Cuatro nubarrones sobre la ayuda al desarrollo
Los datos de la OCDE para 2016 muestran tendencias inquietantes en la cooperaci¨®n internacional
El Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE ha hecho p¨²blicas esta ma?ana las cifras de la cooperaci¨®n internacional durante el a?o 2016. El titular no es malo: un aumento generalizado de los fondos hasta la cifra r¨¦cord de los 142.600 millones de d¨®lares y un incremento del esfuerzo hasta el 0,32% de la Renta Nacional Bruta (RNB) combinada de los pa¨ªses donantes. A pesar de que cae algo la ayuda a los pa¨ªses m¨¢s pobres, es el mejor porcentaje desde hace una d¨¦cada y garantiza un volumen total r¨¦cord.
Pero las cifras gruesas no deber¨ªan enga?arnos. La fotograf¨ªa que proporciona el CAD incluye al menos cuatro elementos inquietantes. El primero de ellos se refiere al peso que han adquirido los fondos destinados a los refugiados en los propios pa¨ªses donantes. Aunque en conjunto la ayuda ha crecido incluso si descontamos estas partidas, 11 pa¨ªses han llegado a gastar m¨¢s del 10% de sus fondos en programas dom¨¦sticos de asilo y refugio. En el caso de Alemania, Austria, Grecia e Italia, la proporci¨®n se eleva a m¨¢s de uno de cada cinco euros invertidos.
Cierto que Alemania ha hecho un verdadero esfuerzo extra a?adiendo el gasto destinado a sus refugiados a la cantidad original de AOD (el porcentaje se ha disparado del 0,42% de 2015 al 0,7% de 2016), pero ese no es el caso de los otros tres pa¨ªses, en donde porciones m¨¢s o menos significativas de la cooperaci¨®n internacional han sido desviadas a la atenci¨®n a los refugiados en Austria, Grecia e Italia. Algo as¨ª como endosarles la factura de la ayuda a los sirios a los pa¨ªses de ?frica subsahariana.
La contaminaci¨®n presupuestaria de la crisis de refugiados es el reflejo de un segundo problema, mucho m¨¢s amplio, al que conf¨ªo en que el CAD le hinque el diente m¨¢s pronto que tarde. La artificial histeria colectiva que ha generado en Europa la llegada por tierra y mar de refugiados e inmigrantes est¨¢ teniendo consecuencias sobre cualquier prioridad de pol¨ªtica exterior, incluyendo la cooperaci¨®n. No solo se trata de cu¨¢nto se gaste, sino de c¨®mo. Y empieza a ser urgente que desmontemos la fantas¨ªa de la ayuda como freno de las migraciones y empecemos a hablar seriamente de la industria de chantaje y soborno que Europa ha construido bajo el paraguas de la cooperaci¨®n internacional.
La tercera inquietud es dom¨¦stica. Ver¨¢n ustedes que Espa?a ha multiplicado su cooperaci¨®n pasando del 0,12% al 0,33% de la RNB (m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares) en tan solo un a?o. No descorchen el champ¨¢n. El souffl¨¦ ib¨¦rico corresponde casi exclusivamente a una operaci¨®n de condonaci¨®n de deuda en Cuba que se acerca a los 1.500 millones de euros. Si excluimos esa partida, Espa?a sigue enterrada en el mismo agujero que ha cavado este Gobierno y que tampoco tiene intenci¨®n de corregir en los presupuestos de 2017. Pero, como ustedes saben bien, existe una diferencia fundamental entre el Parlamento de entonces y el de ahora, as¨ª que queda en manos de otros partidos corregir este entuerto.
Y un ¨²ltimo apunte: las cifras de Estados Unidos (m¨¢s de 33.000 millones de d¨®lares en 2016, pr¨¢cticamente un r¨¦cord hist¨®rico) es como contemplar una de esas estrellas que ya han desaparecido pero cuyo reflejo nos llega ahora. Si los ¨²ltimos tuits se confirman, la Administraci¨®n Trump perpetrar¨¢ un recorte de m¨¢s del 30% a su ayuda internacional en los pr¨®ximos presupuestos. Las implicaciones de esta decisi¨®n son devastadoras y nos afectar¨¢n a todos, no tengan ninguna duda.
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