La verdad amenazada
Mentir est¨¢ al alcance de cualquiera; las mentiras de los poderosos causan desastres mundiales
The Washington Post ha ganado el premio Pulitzer de Periodismo por haber puesto de manifiesto las mentiras de Donald Trump, con las que ¨¦ste lleg¨® a la presidencia de Estados Unidos y persiste en ese puesto de enorme poder mundial.
Mentir est¨¢ al alcance de cualquiera. Las mentiras de los poderosos (como Hitler) causan desastres mundiales. Las mentiras de cualquiera son inocentes rasgu?os en la historia personal de las infamias. No es cierto que mientan los ni?os. Lo que hacen los ni?os es decir verdades inconvenientes. Mienten los mayores, poderosos o no, para guardarse de la opini¨®n de otros, para impedir verdades pero, sobre todo, para silenciar hechos.
Naturalmente, eso no es privativo de Estados Unidos. De hecho, Estados Unidos ha aprendido, a lo largo de la historia, y en los siglo XX y XXI consigui¨® colar en el imaginario colectivo del mundo al menos dos mentiras extraordinarias: la que rodea al asesinato (supuestamente cometido por un hombre solo, el pobre Lee Harvey Oswald) y todo lo que sucedi¨® en torno a la segunda guerra del Golfo.
En Espa?a ha habido mentiras grav¨ªsimas. La pen¨²ltima est¨¢ en forma de libro, aireado para defender la tesis de que la Rep¨²blica se mantuvo en el poder gracias a unas elecciones ama?adas que dieron de s¨ª el Frente Popular. Eso es mentira, como puso de manifiesto aqu¨ª (en Babelia) Santos Juli¨¢, en su cr¨ªtica al mencionado libro.
La m¨¢s conocida, y reiterada, fue la que dijo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar acerca de la autor¨ªa de la matanza del 11-M de 2004. Como estaba en periodo electoral y debi¨® deducir que esa autor¨ªa le dar¨ªa votos, adjudic¨® a ETA esa barbaridad (hizo otras matanzas la banda terrorista, pero esa no, esa la hicieron los islamistas) y se cuid¨® en dar a conocer esa falsedad a los medios, incluido este. En un programa popular reciente Aznar volvi¨® a mentir, a su modo, sobre ese hecho, y Jes¨²s Ceberio, director de EL PA?S en aquel entonces, se encarg¨® en rebatirle adecuadamente (una vez m¨¢s) su reiteraci¨®n mentirosa.
Pero no fue la ¨²nica instancia en que minti¨® Aznar: con respecto a la participaci¨®n espa?ola en aquella guerra del Golfo, el expresidente asumi¨® todas las mentiras de Bush II (sobre la existencia de armas de destrucci¨®n masiva, que en realidad no hab¨ªa) para emprender una guerra mortal contra Sadam Hussein.
Mentiras as¨ª hubo en el siglo XX, las hay en el siglo XXI y est¨¢n vivas ahora mismo en varios frentes: en Rusia, en Estados Unidos. Las grandes potencias mienten, mienten los peque?os pa¨ªses, y se miente en nuestro pa¨ªs. Por ejemplo, se minti¨® con respecto a los Gal y con respecto a ETA, se miente con respecto a la G¨¹rtel y con respecto a los Pujol, se miente para avisar a la gente de que se levante en manifestaciones multitudinarias (¡°Espa?a nos roba¡±), y se miente en las redes y, despu¨¦s, en las versiones apresuradas de peri¨®dicos u otros medios a los que verificar les da dentera.
Las grandes mentiras ahora vienen de Estados Unidos porque all¨ª se producen, como todo, a lo grande, y son capaces de poner a un empresario del nivel de Donald Trump, con una enorme maquinaria de mentiras detr¨¢s de su campa?a impetuosa, en la presidencia del pa¨ªs.
Alarmado por esta posibilidad, que result¨® ser cierta, Timothy Sneyder, estudioso disc¨ªpulo de Tony Judt, especialista en el Holocausto, escribi¨® un libro que ahora ve la luz en Espa?a: Sobre la tiran¨ªa (Galaxia Gutenberg). Me dispongo, en entregas sucesivas de este blog, a glosarlo y recomiendo de veras el peque?o volumen (150 p¨¢ginas).
Para abrir el apetito de esta lectura reconfortante y a la vez inc¨®moda les leo la entradilla del cap¨ªtulo 10 que se titula, precisamente, Cree en la verdad. Dice: ¡°Renunciar a los hechos es renunciar a la libertad. Si nada es verdad, nadie puede criticar al poder, porque no hay ninguna base sobre la que hacerlo. Si nada es verdad, todo es espect¨¢culo. La billetera m¨¢s grande paga las luces m¨¢s deslumbrantes¡±.
En cap¨ªtulos sucesivos les har¨¦ un recuento de mis subrayados de esta lectura tan importante para el periodismo de hoy, en Oriente y en Occidente.
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