?En qu¨¦ frente est¨¢ Pablo Iglesias?
El l¨ªder de Podemos se adhiere a la pasividad de M¨¦lenchon en la encrucijada que enfrenta a Macron con la extrema derecha de Le Pen
No es cuesti¨®n de convertirse uno en noticia, pero tiene sentido mencionar una vi?eta humor¨ªstica que me ha dedicado Pablo Iglesias y que ha divulgado entre sus dos millones de seguidores de Twitter, restreg¨¢ndome la comparaci¨®n que hice entre Marine Le Pen y el camarada M¨¦lenchon. La s¨¢tira hay que aceptarla cuando se ejerce y cuando se padece. Otra cuesti¨®n es la manipulaci¨®n de su contenido. Y no porque la vi?eta me someta a un tratamiento hormonal -aparezco con unos pechos femeninos- o porque ajuste mi fisonom¨ªa con una sudadera proscrita con la inscripci¨®n "Liberal" -ni soy mujer, ni soy liberal, pero no considero un insulto el adjetivo-, sino porque me atribuye haber comparado a M¨¦lenchon y Le Pen en la xenofobia y el racismo. Y lo hace convirti¨¦ndome en pasajero de una avi¨®n -?el tramavi¨®n?- donde comparto animado debate con la l¨ªder de la extrema derecha y el l¨ªder de la extrema izquierda.
Gallard¨®n con el cara al sol en un entierro, Cs con los fachas de Libertas en las Europeas 2009, pero Podemos se parece al FN y a Le Pen ? pic.twitter.com/sxr3rpftvo
— Pablo Iglesias ? (@PabloIglesias) April 24, 2017
Tengo entendido que es m¨¢s ortodoxo referirse a la Francia Insumisa como "izquierda alternativa", sobre todo porque semejante eufemismo relativiza el peligro de las comparaciones con la extrema derecha y la radicalidad. Pero son leg¨ªtimas las comparaciones. Y son evidentes, necesarias, hasta el extremo de que la remota o hipot¨¦tica o pat¨¦tica victoria de Marine Le Pen requiere abastecerse del voto de la extrema izquierda. Lo dijo ayer.
Y no comparte con ella la xenofobia, el fascismo y el racismo porque M¨¦lenchon, peace & love, cree todav¨ªa que debajo de los adoquines est¨¢ la playa, pero s¨ª coincide en una embarazosa y evidente intersecci¨®n de posiciones y de soluciones. Empezando por el euroescepticismo, el rechazo a la OTAN y el recelo la banca privada, la aspiraci¨®n de un estado protector, la refutaci¨®n de la globalizaci¨®n, la afinidad a Putin, la rebaja de la edad de la jubilaci¨®n a los 60 a?os, el reforzamiento de la clase funcionarial, el incremento del gasto p¨²blico, la expectativa de un modelo proteccionista, las atribuciones del Estado en el control de los medios informativos privados...
Son las razones por las que Marine Le Pen tiene delante de s¨ª un caladero en el que se ha arraigado la utop¨ªa y el antisistema. Ha formado parte tradicional e hist¨®rica del Frente Nacional la adhesi¨®n de la clase obrera en las zonas postindustriales. Y ha contado siempre con un voto comunista o ex comunista. Adem¨¢s de conservarlo, Le Pen trabaj¨® para disputar a M¨¦lenchon la simpat¨ªa de los jovenes de 18 a 24 a?os. Insistiendo en la idea de la antipol¨ªtica o de la contrapol¨ªtica.
Es el contexto en el que resulta inexplicable -o quiz¨¢ explicable- la posici¨®n especulativa de M¨¦lenchon respecto a la consigna de voto. En 2002 pidi¨® a su gente que votara a Chirac contra a Jean Marie Le Pen, anteponiendo la emergencia nacional a las razones ideol¨®gicas, pero en 2017 ha dejado a sus partidarios libertad de conciencia. Como si Marine Le Pen no reencarnar¨¢ la misma amenaza de su padre. Y como si fuera posible colocar al "banquero austericida" Macron en el mismo plano de la angustia pol¨ªtica.
Iglesias se ha apresurado a secundar la misma estrategia. Incluso Pablo Echenique ha hecho un alarde de asepsia institucional, justificando que ellos no son franceses. Y que no tienen por qu¨¦ significarse en el respaldo de una candidatura o de la otra.
Tendr¨ªa m¨¢s credibilidad esta posici¨®n super partes si no fuera porque la injerencia de Podemos en asuntos internacionales jam¨¢s ha conocido restricciones. O porque Iglesias fue a Par¨ªs a reclamar el voto del compadre M¨¦lenchon. Y porque rev¨¢lida del 7 de mayo se ha convertido en la pugna de dos frentes. No caben las posturas intermedias. O se est¨¢ con el Frente Nacional. O se est¨¢ contra el Frente Nacional. De otro modo, la ambig¨¹edad puede convertirse en un ejercicio de complicidad incendiario con el peor escenario posible. La vi?eta es una broma. Marine Le Pen es una tragedia.
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