Yemen, un pa¨ªs en la UCI
Tras dos a?os de conflicto, se acrecientan las necesidades m¨¦dicas y humanitarias en el pa¨ªs m¨¢s pobre de Oriente Pr¨®ximo
La escalada que vive el conflicto en Yemen se est¨¢ ensa?ando con la poblaci¨®n civil. Los datos, a veces fr¨ªos pero siempre ¨²tiles para comprender la magnitud de la crisis, hablan por s¨ª solos: casi 19 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y m¨¢s de 7.600 han perdido la vida. Los equipos de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) han atendido a m¨¢s de 56.000 heridos a causa de la guerra y la violencia, lo que constituye una fotograf¨ªa parcial pero alarmante del impacto directo del conflicto.
La guerra est¨¢ teniendo efectos cuantificables. Las importaciones de alimentos alcanzaron el nivel m¨¢s bajo en 2016, los precios son un 26% m¨¢s altos que antes del recrudecimiento del conflicto y en 2017 solo se est¨¢n cubriendo el 16% de las necesidades de combustible.
La crisis que vive el pa¨ªs no comenz¨® hace dos a?os, pero la intensificaci¨®n de la guerra ha agravado la dependencia de la ayuda de un pa¨ªs que ya era antes del conflicto el m¨¢s pobre de la regi¨®n. La actividad econ¨®mica se ha reducido enormemente y las condiciones sanitarias han empeorado con rapidez. En este sentido, resulta muy preocupante la aparici¨®n de enfermedades prevenibles como la tos ferina. Se trata de un indicador y un reflejo del colapso del sistema sanitario, que hace que la cobertura de vacunaci¨®n est¨¦ muy por debajo de los est¨¢ndares recomendados.
La terrible suma de los combates, las restricciones a las importaciones y el impago de los sueldos a funcionarios p¨²blicos en el norte est¨¢n limitando el acceso a alimentos. As¨ª mismo, los desplazamientos ¡ªm¨¢s de tres millones de yemen¨ªes han tenido que abandonar sus hogares desde marzo de 2015¡ª afectan de forma directa a los precarios medios de vida de la poblaci¨®n.
Casi 19 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y m¨¢s de 7.600 han perdido la vida
Las distribuciones de comida son irregulares y err¨¢ticas y no apenas hay tratamientos nutricionales disponibles. Y todo ello en un contexto en el que Naciones Unidas estima que 1,1 millones de mujeres lactantes y 462.000 ni?os menores de cinco a?os sufren desnutrici¨®n.
Resulta especialmente grave que cuanto m¨¢s agudas son las necesidades de la poblaci¨®n, m¨¢s dif¨ªcil resulta a las organizaciones y agencias brindar asistencia humanitaria a causa de los combates y los bombardeos. Y esto es lo que est¨¢ sucediendo en Yemen.
Para MSF resulta dif¨ªcil hacer un an¨¢lisis concluyente. Por un lado, el deterioro paulatino de la crisis resulta evidente. Por otro, a nuestros hospitales solo nos llegan los casos m¨¢s graves de desnutrici¨®n. Al no poder facilitar tratamientos nutricionales ambulatorios fuera del hospital, no tenemos el cuadro completo. En el hospital de Abs, en Hajja, los equipos est¨¢n sorprendidos de que el centro nutricional no est¨¦ al l¨ªmite de su capacidad. Y la explicaci¨®n es muy probable que haya que buscarla en que no nos llegan casos desde zonas m¨¢s remotas.
En 2016, nuestros programas de alimentaci¨®n terap¨¦utica trataron a 4.485 ni?os que presentaban cuadros de desnutrici¨®n aguda. Muchos de los pacientes que recibimos en el hospital tienen menos de seis meses. Estos casos tienen que ver con la falta de alimentos, pero tambi¨¦n con el trauma causado por el conflicto que hace que muchas mujeres tengan problemas para amamantar a sus beb¨¦s.
El conflicto tambi¨¦n est¨¢ teniendo consecuencias que no se pueden medir pero s¨ª sentir, como el miedo generado por meses de bombardeos, combates y violencia. Me impresiona ver c¨®mo gran parte de la poblaci¨®n, tal vez porque lleva a?os inmersos en un contexto de violencia, ha normalizado la necesidad de asistencia psicosocial. Saben que la precisan y no tienen problemas en solicitarla. Son muchas las personas que se han desplazado con frecuencia y que lo han hecho m¨¢s de una vez. Han tenido que dejar todo detr¨¢s. Son pocos los que no tienen v¨ªctimas entre sus seres queridos.
Los hospitales, en el punto de mira
Decenas de estructuras de salud han resultado destruidas en ataques o combates. Cuatro hospitales de MSF fueron alcanzados por bombardeos o proyectiles lo que nos oblig¨® a la evacuaci¨®n temporal de los equipos. La consecuencia inmediata de los ataques y bombardeos a los centros de salud es que la poblaci¨®n civil pierde servicios m¨¦dicos esenciales en el momento en el que m¨¢s lo necesitan. Pero no solo han sido atacados los hospitales; muchas otras infraestructuras civiles como mercados o escuelas han sido objeto de ataques.
Pese a todo, la poblaci¨®n ha llegado a normalizar la violencia y sigue tratando de acudir a los centros para recibir atenci¨®n m¨¦dica; una b¨²squeda condicionada, como no pod¨ªa ser de otra forma, por la frecuencia de bombardeos en la zona. Muchos centros de salud no est¨¢n operativos porque el personal ha huido a lugares m¨¢s seguros. Otros resultan inaccesibles porque muchos pacientes no pueden pagarse el transporte.
La terrible suma de los combates, las restricciones a las importaciones y el impago de los sueldos a funcionarios p¨²blicos en el norte est¨¢n limitando el acceso a alimentos
A todo ello se suma el desaf¨ªo de hacer llegar suministros, medicamentos y equipamiento m¨¦dico al pa¨ªs. Solo de forma excepcional estamos pudiendo hacer llegar cargamentos de ayuda humanitaria por barco y la v¨ªa a¨¦rea tiene un coste alt¨ªsimo. La escasez de material especializado en el pa¨ªs nos obliga a importar casi todo y a pagar precios m¨¢s altos. Seg¨²n Naciones Unidas, al pa¨ªs solo est¨¢n llegando el 30% de los medicamentos que sol¨ªan entrar antes de la escalada del conflicto.
A pesar de las dificultades, hay espacios y alternativas para poder facilitar apoyo a la poblaci¨®n yemen¨ª. As¨ª, en San¨¢ hacemos llegar material y f¨¢rmacos a los hospitales para hacer frente al flujo masivo de v¨ªctimas de guerra. Tambi¨¦n hemos podido mantener el apoyo al programa nacional de VIH/sida y m¨¢s del 95% de los pacientes no ha visto interrumpido el tratamiento a pesar de la guerra.
Tenemos proyectos en nueve gobernaciones del pa¨ªs, de norte a sur, y estamos presentes a ambos lados de la l¨ªnea de frente. Hemos asistido m¨¢s de 23.000 partos, realizado casi 29.000 intervenciones quir¨²rgicas, atendido 21.000 ni?os en pediatr¨ªa, introducido en el pa¨ªs 2.500 toneladas de ayuda m¨¦dica¡Son solo algunos ejemplos de que se puede hacer llegar la ayuda, aunque para ello haya que saltar obst¨¢culos, superar puestos de control y negociar con todas las partes en conflicto.
Una poblaci¨®n como la yemen¨ª, exhausta tras a?os de inestabilidad primero y por una guerra abierta despu¨¦s, merece esto y mucho m¨¢s. Hagamos lo imposible para que las cifras y el legado del conflicto no sigan creciendo y para sacar al pa¨ªs de la unidad de cuidados intensivos en la que lleva demasiado tiempo.
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