Venezuela, en la calle

Nicol¨¢s Maduro ha pedido a sus seguidores que se preparen para una ¡°victoria electoral pronta¡±. En paralelo, decenas de miles de venezolanos llevan ya dos d¨ªas saliendo a las calles del pa¨ªs exigiendo que el Gobierno acate la Constituci¨®n y que se celebren elecciones cuanto antes. No parece haber pues impedimento alguno para que el mandatario convoque inmediatamente unos comicios presidenciales libres y transparentes bajo supervisi¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos.

Por el contrario, si las declaraciones de Maduro responden a la habitual ret¨®rica vac¨ªa populista cuyo ¨²nico fin es ara?ar tiempo en el poder, entonces est¨¢ cometiendo un grav¨ªsimo error de tr¨¢gicas consecuencias para todo el pa¨ªs. Los tres muertos de la manifestaci¨®n del jueves son un triste recordatorio del grado de tensi¨®n y desencuentro social al que la gesti¨®n chavista ha llevado a toda la sociedad.

Destaca ante una situaci¨®n tan peligrosamente inestable la irresponsabilidad de Tareck El Aissami, vicepresidente de Venezuela ¡ªy acusado por el Departamento del Tesoro de EEUU de ser un jefe del Cartel de los Soles encargado del narcotr¨¢fico en el Caribe¡ª, quien en vez de tratar de calmar los ¨¢nimos, como corresponder¨ªa a un gobernante, ha culpado de las muertes del jueves al presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges. Se trata de una acusaci¨®n calcada por la que el preso pol¨ªtico y l¨ªder opositor Leopoldo L¨®pez lleva ya en una prisi¨®n militar en r¨¦gimen de aislamiento tres a?os.

Ante una situaci¨®n de tensi¨®n creciente y de bloqueo pol¨ªtico total, lo razonable y lo obligado es permitir a los venezolanos que expresen su opini¨®n libremente. La convocatoria electoral probablemente reducir¨ªa el enfrentamiento en la calle y centrar¨ªa los esfuerzos de todos en los comicios. Pero la decisi¨®n est¨¢ en manos de una sola persona: Nicol¨¢s Maduro.