Ram¨®n y Cajal: lo que est¨¢ moviendo en el mundo y lo que debe moverse en Espa?a
Desde hace unos meses, la figura y el legado cient¨ªfico de Santiago Ram¨®n y Cajal son un magma en lenta pero creciente ebullici¨®n
El pasado 27 de enero se inaugur¨® en el Weisman Art Museum-WAM (Universidad de Minnesota) la exposici¨®n The Beautiful Brain: The Drawings of Santiago Ram¨®n y Cajal, organizada en colaboraci¨®n con el Instituto Cajal, centro fundacional del CSIC. El coraz¨®n de esta exposici¨®n son 80 de los dibujos cient¨ªficos originales del Nobel padre de la Neurociencia moderna, que se conservan como ¡°Legado Cajal¡± en el propio Instituto. Se trata de la mayor exposici¨®n celebrada nunca sobre Cajal fuera de nuestras fronteras y tendr¨¢ un car¨¢cter itinerante, pasando por Vancouver, Nueva York, Boston y Carolina del Norte hasta abril de 2019. Paralelamente, Abrams (el m¨¢s importante editor norteamericano de Arte) ha publicado un libro con el mismo t¨ªtulo para hacer llegar a todos la trascendente belleza de los descubrimientos de Cajal y su relevancia en la Historia de la Ciencia, algo que muchas veces se olvida¡ sobre todo en Espa?a.?
El ¨¦xito de la inauguraci¨®n ha pulverizado todas las expectativas, duplicando la asistencia media habitual al WAM desde que Frank Ghery lo construy¨® en 1986 y recibiendo un¨¢nime eco en medios de comunicaci¨®n de EE UU (USA Today ¡ªque ha seleccionado esta exposici¨®n entre las 11 imprescindibles este a?o¡ª, The New York Times, National Public Radio-USA, The Smithsonian) y¡ del Reino Unido (The Guardian, BBC o The Independent). Todo ello demuestra el elevado atractivo e inter¨¦s tanto por los descubrimientos cient¨ªficos de Cajal como por los dibujos en los que se condensan y que, desde un punto de vista meramente visual y art¨ªstico, resultan maravillosos. Despu¨¦s hemos recibido otras 15 solicitudes para llevar una exposici¨®n similar a otras entidades norteamericanas, europeas, asi¨¢ticas y de Iberoam¨¦rica. Y estamos hablando de apenas un 3% de los dibujos del ¡°legado Cajal¡±. Contrasta este eco internacional con el silencio abrumador (doloros¨ªsimo¡) dispensado en Espa?a.?
El inter¨¦s por esa vertiente, a¨²n poco explorada, del valor art¨ªstico de los dibujos de Cajal no es, en absoluto, casual. Fue su destacado disc¨ªpulo Fernando de Castro quien primero dej¨® escrita esta premonici¨®n al respecto hace algo m¨¢s de medio siglo, en 1966: ¡°Los dibujos histol¨®gicos de Cajal¡ No podemos continuar sin detenernos un momento en este punto, donde podr¨ªamos decir que aqu¨ª la Ciencia se convierte en Arte. En el mundo son famosos sus dibujos sobre el sistema nervioso. Con destreza incomparable reproduce fielmente toda la gracia y sutileza de las bell¨ªsimas formas de las neuronas, y llega incluso a conseguir en una composici¨®n ¨Csin recurrir a la simpleza del esquema- que veamos sint¨¦ticamente reflejada la complej¨ªsima urdimbre de un paraje o n¨²cleo estructural enc¨¦falo-medular. Estoy convencido de que si alguna vez se hiciera una exposici¨®n de los dibujos histol¨®gicos de Cajal, producir¨ªan pasmo entre los artistas y aficionados a la pintura y al grafismo de nuestro tiempo. A Leonardo Da Vinci, excepcional dibujante anat¨®mico, como sabemos, con seguridad que le habr¨ªan entusiasmado los ex¨®ticos dibujos de Cajal¡±.?
La figura y el legado cient¨ªfico de Ram¨®n y Cajal son un magma en lenta pero creciente ebullici¨®n, poniendo en valor por primera vez a su Escuela
Desde hace unos meses, la figura y el legado cient¨ªfico de Santiago Ram¨®n y Cajal son un magma en lenta pero creciente ebullici¨®n, poniendo en valor por primera vez, adem¨¢s, otro componente muchas veces olvidado y sin embargo fundamental para que la talla de una gran figura de la Historia de la Ciencia sea completa: la de su Escuela, esos cient¨ªficos (Ach¨²carro, R¨ªo-Hortega, de Castro, Lorente de N¨®, Tello) que, por la senda cajaliana, tambi¨¦n alumbraron descubrimientos de primer orden al acervo cient¨ªfico mundial algo que la revista Frontiers in Neuroanatomy ha querido destacar recientemente. En mayo de 2016, el Cajal Legacy Group y el gobierno de Espa?a, tras meses de intensa colaboraci¨®n, presentaron ante la Unesco la solicitud que los archivos cient¨ªficos de Cajal y de esos principales disc¨ªpulos fueran incluidos en el International Memory of the World Register (programa ad hoc del Patrimonio de la Humanidad para este tipo de documentos), propuesta que, por cierto, parti¨® de un art¨ªculo publicado por uno de nosotros en estas mismas p¨¢ginas?y que encontr¨® apoyo en la pr¨¢ctica totalidad de asociaciones de neur¨®logos y neurocient¨ªficos del mundo entero, de instituciones tan prestigiosas como el Karolinska Institut?t (Suecia) y de 2000 firmantes individuales de una petici¨®n p¨²blica.?
La Neurociencia tiene much¨ªsimo m¨¢s futuro que presente y pasado, como ponen de manifiesto el?Obama Brain Project y el Human Brain Project, que EE UU y la Uni¨®n Europea, respectivamente, lanzaron hace escasos a?os y que ser¨¢n, seguro, solo las primeras inversiones multimillonarias en este campo, aunque algunos pol¨ªticos se empecinen en no querer verlo. Y lo que hoy sabemos sobre el cerebro, c¨®mo aprendemos y recordamos, solo se entiende gracias al trabajo pionero de Cajal. Sin su mayor aportaci¨®n ¡ªla denominada ¡°doctrina neuronal¡±: que el cerebro lo forman c¨¦lulas individuales que se comunican entre s¨ª de manera organizada¡ª es imposible comprender fen¨®menos como la plasticidad sin¨¢ptica (fundamental en la memoria-aprendizaje o para la recuperaci¨®n funcional tras un accidente isqu¨¦mico) o pensar en curar las enfermedades neurol¨®gicas y mentales: sin Cajal, nuestro conocimiento del funcionamiento cerebral y de sus tratamientos terap¨¦uticos quedar¨ªa hu¨¦rfanos; sin Cajal, la Humanidad llevar¨ªa mucho retraso con respecto al punto en el que hoy estamos, lo que ser¨ªa, sin duda, costos¨ªsimo para nuestras sociedades... Lo mismo cabe decir de P¨ªo del R¨ªo-Hortega, quiz¨¢s su colaborador m¨¢s exitoso, que describi¨® dos de los cuatro tipos fundamentales de c¨¦lulas cerebrales ¡ªlos oligodendrocitos y la microgl¨ªa¡ª, por citar un descubrimiento de la Escuela y no extendernos demasiado.?
La importancia cient¨ªfica de Cajal es equiparable a la de Newton, Einstein, Darwin, pero el gran p¨²blico lo desconoce y nuestras clases dirigentes lo ignoran
La importancia cient¨ªfica de Cajal es equiparable a la de Newton, Einstein, Darwin¡ ?pero el gran p¨²blico lo desconoce y nuestras clases dirigentes lo ignoran¡! Cajal pertenece al selecto grupo de cient¨ªficos cuyo impacto en el desarrollo de la ciencia resulta colosal. Si eligi¨¦semos cinco cient¨ªficos que han influido decisivamente en nuestra forma de entender el mundo, Cajal estar¨ªa entre ellos: Galileo nos ense?¨® la observaci¨®n y experimentaci¨®n; Newton y Einstein nos explicaron c¨®mo es el Universo; Darwin, c¨®mo es porque evoluciona la naturaleza; y Cajal, c¨®mo es nuestro cerebro. Ellos abrieron nuevos caminos al conocimiento humano por el que las siguientes generaciones de cient¨ªficos transitamos, han revolucionado nuestro entendimiento del mundo que nos rodea. Adem¨¢s, Cajal fund¨® una de las m¨¢s fecundas escuelas creadas en el ¨¢mbito de la biomedicina: sus disc¨ªpulos directos contribuyeron, con descubrimientos tambi¨¦n excepcionales, a desarrollar la incipiente Neurociencia, acelerando el progreso de la humanidad.?
Los descubrimientos de Cajal constituyen, por tanto, una de las mayores contribuciones intelectuales de Espa?a a la Cultura Universal, comparable a los mayores logros de nuestra naci¨®n: los descubrimientos geogr¨¢ficos por medio mundo desde el descubrimiento de Am¨¦rica hasta finales del siglo XVIII, o el Quijote de Cervantes. Como la de todas las naciones, nuestra historia presenta luces y sombras. La ciencia de Cajal es algo de lo que, como espa?ol, se puede estar orgulloso. Por ello queremos la mayor difusi¨®n de la obra de Cajal, empezando porque se haga realidad ese sue?o de un verdadero museo nacional de Cajal y la Escuela Neurohistol¨®gica Espa?ola, y potenciando al m¨¢ximo el instituto de investigaci¨®n cient¨ªfica que lleva su nombre desde hace casi un siglo. Porque si Cajal levanta pasiones en todo el mundo, Cajal debe contar entre lo mejor de la denominada Marca Espa?a y¡ como tal debe reconocerse. Tras ser invitado a las Universidades de Clarke, Harvard, Columbia y New York, Cajal expres¨® su ¡°sincera admiraci¨®n y noble envidia¡± por las universidades norteamericanas: es la hora de que esa noble envidia troque, de nuevo, en ¡°noble ejemplo¡±, el mismo noble ejemplo que ofrecieron al mundo entero Santiago Ram¨®n y Cajal y la Escuela Neurohistol¨®gica Espa?ola dese 1890 hasta 1936, cuando dispusieron de estabilidad, libertad y condiciones econ¨®micas competitivas con los mejores: el mundo relacionado con la Neurolog¨ªa peregrin¨® sistem¨¢ticamente a Madrid durante esas d¨¦cadas para aprender esas t¨¦cnicas y esos conocimientos como en ning¨²n otro sitio se les pod¨ªa ense?ar.?
Alfonso Araque Almendros es Profesor de Investigaci¨®n del CSIC (en excedencia) y Profesor de la Universidad de Minnesota.
Fernando de Castro Soubriet es Cient¨ªfico Titular del CSIC en el Instituto Cajal.?
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