Los padres actuales, una generaci¨®n perdida
Toda la informaci¨®n en salud disponible no puede hacer nada frente al WhatsApp de la mam¨¢ de Juanito que alerta de no s¨¦ qu¨¦ horrible enfermedad y de lo mala que es la leche
Generaci¨®n perdida, o mejor dicho, echada a perder, m¨¢s bien. Podr¨ªa parecer una aseveraci¨®n radical y seguro que lo es, pero en el ¨¢mbito sanitario, que es de lo que yo hablo, los padres de ahora tienen muchas cosas buenas, que ni sus padres ni abuelos disfrutaron, pero han perdido otras que no han sabido aprender o recoger.
Jam¨¢s en la historia de la infancia el menor hab¨ªa estado tan en el centro del universo. Cien a?os atr¨¢s o menos incluso, los ni?os eran algo molesto que hab¨ªa que tener por obligaci¨®n y sustento de la especie y para que quedara clara la fertilidad, ya que su ausencia se viv¨ªa como una lacra, una muestra de falta de hombr¨ªa o de matriz seca. Tratados como fuerza de trabajo a la m¨ªnima de cambio, deb¨ªan ser sustento y ayuda en las tareas de la casa o del campo a poco que la vida les hubiera ense?ado a mantenerse de pie, relegados a un segundo plano hasta su mayor¨ªa de edad.
En estos ¨²ltimos a?os mucho ha cambiado afortunadamente, sea por la informaci¨®n o por el desarrollo que nos permite tener hobbies en vez de salir a cazar o a trabajar de sol a sol; o bien sea por la evoluci¨®n sin m¨¢s, que nos ha llevado a respetar con may¨²sculas a la infancia y protegerla del ambiente m¨¢s hostil de los mayores. Tener a los ni?os en el centro de la familia y no al lado ha generado conceptos como el apego, la crianza respetuosa, la disciplina positiva y otras tendencias de moda. La informaci¨®n circula con rapidez en libros y blogs maternales o profesionales, grupos de madres, redes sociales, cursos y eventos donde fluyen consejos y modelos de crianza rodeados de opiniones y sabidur¨ªa, todo ello hasta llegar al grupo de madres de WhatsApp.
Pero toda esa informaci¨®n en temas de salud no est¨¢ funcionando. Los mensajes tranquilizadores se pierden entre un mont¨®n de alarmas y bulos que circulan como la p¨®lvora y que generan ansiedad para intentar proteger al m¨¢ximo a nuestros herederos. El Estado, el Ministerio de Sanidad, las comunidades, no tienen planes ni campa?as para fomentar los cuidados b¨¢sicos sobre la infancia. Mucho ¨¦xito en trasplantes, campa?as contra el c¨¢ncer de mama o de pr¨®stata que generan m¨¢s alarma y m¨¢s consumismo de pruebas y consultas, nada que fomente la autosuficiencia de los padres. No entend¨¢is esto como una cr¨ªtica, es sabidur¨ªa:
Los han dado por perdidos.
No vale para nada dirigirse a una poblaci¨®n absorta en mensajes publicitarios y consumistas donde un bulo por WhatsApp tiene m¨¢s valor que la palabra de su pediatra, donde un mensaje alarmista de p¨¢nico tiene m¨¢s credibilidad que una campa?a de la instituci¨®n competente, porque hace tiempo que perdieron ese liderazgo. Los mensajes de gur¨²s en eSalud, eHealth o mHealth,?toda la informaci¨®n basada en la evidencia cienc¨ªfica y la experiencia difundida en apps sanitarias, redes sociales y cualquier otro medio de comunicaci¨®n, van cayendo en el olvido de un rinc¨®n de la memoria. Predomina el mensaje de WhatsApp de la mam¨¢ de Juanito donde alerta de unos casos de no s¨¦ qu¨¦ horrible enfermedad y de lo mala que es la leche o el pan blanco.
Yo tambi¨¦n los doy por perdidos.
A partir de ahora abandono, voy a unirme firmemente al Ministerio y a la conserjer¨ªa y no voy a volver a emitir ning¨²n mensaje dirigido a los padres para que aprendan a cuidar de su prole y ser cada d¨ªa m¨¢s aut¨®nomos e independientes en temas de salud.
No es un abandono de objetivos, seguir¨¦ emitiendo y contando lo poco que s¨¦ y lo que aprendo de otros sabios de la salud. Lo que abandono es el destino de mis mensajes. Abandono a los padres, all¨¢ se las compongan con sus grupos y sus falacias. Propongo modificar el target, el destino ¨²ltimo de los mensajes de salud.
Damos a esta generaci¨®n por perdida.
Dediquemos nuestros esfuerzos por la salud infantil, por proteger a los menores, dirigiendo nuestros mensajes educativos al nuevo elemento cuidador, al sanador por cercan¨ªa cuando los padres delegan en instituciones, profesionales de todo tipo y grupos de WhatsApp. Mientras que el padre corre como pollo sin cabeza en busca de Urgencias, ense?emos al cuidador natural c¨®mo intervenir para aliviar, cuidar y acompa?ar al peque.
?Qui¨¦n es el cuidador natural, y siempre lo ha sido, aunque no le tom¨¢bamos en cuenta?
El hermano mayor, la hermana mayor, el primo o prima que cuidan del canijo para no le pase nada en el parque, le protege en el colegio de los abusones, le lleva a la fuente a lavar la herida que se hizo con la bici o le acoge cuando le dieron ese balonazo. Ese hermano que se sienta paciente en la consulta del pediatra pensando ?qu¨¦ hacemos aqu¨ª, si no le pasa nada?, mientras exploramos a un beb¨¦ con madre angustiada porque tiene mocos, algo que ¨¦l ya sab¨ªa.
Aunque es capaz de hacerlo naturalmente, a ¨¦l debemos dirigirnos por todos los medios a nuestro alcance, para darle los conocimientos que mejoren su instinto antes de que lo pierda y se convierta de nuevo en otro miembro de una generaci¨®n perdida.
Jes¨²s Mart¨ªnez es pediatra, autor del libro y del blog El m¨¦dico de mi hij@ y director m¨¦dico de Mamicenter.
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