¡°Hola, doctor. Nos manda mi hija con el cr¨ªo...¡±

Yo suelo hablar en mis art¨ªculos de pol¨ªtica, de gesti¨®n, de enfermedad infantil o de los grandes temas que rodean la sanidad y la pediatr¨ªa. Pero en muchas ocasiones disfruto contando lo que me pasa en la consulta, respetando la privacidad de ni?os y de padres, por muy c¨®micos o tr¨¢gicos que pudieran resultar. Y no es nada raro que aparezcan por consulta se?ores o se?oras a?osos, de mi quinta o m¨¢s, que vienen con el beb¨¦ y dicen: "Nos manda mi hija con el cr¨ªo..."

Los padres trabajan y dejan al peque a cargo de los abuelos bien porque no van a la guarder¨ªa o porque a pesar de ir, enferman con frecuencia y no les admiten en el centro. El caso es que los abuelos son fundamentales en la crianza y en los cuidados de los ni?os enfermos.

Mucho ha cambiado el papel de los mayores desde que en las sociedades rurales este rol estaba normalizado y estos colaboraban junto a primos y hermanos en el buen cuidado de la chiquiller¨ªa. Hoy en d¨ªa, en las ciudades y barrios o pueblos perif¨¦ricos (no me gusta lo de ciudades dormitorio), la vecina del tercero es t¨®xica y todo lo sabe, el grupo de WhatsApp no se queda con los ni?os cuando se ponen malos y como preguntes te ponen la cabeza mala, mand¨¢ndote a urgencias o llamando al helic¨®ptero sanitario por lo de los mocos. As¨ª que es afortunado el que puede mandar a los ni?os con los abuelos.

Pero no todo va a ser enfermedad, ya se sabe que la profesi¨®n de maestro es muy estresante y necesitan de periodos vacacionales cuando al resto de trabajadores peor les viene. Creo que esto lo hacen para recordar a los padres lo imprescindibles que son. El caso es que llega Semana Santa y te comes a los ni?os, as¨ª que llamas a Seur y vuelves a empaquetarlos con tus padres o los de tu pareja.

No digamos nada del verano, gracias a que funcionan campamentos de verano, campamentos urbanos, granjas escuela, Erasmus infantiles y mil otras actividades para colocar a los peques, se puede solventar el largo periodo estival y puedes tener al menos unos d¨ªas juntos en familia, claro, est¨¢, siempre que se pueda pagar, porque si no habr¨¢ que seguir tirando de los abuelos.

?Y, qu¨¦ dicen ellos? Yo cualquier a?o de estos ser¨¦ abuelo, el martes fue mi cumplea?os y el asunto me pilla algo sensible. No por quedarme con mis nietos, llevarlos de aqu¨ª para all¨¢, cuidarles o contarles cuentos, sino por las preguntas que me hago: ?qu¨¦ papel tienen reservado a los abuelos de hoy en d¨ªa? ?Qu¨¦ me espera como abuelo? ?Cu¨¢l ser¨¢ mi participaci¨®n en la vida de esos peque?ajos que llamar¨¦ nietos?

Yo solo conoc¨ª a mi abuela materna, que me ense?¨® a leer antes de ir a la escuela (antes el cole empezaba a los 6 a?os) y luego decidi¨® irse tempranamente.

Ese se?or o se?ora que entra en mi consulta y como os dec¨ªa, antepone el "me manda mi hija..." es muy variado. Los hay que no se pringan, son "mandaos" varones o hembras a los que se les ha dicho lo que tienen que preguntar y vienen a por una respuesta que transmitir¨¢n diligentemente a los progenitores, que para eso lo son. Solo intervienen como intermediarios o mensajeros.

Los hay que avisan: "Ya s¨¦ que no es nada, pero mi hija ha insistido en que viniera". Estos tienen m¨¢s peligro, son los "calzonazos" porque son conscientes de que la preocupaci¨®n de los padres no era importante o la han minimizado, pero no tienen valor para llevarle la contraria a sus hijos.

Otros, sin embargo, medran y llevan al peque porque su madre no se preocupa y como, al fin y al cabo, quien lo cuidan son ellos, no se quedan tranquilos, prefieren molestar: "Yo le veo muy flaco pero a su madre no parece importarle". Estos son decididos, pero nefastos, porque quitan la autoridad y la confianza a los padres.

Me gustar¨ªa saber de los que no conozco, de los que act¨²an como filtro de las m¨²ltiples inseguridades normales y habituales de todo padre primerizo. A esos no los veo o los veo mucho menos en la consulta, evidentemente, porque me llegan ya tamizados. No porque sean menos, que seguro que no, pero pasan desapercibidos, son los "eficientes", los que act¨²an como abuelos.

El abuelo debe participar en la educaci¨®n de los ni?os, no debe quedar aparte y no debe limitarse a dar chuches y malcriar. Ense?ar en valores y experiencia es fundamental para los peque?os. El cari?o y la firmeza que te da la edad, alejada de las inseguridades y agobios de la maternidad y paternidad primeriza y de la juventud, debe ser un apoyo m¨¢s que interesante y necesario.

El abuelo no solo est¨¢ para el rescate ante imprevistos, no es un mayordomo a las ¨®rdenes de los hijos, sus opiniones y su colaboraci¨®n deben ser valoradas y respetadas. Muchos padres exigen de los abuelos que sigan la misma l¨ªnea educativa que ellos practican, sin dar cabida a la variedad y diversidad de otras formas. Los padres deben ser sabios para educar a sus hijos, permitiendo que los mayores participen y sobre todo d¨¢ndoles la autonom¨ªa y la autoridad cuando los cr¨ªos est¨¢n en sus dominios. Tratar de controlar todo al detalle sin estar presente es perjudicial para todos.

Obs¨¦rvese que utilizo el masculino en demasiadas ocasiones, es lo que me toca y me niego a la tontuna pol¨ªticamente correcta de repetir mil veces abuelos y abuelas, pero c¨¢mbiese por abuela en tantas ocasiones como se desee que tambi¨¦n funciona.