Resac¨®n

Tras la festiva entrega etarra de armas en Bayona, euskoequivalente del ¡°?pu?os fuera!¡± del inolvidable Mazinger Z, se han producido efectos disp¨¦pticos imprevistos. El New York Times se despacha con un editorial seg¨²n el cual los vascos, cuyas cultura y lengua fueron maltratadas por Franco, han luchado desde entonces con las armas por la independencia. El NYT no menciona los 40 a?os de democracia, la autonom¨ªa vasca y el casi ininterrumpido gobierno del PNV durante todo este tiempo: se limita a decir que los insurgentes tuvieron finalmente por fuerza mayor que deponer sus armas ¡ªnunca se los califica de terroristas¡ª, pero advierte que si Madrid sigue empe?ado en que la Constituci¨®n niega el derecho de secesi¨®n unilateral (?un capricho madrile?o!) y limita los derechos pol¨ªticos del martirizado Otegi, las hostilidades pueden reanudarse. Y preocupado por lo mismo est¨¢ Jonathan Powell, uno de nuestros ¡°artesanos de la paz¡± con m¨¢s trienios, que califica de ¡°locura¡± la reacci¨®n hosca del Gobierno de Rajoy ante el desarme (por lo visto esperaba fuegos artificiales en La Moncloa) y recuerda a John Carlin una palabra espa?ola intraducible (seg¨²n ¨¦l) y olvidada: ¡°crispaci¨®n¡±. Sin verg¨¹enza.

Tras el Aberri Eguna tambi¨¦n hubo sorpresas. Ortuzar pide una cosoberan¨ªa como la propuesta a Gibraltar, que en el caso vasco supongo que ser¨ªa hispano-francesa en vez de hispano-brit¨¢nica: pues no veo las ventajas sobre lo existente. Mejor estuvo Nagua Alba, l¨ªder vasca de Podemos, en un di¨¢logo con Bernardo Atxaga sobre la idea de patria. Alba dijo que es la ciudadan¨ªa la que construye la patria, que debe ser ¡°abierta¡±. Y a?adi¨®: ¡°La patria es plural y diversa, no se limita a una identidad nacional sino que las incluye a todas¡±. ?Bravo! Una ciudadan¨ªa com¨²n que alberga todas las identidades: ?eso es Espa?a! A ver si logra convencerles...