtico, que est¨¢ plagado de mentiras, de distorsi¨®n voluntaria de la realidad. Por ejemplo, en el caso de Francia, para justificar su permanente presencia militar y econ¨®mica en el continente. Para eso tiene que dar una visi¨®n irreal de lo que est¨¢ ocurriendo y de lo que ellos est¨¢n haciendo all¨ª. Esto no ocurre solo en Francia. Hay un sector de la sociedad que est¨¢ cada vez m¨¢s sensibilizado con ?frica, atra¨ªdo por el continente, interesado por su literatura. Pero desde mi punto de vista, dista todav¨ªa mucho de ser la mayor¨ªa de la sociedad.
P. En su faceta de activista cultural, ?c¨®mo nota que est¨¢n cambiando las cosas entre los m¨¢s j¨®venes?
R. Voy a muchos institutos a hablar con los ni?os porque han le¨ªdo Me llamo Suleim¨¢n o han visto la obra de teatro. Me encanta hacerlo, porque es una manera de hablar de la inmigraci¨®n en una edad en la que creo que es muy importante hablar sobre esos temas y tambi¨¦n para tantear c¨®mo est¨¢ la percepci¨®n de los chicos de esta cuesti¨®n. Las cosas que viv¨ª hace 10 o 15 a?os cuando hablaba en la escuela de inmigraci¨®n, como profesor, esas cosas tremendas que me dec¨ªan mis alumnos y que era lo que escuchaban en sus casas, ya no las he vuelto a escuchar. Tambi¨¦n es verdad que ahora me encuentro con alumnos que han le¨ªdo sobre el tema o han ido al teatro o tienen profesores que abordan el tema de ?frica en la clase. En mi instituto, antes, yo era el ¨²nico que tocaba ese tema, pero ahora hay varios profesores que se interesan en ¨¦l. Y me parece muy importante que los chicos tengan la posibilidad de leer, de ver y de escuchar por s¨ª mismos.
Creo que no estamos estancados, que vamos por buen camino. Se hacen cosas que antes no se hac¨ªan y se acerca m¨¢s la cultura africana a la sociedad espa?ola. Hay mucha m¨¢s literatura africana ahora que antes y ah¨ª, Casa ?frica ha hecho mucho. Antes era muy dif¨ªcil tener acceso a los autores africanos, aunque hab¨ªa cosas que estaban traducidas al espa?ol, porque las editoriales que lo hac¨ªan contaban con una distribuci¨®n muy mala. Tenemos la labor de la Fundaci¨®n Tres Culturas o el Festival de Cine Africano de Tarifa. Hay gente que se va acercando a esa causa poco a poco, m¨¢s y mejor. De manera m¨¢s cr¨ªtica y m¨¢s certera. Cuantos m¨¢s seamos, mejor, porque vamos contagiando a los dem¨¢s.
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