El salto de Dijsselbloem
El presidente del Eurogrupo sufri¨® los entrecomillados ciertos que forman una frase falsa
?lvaro Garc¨ªa Meseguer (1934-2009) public¨® durante la Transici¨®n varios libros muy valiosos sobre el sexismo en el lenguaje. En uno de sus brillantes planteamientos denunci¨® el ¡°salto sem¨¢ntico¡± que se produce por ejemplo en esta frase: ¡°Los antiguos egipcios habitaban en el valle del Nilo. Sus mujeres sol¨ªan acompa?arlos a cazar o a pescar¡±.
En la idea ¡°antiguos egipcios¡± cabr¨ªa incluir a hombres y a mujeres. Sin embargo, la menci¨®n posterior a ¡°sus mujeres¡± cambia de repente el significado y excluye de aqu¨¦l a las egipcias.
Al leer la pasada semana varias referencias a unas declaraciones de Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, pens¨¦ que nos encontr¨¢bamos ante un ejemplo m¨¢s de ¡°salto sem¨¢ntico¡±.
Dec¨ªa as¨ª una noticia, repetida en multitud de medios: ¡°Jeroen Dijsselbloem descart¨® este martes disculparse por las declaraciones hechas a un diario alem¨¢n en las que acusaba a los pa¨ªses del Sur de la Uni¨®n Europea (UE) de 'gastarse todo el dinero en copas y mujeres".
Como apreciamos con facilidad, se menciona a ¡°los pa¨ªses del Sur¡± (en los que se supone habitan hombres y mujeres) y luego se les acusa de gastarse el dinero en mujeres. (De ese modo, ¨¦stas quedan excluidas de la idea ¡°los pa¨ªses del Sur¡±).
Pero Dijsselbloem nunca expres¨® lo que se le ha endosado. En efecto, una agencia de noticias hab¨ªa incurrido en la infortunada costumbre de entrecomillar unas palabras textuales, intercalarles otras del periodista, silenciar varios vocablos... y ofrecer una idea que nunca se dijo; una ingenier¨ªa del texto en la cual los entrecomillados son ciertos pero la frase que los incluye resulta falsa.
La declaraci¨®n original de Dijsselbloem en la entrevista con el Frankfurter coincide con la que recogi¨® fielmente EL PA?S en una primera informaci¨®n:
¡°En la crisis del euro, los pa¨ªses del euro del Norte han mostrado su solidaridad con los pa¨ªses en crisis. Como socialdem¨®crata considero la solidaridad extremadamente importante. Pero quien la exige tambi¨¦n tiene obligaciones. Yo no puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuaci¨®n pedir ayuda¡±.
(La frase clave en el original: "Ich kann nicht mein ganzes Geld f¨¹r Schnaps und Frauen ausgeben und anschlie?end Sie um Unterst¨¹tzung bitten").
Dijsselbloem no acusaba a nadie de gastarse el dinero en alcohol y prostitutas, sino que se limitaba a poner un ejemplo ilustrativo en el que adem¨¢s se atribu¨ªa a s¨ª mismo los defectos que denunciaba. Ven¨ªa a decir: si yo no respeto los sem¨¢foros, no puedo quejarme de que otros coches se choquen conmigo. Eso no es acusar a los dem¨¢s de inc¨ªvicos, sino poner un ejemplo sobre la responsabilidad. Adem¨¢s, ¨¦l no estaba hablando de los ciudadanos, sino de sus Gobiernos. Por tanto, ni incurri¨® en ¡°salto sem¨¢ntico¡± ni cometi¨® desprecio xen¨®fobo-geogr¨¢fico, pues la expresi¨®n ¡°los pa¨ªses del Sur¡± ni siquiera fue pronunciada (dice ¡°Krisenl?ndern¡±: pa¨ªses en crisis).
Eso de gastar el dinero ¡°en mujeres¡± suena bastante mal incluso como eufemismo, s¨ª, pero no parece dif¨ªcil darle la raz¨®n en lo que intentaba decir: alguien que despilfarra su dinero no debe exigirnos que le prestemos m¨¢s. Es decir, quien invierte en aeropuertos sin aviones, estaciones de tren sin pasajeros y autopistas sin coches (y de esto sabemos mucho por aqu¨ª), no puede luego exigir ayuda. De eso acusaba a Gobiernos de pa¨ªses en crisis, y no a sus ciudadanos de darle al jarro y al despiporre, algo que nunca dijo aunque algunos lo entendieran as¨ª.
En mi opini¨®n, no hubo por tanto ¡°salto sem¨¢ntico¡± sino m¨¢s bien ¡°salto period¨ªstico¡±.
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